Colombia, aun sin vacunas para mpox: la historia de una promesa a medias
Aunque desde finales del 2022 el Gobierno prometió que Colombia tendría vacunas para el mpox, solo ha recibido una donación de Japón, cuyo único fin era hacer un ensayo clínico. Hasta el momento, no hay ninguna aprobada por el Invima ni tampoco alguna solicitud de una compañía para comercializarla. ¿Podrá adquirirlas el país en el futuro, en medio de un escenario de escasez?
Sergio Silva Numa
Las primeras semanas de noviembre del 2022 hubo un debate de control político a la entonces ministra de Salud, Carolina Corcho. Quienes lo citaron en la Cámara de Representantes querían saber, entre otras cosas, por qué, si los casos de viruela símica (mpox) parecían crecer en Colombia (había más de 3.800 acumulados), aún no había ninguna vacuna disponible en el país. Corcho se defendió diciendo que estaban en negociaciones con otro Estado y aseguró que recibiría la mayor cantidad de vacunas de América Latina. Semanas atrás, en Perú, ya había aterrizado el primer lote de 5.600 dosis de la vacuna Jynneos, del laboratorio Bavarian Nordic (Dinamarca).
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Las primeras semanas de noviembre del 2022 hubo un debate de control político a la entonces ministra de Salud, Carolina Corcho. Quienes lo citaron en la Cámara de Representantes querían saber, entre otras cosas, por qué, si los casos de viruela símica (mpox) parecían crecer en Colombia (había más de 3.800 acumulados), aún no había ninguna vacuna disponible en el país. Corcho se defendió diciendo que estaban en negociaciones con otro Estado y aseguró que recibiría la mayor cantidad de vacunas de América Latina. Semanas atrás, en Perú, ya había aterrizado el primer lote de 5.600 dosis de la vacuna Jynneos, del laboratorio Bavarian Nordic (Dinamarca).
La promesa de Carolina Corcho se “cumplió” un par de meses después. El 6 de diciembre de ese año, el Gobierno de Japón anunció que le donaría a Colombia vacunas contra el mpox para 25.000 personas. Su nombre era LC16, de la compañía KM Biologics (de Japón, por supuesto). Pero a diferencia de las que recibió Perú, estas tenían un fin específico: debían usarse para un ensayo clínico. En otras palabras, se utilizarían para comprobar su eficacia frente a la viruela símica.
Aunque la vacuna LC16 la conocíamos desde los años 70 para tratar la viruela, más de un científico sospechaba que podía ser útil para la viruela símica. Después de todo, los virus que causan a ambas enfermedades (la viruela “común”, ya erradicada, y el mpox), pertenecen al mismo género: Orthopoxvirus.
Hoy, después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la emergencia de salud pública internacional por el incremento de casos de mpox (clado Ib) en África, muchos se están haciendo la misma pregunta: ¿Hay o no vacunas en Colombia?
La respuesta corta es no. En este momento, como nos confirmó el Invima, encargado de autorizar cualquier medicamento o biológico en el país, ninguna compañía ha radicado una solicitud para traer ese tipo de vacunas a Colombia. Tampoco, por supuesto, hay ninguna vacuna aprobada contra el Mpox.
El único permiso que ha dado el Invima es el del ensayo clínico para evaluar la eficacia y seguridad de la vacuna LC16, para “prevenir el Mpox en poblaciones de alto riesgo”. Ese ensayo fue aprobado el 6 de diciembre de 2023 y, señala la entidad, está activo en un solo centro de investigación: la Clínica Colsanitas S.A. - Sede Clínica Colombia, en Bogotá.
Paciencia e incertidumbre
El médico infectólogo Carlos Álvarez, profesor de la Universidad Nacional, es quien ha estado al frente del ensayo clínico aprobado por el Invima. Prefiere ser muy prudente a la hora de compartir los datos que han recopilado, pues, si todo marcha bien, cuenta, espera que se publiquen los primeros resultados en unas semanas.
Una de las aclaraciones que hace Álvarez tiene que ver con una noticia que circuló hace pocos días en algunos medios de comunicación y que indicaba que esas vacunas “estarían vencidas”. “Por supuesto que no”, dice. “Nosotros aplicamos vacunas vigentes. Dejamos de vacunar a finales de febrero, porque era lo que nos habíamos trazado en el ensayo clínico. Y, por supuesto, solo eran dosis que se podían usar bajo el marco de ese ensayo clínico”.
