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Los cerebros de hombres y mujeres muestran diferencias en el grosor de su corteza en aquellos países donde hay mayores índices de desigualdad de género, según un estudio que publicado en la revista científica estadounidense PNAS.
La desigualdad de género se asocia con una peor salud mental y un peor rendimiento académico en las mujeres, recuerdan los investigadores, que examinaron la relación entre la desigualdad de género y la estructura cerebral a partir de 7.876 resonancias magnéticas de hombres y mujeres sanos de 29 países. (Lea: Congelar óvulos para ser mamás, un camino con obstáculos en Colombia)
El análisis reveló que en los países con índices relativamente altos de desigualdad de género, el grosor cortical del hemisferio derecho del cerebro era más fino en las mujeres que en los hombres.
Ese diverso grosor cortical se localizaba especialmente en regiones límbicas como el cíngulo anterior caudal derecho y el orbitofrontal medial derecho, así como el occipital lateral izquierdo, indica el estudio.
Sin embargo, no había diferencias significativas en el grosor cortical entre mujeres y hombres en los países con mayor igualdad de género, señala la investigación, coordinada por Nicolas Crossley de la Pontificia Universidad Católica de Chile. (Lea: Mapean el consumo mundial de carne de animales silvestres)
Problemas de salud mental
Los resultados sugieren “una posible relación entre la desigualdad de género y un mayor riesgo de problemas de salud mental y menor rendimiento académico”, según los autores.
Estos resultados “sugieren un posible mecanismo neural subyacente en los peores resultados de las mujeres en contextos de desigualdad de género, así como destaca el papel del ambiente en las diferencias cerebrales entre hombres y mujeres”, agrega el estudio. (Lea: Ser bilingüe desde joven podría ayudar a prevenir la demencia)
Además, apuntan “al efecto potencialmente peligroso de la desigualdad de género en el cerebro de las mujeres y aportan pruebas iniciales de políticas de igualdad de género basadas en la neurociencia”.
Para su estudio, el equipo usó una métrica de desigualdad de género en la que combinó las dos más usadas: el Índice de Brecha de Género y el Índice de Desigualdad de Género.
La hipótesis de partida de los investigadores fue que se observarían pocas diferencias estructurales en los cerebros de hombres y mujeres en los países con igualdad de género, y que las diferencias aparecerían con niveles más altos de desigualdad de género, como así se reveló.