Casos nuevos de VIH aumentaron en 28 países durante 2023
Por primera vez en la historia de la pandemia del VIH, se están produciendo más nuevas infecciones fuera de África subsahariana que dentro de ella. Esto, señala un reciente informe publicado por ONUSIDA, muestra el gran trabajo que se está realizando en la primera región, pero las fallas que se presentan en las otras tres regiones, incluida América Latina, donde los casos nuevos vienen aumentando.
En la mañana de este lunes, 22 de julio, el Programa conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), publicó ‘La urgencia del ahora: El sida frente a una encrucijada’, el más reciente informe sobre la pandemia de sida en el mundo.
El mundo, resume el documento, “se encuentra en un momento crítico”. Por un lado, los países todavía están lejos de la meta que se había trazado para 2025 en cuanto a la reducción de las nuevas infecciones anuales. Para el próximo año, las nuevas infecciones debían ser menos de 370.000, sin embargo, durante 2023 más de 1,3 millones de personas contrajeron VIH. Por el otro, menos personas adquirieron el VIH en 2023 que en cualquier otro momento desde finales de la década de 1980.
El progreso para alcanzar la meta de acabar con el sida como amenaza para la salud pública para 2023 es muy desigual, asegura el informe. En el África subsahariana, la respuesta avanza “relativamente rápido”, mientras que en el resto del mundo “es vacilante”.
Para la muestra, por primera vez en la historia de la pandemia del VIH, se están produciendo más nuevas infecciones fuera de África subsahariana que dentro de ella. De hecho, el número de personas que están contrayendo el VIH está aumentando en al menos 28 países y tres regiones: Europa oriental y Asia central, América Latina y Oriente Medio y Norte de África.
Además, de los 39,9 millones de personas que viven con VIH, casi la cuarta parte (9,3 millones) no reciben tratamiento. Como consecuencia, dice ONUSIDA, una persona muere cada minuto por causas relacionadas con el sida.
Al respecto, Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA, aseguró que “la respuesta al VIH se encuentra frente a una encrucijada. Que el mundo ponga fin al sida depende del camino que tomen sus dirigentes. El camino que pone fin al sida no es un misterio. Es una decisión política y financiera”.
Sin embargo, el informe también demuestra que a nivel mundial se está reduciendo la financiación para lograr los objetivos. “En 2023, los recursos totales disponibles para el VIH (19,8 mil millones de dólares estadounidenses) se redujeron en un 5 % desde 2022, lo que nos deja una cifra de 9,5 mil millones de dólares estadounidenses menos de los que se prevén necesarios para 2025 (29,3 mil millones)”, señala el documento.
En los países de ingresos bajos y medios, que representan el 59 % de los recursos totales para el VIH, el dinero destinado a abordar este problema de salud pública cayó por cuarto año consecutivo, con una disminución del 6 % entre 2022 y 2023.
Ante este panorama, el informe destaca que es necesario aumentar la movilización de recursos, sobre todo en las tres regiones donde están aumentando los casos.
El documento concluye que este año, uno antes de la mitad del camino que se trazó a 2023, es clave, pues las decisiones “determinarán si se cumplirán los objetivos mundiales, si el sida terminará como una amenaza para la salud pública para 2030 y si lograremos construir una respuesta sostenible al VIH”.
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En la mañana de este lunes, 22 de julio, el Programa conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), publicó ‘La urgencia del ahora: El sida frente a una encrucijada’, el más reciente informe sobre la pandemia de sida en el mundo.
El mundo, resume el documento, “se encuentra en un momento crítico”. Por un lado, los países todavía están lejos de la meta que se había trazado para 2025 en cuanto a la reducción de las nuevas infecciones anuales. Para el próximo año, las nuevas infecciones debían ser menos de 370.000, sin embargo, durante 2023 más de 1,3 millones de personas contrajeron VIH. Por el otro, menos personas adquirieron el VIH en 2023 que en cualquier otro momento desde finales de la década de 1980.
El progreso para alcanzar la meta de acabar con el sida como amenaza para la salud pública para 2023 es muy desigual, asegura el informe. En el África subsahariana, la respuesta avanza “relativamente rápido”, mientras que en el resto del mundo “es vacilante”.
Para la muestra, por primera vez en la historia de la pandemia del VIH, se están produciendo más nuevas infecciones fuera de África subsahariana que dentro de ella. De hecho, el número de personas que están contrayendo el VIH está aumentando en al menos 28 países y tres regiones: Europa oriental y Asia central, América Latina y Oriente Medio y Norte de África.
Además, de los 39,9 millones de personas que viven con VIH, casi la cuarta parte (9,3 millones) no reciben tratamiento. Como consecuencia, dice ONUSIDA, una persona muere cada minuto por causas relacionadas con el sida.
Al respecto, Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA, aseguró que “la respuesta al VIH se encuentra frente a una encrucijada. Que el mundo ponga fin al sida depende del camino que tomen sus dirigentes. El camino que pone fin al sida no es un misterio. Es una decisión política y financiera”.
Sin embargo, el informe también demuestra que a nivel mundial se está reduciendo la financiación para lograr los objetivos. “En 2023, los recursos totales disponibles para el VIH (19,8 mil millones de dólares estadounidenses) se redujeron en un 5 % desde 2022, lo que nos deja una cifra de 9,5 mil millones de dólares estadounidenses menos de los que se prevén necesarios para 2025 (29,3 mil millones)”, señala el documento.
En los países de ingresos bajos y medios, que representan el 59 % de los recursos totales para el VIH, el dinero destinado a abordar este problema de salud pública cayó por cuarto año consecutivo, con una disminución del 6 % entre 2022 y 2023.
Ante este panorama, el informe destaca que es necesario aumentar la movilización de recursos, sobre todo en las tres regiones donde están aumentando los casos.
El documento concluye que este año, uno antes de la mitad del camino que se trazó a 2023, es clave, pues las decisiones “determinarán si se cumplirán los objetivos mundiales, si el sida terminará como una amenaza para la salud pública para 2030 y si lograremos construir una respuesta sostenible al VIH”.
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