Canadá prohíbe las grasas trans artificiales

La medida, que ya había sido aprobada en 2017, entró en vigencia el pasado 17 de septiembre. La decisión implica que los productos con este ingrediente deben desaparecer de los mostradores de ese país en los próximos dos años.

Redacción Vivir
18 de septiembre de 2018 - 03:29 p. m.
Las grasas trans entraron al mercado en los años cincuenta, cuando las compañías de alimentos aseguraban que eran una alternativa "saludable" a las grasas saturadas.  / Pixabay
Las grasas trans entraron al mercado en los años cincuenta, cuando las compañías de alimentos aseguraban que eran una alternativa "saludable" a las grasas saturadas. / Pixabay
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En Canadá acaba de entrar en vigencia una medida que prohíbe la fabricación de alimentos con grasas trans añadidas en el país, así como su importación. 

La medida implica que a partir del pasado 17 de septiembre, la producción de este tipo de productos debe detenerse, y que las compañías tengan hasta dos años para temrinar de vender los productos con ese ingrediente que ya están fabricados. 

Así, para el año 2020 los estantes canadienses podrán declararse libre de grasas trans. El cumplimiento de la medida, informó el gobierno de ese país, será  revisado por la Agencia para la Inspección Alimentaria de Canadá. 

Organizaciones médicas de ese país celebraron la medida.

¿Por qué son tan dañinas las grasas trans?

No todas las grasas son iguales. Hay grasas “buenas” (como las poliinsaturadas), que están en el aguacate, las nueces o el salmón, y que ayudan a regular los niveles de colesterol en la sangre. Hay otras, como las monoinsaturadas, que están en la mantequilla o los quesos, que no son muy saludables. Y luego están los aceites parcialmente hidrolizados, o gasas trans, que son el equivalente a veneno alimenticio.

Esta sustancia es creada mediante procesos industriales y es añadida a galletas, panes, fritos y otros alimentos procesados para darles cierta textura o sabor. 

“Un consumo elevado de grasas trans conduce a un incremento en el riesgo de muerte por infarto”, señaló un funcionario de la Fundación para el Corazón y los infartos de ese país. 

Esto, debido a que las grasas trans disminuyen el colesterol “bueno”, que “aceita” las venas y arterias para que la sangre fluya mejor, y aumenta el “malo”, que es el que tapona con grumos de grasa las vías arteriales y aumenta el riesgo de infartos. 

Si bien estos efectos nocivos son bien conocidos, el movimiento para regularlos ha sido lento. 

En 2016, Estados Unidos implementó una sanción similar. Por su parte, Canadá lleva luchando por lo menos diez años para lograr la prohibición, pero en 2012 se revelaron documentos internos que demostraron que las presiones de la industria lograron frenar la medida. Dinamarca, Suiza y Gran Bretaña también han dado pasos en la misma dirección.

No obstante, es necesario que los países hagan más. A comienzos de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo un llamado para prohibir las grasas trans en todo el mundo en 2023, y así salvar 10 millones de vidas.

Por Redacción Vivir

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