Cambio climático y dengue, una mala combinación

Colombia cerró el 2022 con 69.497 casos de dengue que provocaron la muerte de 120 personas, de las cuales aún están estudiando 72, según el Instituto Nacional de Salud (INS). Esto significa un aumento del 30% en comparación con el año anterior. La situación de esta enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti, para este año sigue dejando datos preocupantes. Tan solo en las primeras ocho semanas se han registrado 15.972 casos que han provocado 50 muertes.

Colombia cerró el 2022 con 69.497 casos de dengue que provocaron la muerte de 120 personas, de las cuales aún están estudiando 72, según el Instituto Nacional de Salud (INS). Esto significa un aumento del 30% en comparación con el año anterior. La situación de esta enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti, para este año sigue dejando datos preocupantes. Tan solo en las primeras ocho semanas se han registrado 15.972 casos que han provocado 50 muertes.

Se estima que en el mundo, cada año hay más de 390 millones de infecciones por dengue en 100 países, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Colombia se han registrado 1.087.130 de casos entre 2008 y 2021. (Lea: La ministra de Ambiente, entre las 25 líderes que luchan contra el cambio climático)

El Aedes aegypti, el vector del dengue, es un insecto sobrevive en cualquier recipiente artificial o natural que contenga agua. Por eso es que durante los meses de lluvia (como los que acaba de pasar el país) se presentan las condiciones idóneas para su reproducción. La hembra es la responsable de la transmisión de las enfermedades, ya que necesita sangre humana para el desarrollo de sus óvulos y para su metabolismo. El macho no trasmite la infección.

Como el dengue, la prevalencia de enfermedades transmitidas por vectores ha aumentado en las últimas décadas en todo el mundo y se espera que los casos de malaria, dengue, la enfermedad de Lyme y la infección por el virus del Nilo Occidental, también transmitidas por vectores, aumenten durante los próximos 80 años, de acuerdo con el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).

Una de las razones de este escenario puede ser el aumento de la temperatura a nivel mundial como consecuencia del cambio climático, como lo sugiere una investigación publicada en noviembre de 2022, en la revista médica The New England Journal of Medicine. Desde 1900, las temperaturas medias globales ya han aumentado 1,1 °C. Teniendo en cuenta esta tendencia, se espera un calentamiento de 2,5 °C a 2,9 °C o más para fines de este siglo. (Lea: Presidente de la Cámara crea comisión de la verdad para el sistema de salud)

De acuerdo con Madeleine C. Thomson y Lawrence R. Stanberry, los autores de la investigación, el aumento de las temperaturas está afectando el comportamiento y las características fisiológicas, tanto de los vectores (mosquitos, garrapatas…), como de los patógenos (virus, bacterias…).

En otras palabras, a medida que el planeta se calienta, las plantas y los animales, en particular los invertebrados, entre ellos los que transmiten esas enfermedades, buscan temperaturas más frías, ya sea moviéndose a altitudes más altas o acercándose a los polos. Por ejemplo, se sabe que el hábitat natural del Aedes aegypti no superó durante mucho tiempo los 1.600 metros sobre el nivel del mar (msnm), pero eso ha venido cambiando en las últimas décadas.

El mosquito ha sido encontrado en alturas superiores en varios países de América Latina. En Colombia, el equipo del investigador Iván Darío Vélez de la Universidad de Antioquia, que ha estudiado el dengue desde hace por lo menos diez años, reportó en 2016 la identificación de Aedes aegypti adultos en alturas superiores a los 2.300 msnm. Es decir, un poco más que la altura a la que está Manizales. (Lea: Los detalles de la reforma a la salud que proponen liberales, conservadores y la U)

“El calentamiento y otras manifestaciones del cambio climático, incluidos los cambios en las precipitaciones, con mayores inundaciones en algunas áreas y sequías en otras, tienen implicaciones importantes para las enfermedades transmitidas por vectores a través de sus efectos sobre los patógenos, vectores y huéspedes, así como sobre nuestra capacidad para prevenir y tratar estas enfermedades”, indica el estudio publicado en The New England Journal of Medicine.

