Cinco hábitos preocupantes de las personas infelices

La felicidad se puede manifestar de muchas maneras, tantas que es difícil encontrar una definición única de ella. La infelicidad, por el otro lado, es muy fácil de identificar: tristeza, soledad, depresión son sólo algunos de los síntomas que afectan la vida. Pero estas situaciones no son sólo individuales. La infelicidad es contagiosa y puede tener efectos negativos en otras personas.

Un ambicioso estudio realizado por investigadores de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, siguió por ocho décadas a un grupo de personas y encontró que estar rodeado de personas infelices se relaciona con una mala salud y una menor expectativa de vida. En pocas palabras, la infelicidad es tan nociva como el humo del cigarrillo.

Sin embargo, y en contravía de lo que muchos creerían, la felicidad poco tiene que ver con las circunstancias en las que se vive. Otro estudio, esta vez realizado por la Universidad de Illinois, encontró que personas con altos salarios (mayores a US$10 millones) son sólo un “poco más felices” que sus empleados.

“Las circunstancias de la vida poco tienen que ver con la felicidad, porque gran parte de la felicidad está bajo tu control”, indica un estudio realizado por la Universidad de California, en el cual indica que son los hábitos los que realmente hacen a una persona más o menos feliz. Según la investigación, sólo el 50% de la felicidad depende de causas genéticas o personales. El resto lo construye cada uno.

La infelicidad puede atacar por sorpresa. Buena parte de nuestra felicidad depende de nuestros hábitos en pensamiento y acción, y debemos monitorearlos de cerca y estar seguros de que no nos harán caer en el negativismo y la tristeza.

Algunos hábitos terminan llevando a la infelicidad más que otros. Por eso es importante prestar atención a algunos de ellos, bastantes comunes en el día a día y que pueden terminar atrayendo una ola de negatividad.

Los cinco hábitos que debes evitar:

• Ser pesimista: El problema de tener una actitud pesimista es que, además, de afectar al estado de ánimo, se convierte en una profecía.
• Quejarse por todo: Es un comportamiento de autorrefuerzo. Al hablar constantemente sobre lo mal que van las cosas, o al pensarlo, se reafirman las convicciones negativas.
• Compararse con el otro: La envidia y los celos son incompatibles con la felicidad, por lo que, si hay una comparación constante con los demás, ha llegado el momento de parar.
• Esperar el futuro: Esta característica va siempre acompañado de la frase "seré feliz cuando...". Este pensamiento hace mucho hincapié en las circunstancias y en la esperanza de que ciertas cosas sucedan. Genera dependencia y poco compromiso con los pensamientos.
• Hacerse la víctima: El pensamiento de que la vida es difícil y está fuera de su control es lo que piensan todas las personas inconscientemente infelices. En otras palabras, "la vida me va a hacer tropezar y no puedo hacer nada para impedirlo". El problema está en que, con esa filosofía, se fomenta la sensación de impotencia, de angustia, y de incapacidad.

Cambiar los hábitos para ser feliz es responsabilidad de cada uno. Es importante saber que pequeñas malas costumbres pueden llevar a la infelicidad y a grandes malestares. La felicidad tiene que ver con cómo se ven la vida y los pensamientos que la mente sostiene.

La felicidad se puede manifestar de muchas maneras, tantas que es difícil encontrar una definición única de ella. La infelicidad, por el otro lado, es muy fácil de identificar: tristeza, soledad, depresión son sólo algunos de los síntomas que afectan la vida. Pero estas situaciones no son sólo individuales. La infelicidad es contagiosa y puede tener efectos negativos en otras personas.

Un ambicioso estudio realizado por investigadores de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, siguió por ocho décadas a un grupo de personas y encontró que estar rodeado de personas infelices se relaciona con una mala salud y una menor expectativa de vida. En pocas palabras, la infelicidad es tan nociva como el humo del cigarrillo.

Sin embargo, y en contravía de lo que muchos creerían, la felicidad poco tiene que ver con las circunstancias en las que se vive. Otro estudio, esta vez realizado por la Universidad de Illinois, encontró que personas con altos salarios (mayores a US$10 millones) son sólo un “poco más felices” que sus empleados.

“Las circunstancias de la vida poco tienen que ver con la felicidad, porque gran parte de la felicidad está bajo tu control”, indica un estudio realizado por la Universidad de California, en el cual indica que son los hábitos los que realmente hacen a una persona más o menos feliz. Según la investigación, sólo el 50% de la felicidad depende de causas genéticas o personales. El resto lo construye cada uno.

La infelicidad puede atacar por sorpresa. Buena parte de nuestra felicidad depende de nuestros hábitos en pensamiento y acción, y debemos monitorearlos de cerca y estar seguros de que no nos harán caer en el negativismo y la tristeza.

Algunos hábitos terminan llevando a la infelicidad más que otros. Por eso es importante prestar atención a algunos de ellos, bastantes comunes en el día a día y que pueden terminar atrayendo una ola de negatividad.

Los cinco hábitos que debes evitar:

• Ser pesimista: El problema de tener una actitud pesimista es que, además, de afectar al estado de ánimo, se convierte en una profecía.
• Quejarse por todo: Es un comportamiento de autorrefuerzo. Al hablar constantemente sobre lo mal que van las cosas, o al pensarlo, se reafirman las convicciones negativas.
• Compararse con el otro: La envidia y los celos son incompatibles con la felicidad, por lo que, si hay una comparación constante con los demás, ha llegado el momento de parar.
• Esperar el futuro: Esta característica va siempre acompañado de la frase "seré feliz cuando...". Este pensamiento hace mucho hincapié en las circunstancias y en la esperanza de que ciertas cosas sucedan. Genera dependencia y poco compromiso con los pensamientos.
• Hacerse la víctima: El pensamiento de que la vida es difícil y está fuera de su control es lo que piensan todas las personas inconscientemente infelices. En otras palabras, "la vida me va a hacer tropezar y no puedo hacer nada para impedirlo". El problema está en que, con esa filosofía, se fomenta la sensación de impotencia, de angustia, y de incapacidad.

Cambiar los hábitos para ser feliz es responsabilidad de cada uno. Es importante saber que pequeñas malas costumbres pueden llevar a la infelicidad y a grandes malestares. La felicidad tiene que ver con cómo se ven la vida y los pensamientos que la mente sostiene.