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Comenzó la vacunación contra la viruela del mono, pero hay algunas dudas sobre esta

Varios países ya comenzaron a vacunar a personas sospechosas de estar contagiadas con la viruela símica, sin embargo, varios expertos cuestionan la efectividad de la medida. Al estar utilizando vacunas que nunca han sido probadas en humanos, no se sabe con certeza cuál es su efectividad. ¿Funcionará la vacunación? ¿Qué se requiere para que sea exitosa?

14 de junio de 2022 - 11:27 a. m.
Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) registra más de 1.000 casos de viruela del mono en cerca de 30 países donde la enfermedad no es endémica, Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, han empezado campañas de vacunación con el fin de detener los contagios.
Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) registra más de 1.000 casos de viruela del mono en cerca de 30 países donde la enfermedad no es endémica, Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, han empezado campañas de vacunación con el fin de detener los contagios.
Foto: EFE - Nathalia Aguilar
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Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) registra más de 1.000 casos de viruela del mono en cerca de 30 países donde la enfermedad no es endémica, Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, han empezado campañas de vacunación con el fin de detener los contagios. Sin embargo, para algunos expertos, esta medida tiene algunos reparos.

La estrategia empleada por estos países se denomina “vacunación en anillo”, y consiste en vacunar a las personas que han estado expuestas a la viruela del mono por haber estado en contacto estrecho con individuos infectados. (Puede leer: Endometriosis: cuando la normalización del dolor menstrual invisibiliza una enfermedad)

Una de las principales dudas se la planteó Natalie Dean, bioestadística de la Universidad de Emory en Atlanta, Estados Unidos, a Nature, al señalar que las vacunas que se utilizan actualmente para enfrentar esta enfermedad, fueron fabricadas originalmente contra la viruela, por lo que no se conoce con precisión la seguridad y eficacia para este brote de viruela símica. Además, señala Dean, la “vacunación en anillo” radica en un rastreo de posibles contactos y cuestiona que todos los países estén realizando un seguimiento riguroso que asegure el éxito de la estrategia.

El segundo problema, señala Dean, tiene que ver con el tipo de vacunas con las que cuentan los países. Varios Estados alrededor del mundo preservaron algunas dosis contra la viruela, a pesar de que esta fue erradicada hace más de tres décadas. Sin embargo, la mayoría de estas corresponden a vacunas de “segunda generación”, las cuales pueden causar efectos secundarios graves. Las vacunas de “tercera generación” no tienen este riesgo, pero existen menos dosis a nivel mundial.

Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), y la OMS, las vacunas utilizadas contra la viruela del mono pueden tener una eficacia del 85 %. Sin embargo, apunta la bioestadística, nunca se han probado en humanos. (Le puede interesar: Alerta por lotes falsificados de dos medicamentos que podrían circular en el país)

Como las vacunas no han sido probadas en personas, tampoco existen datos precisos de cómo deben ser aplicadas. Andrea McCollum, epidemióloga de los CDC en Atlanta, Estados Unidos, le puso de ejemplo a Nature la situación que viven en este estado. Allí cuentan con dos vacunas. Una de “primera generación”, la otra de “segunda generación”. La primera solo debe ser aplicada en una dosis. Sin embargo, la segunda requiere de dos aplicaciones. ¿Una sola dosis de esta última vacuna sería suficiente para detener la infección?, se pregunta McCollum. El problema, reconoce, es que no existe una respuesta clara a esta duda.

A pesar de la disponibilidad de vacunas, muchas personas se han opuesto a la vacunación. La situación en Reino Unido ejemplifica el problema. Según un informe de Eurosurveillance2, una revista europea sobre vigilancia, epidemiología, prevención y control de enfermedades infecciosas, son pocas las personas que han accedido a los biológicos.

Con corte al 24 de mayo, solo 15 de 107 contactos de la comunidad, cerca del 15 %, optaron por la vacuna. La cifra aumentaba en los trabajadores sanitarios. De 245, el 69 %, es decir 145, accedieron a vacunarse. Daniel Bausch, director de amenazas emergentes y seguridad sanitaria mundial de FIND, una ONG médica con sede en Suiza, le comentó a Nature que este será un reto para los gobiernos quienes deberán implementar campañas de comunicación efectivas en donde expliquen cuál es la población susceptible de vacunación. (También puede leer: Colombia ya tiene un plan de salud para la próxima década. ¿En qué consiste?)

Bausch, al igual que el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida), alertó sobre la homofobia que se ha generado en torno a esta enfermedad. “Si la enfermedad sigue siendo estigmatizada, la gente podría no querer cumplir con los esfuerzos de rastreo de contactos, lo que haría mucho más difícil la vacunación en anillo”, señaló para Nature el experto.

Aunque los países miembros de la OMS prometieron más de 31 millones de dosis de vacunas contra la viruela, lo cierto del caso es que nunca se han aplicado contra la viruela del mono en África, continente donde 4,7 % de los contagiados con esta enfermedad han muerto en lo que va del año. Mientras tanto, no se ha registrado ningún deceso por esta causa en los cerca de 30 países donde esta enfermedad no es endémica.

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