Para Luis Jorge Hernández, director de Investigaciones de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes, y quien ha estudiado temas de la relación entre el ambiente y la salud, el deterioro de los ecosistemas, producto de la ganadería expansiva, minería ilegal y deforestación, son algunas de las causas que hay detrás del aumento de los casos de dengue.

“El aumento de temperatura hace que el mosquito se movilice más a otros niveles, que cambie su ecología, y esto genera que haya más reservorios del mosquito. Las fuentes de agua también se conservan menos, entonces las personas tienen que almacenar agua en sitios informales, tanques, y todo esto son reservorios donde se forma el mosquito”, afirma Hernández. (Lea: La pseudoefedrina, el compuesto que revisa Europa, ya fue prohibido en Colombia)

El panorama de otras enfermedades transmitidas por vectores

Durante 2022, en la región de las Américas se registraron más de 3 millones de casos de enfermedades transmitidas por vectores. El 90% correspondieron al dengue, el 8% al chikunguña y el 1% al zika. Aunque los casos de malaria en la región, otra enfermedad transmitida por la picadura de un mosquito infectado con el parásito Plasmodium, solo representan el 0,2% del total de casos en el mundo, el panorama es muy diferente en África. Allí, durante 2021 se registraron 234 millones de casos de esta enfermedad, que provocó la muerte de 593.000 personas.

En Colombia la malaria se presenta en la región pacífica y amazónica, con algunos focos en la región del Bajo Cauca y Alto San Jorge, que afecta a los departamentos de Bolívar, Córdoba y Antioquia y en la frontera con Venezuela. El país reportó para 2020 el 16% de los casos de malaria que se registran en la región de las Américas, según el Reporte Global de Malaria 2021 de la OMS. De esta manera, es el tercer país con más casos de malaria, después de Brasil y Venezuela.

Los vectores de estas enfermedades se están expandiendo, y se espera que estas tendencias continúen a medida que el clima continúe calentándose, según indica la investigación. (Lea: Ciudades chinas registran temperaturas récord en lo que va de marzo)

Por ejemplo, la enfermedad de Lyme, o Borreliosis, transmitida por garrapatas más común en todo el mundo, se está expandiendo rápidamente en el norte de los Estados Unidos, país donde se han registrado 470.000 casos de esta enfermedad entre 2010 y 2018. La razón es el aumento de la interacción entre los humanos y las garrapatas, debido a la extensión de la temporada de verano, que a su vez es una consecuencia del cambio climático.

¿Cómo hacerle frente a estas enfermedades?

Según el estudio de Thomson y Stanberry, las autoridades deben mirar de manera particular cada enfermedad transmitida por vectores. Sin embargo, dicen que “las vacunas tienen el potencial de compensar sustancialmente el efecto del cambio climático en las enfermedades transmitidas por vectores”. (Lea: Cuarentena en el Parque Nacional Natural Gorgona por presencia de gripe aviar)

Afirman, que se necesitan mejores datos de vigilancia y sistemas de alerta temprana informados sobre el clima para mejorar la conciencia pública. Además, los planes de adaptación deben tener en cuenta varios factores, entre estos, los patrones cambiantes de enfermedades, eventos climáticos extremos, variaciones y tendencias climáticas actuales y futuras.

Por su parte, Hernández dice que en el caso del dengue en Colombia, es necesario que no solo se vea como un problema de la salud. “Se debe involucrar el sector ambiental y de planeación, porque el dengue es un problema ambiental. Hace 50 años estamos haciendo lo mismo. No hay programas nacionales integrales y los municipios solos no son capaces. Hay que fortalecer a nivel territorial los programas de abastecimiento de agua potable. Recordemos que por el momento no hay vacuna efectiva ni tratamiento específico contra el dengue”, sostiene.