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Desde que se anunciaron los primeros recientes casos en Europa y Estados Unidos de viruela del mono, investigadores en salud pública le han insistido a la Organización Mundial de la Salud establecer una nueva nomenclatura, con el fin de evitar estigmatizaciones. En junio, más de una docena de científicos de África envió una carta a la Organización, titulada Necesidad urgente de una nomenclatura no discriminatoria y no estigmatizante para el virus de la viruela símica.
Los científicos escribieron que “la percepción predominante en los medios internacionales y la literatura científica es que el Monkeypox es endémico en personas de algunos países africanos. Sin embargo, está bien establecido que casi todos los brotes de Monkeypox en África antes del brote de 2022 han sido el resultado del contagio de animales a humanos y solo en raras ocasiones ha habido informes de transmisiones sostenidas de persona a persona”. (Lea: ¿Qué hacer si sospecha que tiene viruela del mono y está en Bogotá?)
Y argumentaron que “en el contexto del brote global actual, la referencia continua y la nomenclatura de que este virus es africano no solo es inexacta sino que también es discriminatoria y estigmatizante. La manifestación más obvia de esto es el uso de fotografías de pacientes africanos para representar las lesiones de viruela en los principales medios de comunicación del norte global”.
Tulio de Oliveira, bioinformático de la Universidad de Stellenbosch en Sudáfrica y uno de los autores de la carta, señaló para el New York Times que “los nombres importan, al igual que la precisión científica, especialmente para los patógenos y las epidemias que estamos tratando de controlar”. (Lea: Viruela del mono en Colombia: la ruta que deben seguir los médicos para atenderla)
Luego de recibir la carta, la OMS afirmó que trabajaría con expertos para encontrar un nuevo nombre. Sin embargo, no se ha vuelto a manifestar al respecto y los científicos aseguran que el proceso ha sido muy largo.
La insistencia de los expertos se da, además, cuando han ocurrido otros casos de estigmatización. Recientemente, se supo que fueron atacados monos tití y monos capuchinos en Brasil, con acciones como lapidación y envenenamiento, para evitar la propagación de la viruela del mono, pese a que este animal no lo transmite. (Lea: La República Democrática del Congo declara un nuevo rebrote del ébola)
El nombre de la viruela se debe a que, en 1958, el virus fue descubierto en una colonia de monos de laboratorio por científicos daneses, quienes decidieron acuñarle esa nomenclatura. En varias ocasiones, científicos han afirmado que el reservorio animal más probable del virus serían los roedores.
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