Lo que sí reconoce Álvarez es que, en el camino, enfrentaron algunos desafíos. Las dosis prometidas por Japón llegaron en el primer semestre del 2023 y, mientras conseguían todos los permisos para iniciar el estudio (un proceso nada sencillo) y resolvían las inquietudes de los comités de ética, pasaron varios meses. Luego de que el Invima les dio luz verde el 6 de diciembre de 2023, arrancaron a vacunar a la población priorizada: personas con VIH y personas con conductas sexuales de riesgo.
“De manera que, luego de visitar organizaciones y de hacer varios talleres, empezamos a vacunar a finales de diciembre de 2023. Pero, para ese entonces, la percepción del riesgo frente al mpox ya había cambiado. Ya no era una gran preocupación entre ellos”, recuerda.
Basta darle una mirada a la siguiente gráfica. El Instituto Nacional de Salud tan solo registraba entre uno y cuatro casos algunos días.
Pero, más allá de los retos que implicó el ensayo clínico, entre los que también está la estrechez de recursos, Álvarez cree que la vacuna japonesa LC16 tiene, por lo pronto, una buena ventaja frente a la danesa Jynneos: la primera requiere una sola dosis; la segunda, dos. También sugiere tener un poco de paciencia para esperar más publicaciones que nos permitan tener mejor información sobre ambos biológicos.
En el caso de Jynneos (que desde el pasado abril está disponible comercialmente en EE.UU. para mayores de 18 años), parece tener una eficacia de entre el 35% y el 75% después de una dosis, y de entre el 66% y el 85%, después de dos dosis, según resumía una revisión sistemática publicada el pasado 31 de julio en la revista Emerging Microbes & Infections.
En ese análisis de la mejor evidencia disponible, el equipo encabezado por Hao Lio, del Clinical and Research Center for Infectious Diseases, del Beijing Youan Hospital, en China, recomendaba proporcionar dosis de vacunas contra la viruela de tercera generación (como Jynneos) a los grupos de alto riesgo, especialmente a los infectados con VIH. También pedían más estudios, que no se han podido llevar a cabo por, entre otras cosas, por “la escasez de vacunas”.
¿En medio de ese escenario de escasez y en el que, posiblemente, varios países empezarán a solicitar dosis, Colombia podría acceder a estos biológicos? Intentamos contactarnos con el Ministerio de Salud desde el jueves en la mañana para saber si había iniciado alguna negociación, pero nunca obtuvimos una respuesta.
También consultamos a la Secretaría de Bogotá, que ya anunció la puesta en marcha de un plan de acción para preparar a la ciudad ante la llegada eventual del clado Ib del monpox (el que inquieta a África), para saber si han iniciado algún proceso similar. El epidemiólogo Julián Fernández, subsecretario de Salud de la Alcaldía, aclara que ese es un proceso que, primero, requiere la autorización del Gobierno Nacional, aunque cree que debe adquirirlas pronto para los grupos de riesgo. “El Ministerio de Salud debe comenzar las gestiones”, señala. “Las vacunas deben pensarse no solamente para responder a la emergencia, sino para los programas de eliminación de mediano y largo plazo”.
A sus ojos, es muy probable que, debido a la conexión que tenemos con Europa, el clado Ib llegue al país. En caso de que eso suceda, tanto él como la Asociación Colombiana de Epidemiología desaconsejan la vacunación masiva, una idea improbable en un escenario donde hay muy pocas vacunas.
“Una de las cosas que a mí más me inquietan es, justamente, el acceso a esas tecnologías. Parece estar muy complicado”, reitera la epidemióloga y profesora de la Universidad Javeriana, Zulma Cucunubá.
Para la muestra, un botón: en el último informe de la situación en República Democrática del Congo que nos compartió Médicos Sin Fronteras, esta semana, indican que ese país, donde hay más casos del clado Ib del monpox, ya validó dos vacunas. El único problema es que no tiene dosis disponibles. Se están llevando a cabo negociaciones con determinados países y se están identificando áreas prioritarias”, se lee en el documento. “Esperamos que las cosas se solucionen pronto”.
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