Comisión de reforma a la salud terminó sin acuerdos en los puntos esenciales
En medio de divisiones y desacuerdos fundamentales, la discusión sobre la reforma a la salud en Colombia regresa a la plenaria de la Cámara de Representantes. A pesar del intento de conciliación que se llevó a cabo en la comisión accidental que la estudió, persisten diferencias en puntos clave, como la conformación de redes de prestadores y el régimen de transición. Se reconocen algunos ajustes en el proyecto.
La discusión sobre la reforma a la salud vuelve a la plenaria de la Cámara de Representantes casi como comenzó: sin acuerdos en los puntos fundamentales que han dividido a las bancadas de los partidos políticos. El último intento fue la creación de una comisión accidental conformada por poco más de 40 congresistas de todas las vertientes, quienes se estuvieron reuniendo en los últimos días para afinar esos desacuerdos.
Esa comisión terminó este martes con la presentación de un informe a la plenaria que reúne algunos cambios en el proyecto de ponencia y un apartado en el que los congresistas dejan ver aquellos elementos en los que, dijeron, hay una visión completamente diferente del modelo de salud. Este informe será votado.
Puede ver: Por primera vez, Colombia declara de interés público un medicamento para tratar VIH
Quizá lo más interesante del trabajo de la comisión es que los congresistas acordaron un procedimiento de trámite para que el proyecto avance en la plenaria: dividieron los artículos por bloques. De esta manera, los partidos pueden avanzar votando los bloques en los que hay consenso, dejando para una discusión más detallada aquellos en los que sigue sin haber acuerdos entre las fuerzas políticas del país.
Entre estos últimos, dijo la representante y ponente del proyecto, Martha Alfonso Jurado, está la conformación de las redes de prestadores (que hoy hacen las EPS y que el proyecto quiere que pase a manos del Ministerio de Salud), algunas responsabilidades del Consejo Nacional de Salud, que sería el órgano de consulta del sector, y las funciones de los Centros de Atención Primaria en Salud (o CAPS).
Tampoco hubo consenso en el régimen de transición, que la ponencia y el Gobierno han defendido que será de dos años (es decir, las EPS, por ejemplo, tendrán dos años para transformarse en Gestoras de Vida y Salud), y qué opositores y congresistas independientes han querido aumentar.
Puede ver: Nobel de Medicina 2023: claves para entender la importancia del ARN mensajero
“Varios de nosotros pedimos que ese tiempo de transición fuera más largo. No llegamos a acuerdos en muchos temas esenciales y sustanciales. Nuestra visión es que el sistema actual de salud tiene muchas cosas buenas que deberían conservarse y preservarse, y mejorar lo que está por mejorar”, resumió Julia Miranda, del Nuevo Liberalismo, y quien fue una de las artífices de esta comisión.
Aun con esos desacuerdos fundamentales (que se han mantenido desde que inició la discusión de la reforma), los congresistas de la comisión señalaron que hubo otros puntos en los que el proyecto mejoró.
“Hay elementos en los que se hicieron ajustes significativos al articulado, errores que se reconocieron de la redacción, precisiones y claridades frente a roles de cada uno de los actores”, dijo Jurado. El objetivo de esta comisión era lograr acercar a los partidos en la discusión del proyecto, antes de que se abriera la discusión en la plenaria de la Cámara. Ahora que hay un informe, se prevé que el debate del articulado comience la siguiente semana. Si es votado positivamente, la reforma pasará a la comisión séptima del Senado.
La discusión sobre la reforma a la salud vuelve a la plenaria de la Cámara de Representantes casi como comenzó: sin acuerdos en los puntos fundamentales que han dividido a las bancadas de los partidos políticos. El último intento fue la creación de una comisión accidental conformada por poco más de 40 congresistas de todas las vertientes, quienes se estuvieron reuniendo en los últimos días para afinar esos desacuerdos.
Esa comisión terminó este martes con la presentación de un informe a la plenaria que reúne algunos cambios en el proyecto de ponencia y un apartado en el que los congresistas dejan ver aquellos elementos en los que, dijeron, hay una visión completamente diferente del modelo de salud. Este informe será votado.
Puede ver: Por primera vez, Colombia declara de interés público un medicamento para tratar VIH
Quizá lo más interesante del trabajo de la comisión es que los congresistas acordaron un procedimiento de trámite para que el proyecto avance en la plenaria: dividieron los artículos por bloques. De esta manera, los partidos pueden avanzar votando los bloques en los que hay consenso, dejando para una discusión más detallada aquellos en los que sigue sin haber acuerdos entre las fuerzas políticas del país.
Entre estos últimos, dijo la representante y ponente del proyecto, Martha Alfonso Jurado, está la conformación de las redes de prestadores (que hoy hacen las EPS y que el proyecto quiere que pase a manos del Ministerio de Salud), algunas responsabilidades del Consejo Nacional de Salud, que sería el órgano de consulta del sector, y las funciones de los Centros de Atención Primaria en Salud (o CAPS).
Tampoco hubo consenso en el régimen de transición, que la ponencia y el Gobierno han defendido que será de dos años (es decir, las EPS, por ejemplo, tendrán dos años para transformarse en Gestoras de Vida y Salud), y qué opositores y congresistas independientes han querido aumentar.
Puede ver: Nobel de Medicina 2023: claves para entender la importancia del ARN mensajero
“Varios de nosotros pedimos que ese tiempo de transición fuera más largo. No llegamos a acuerdos en muchos temas esenciales y sustanciales. Nuestra visión es que el sistema actual de salud tiene muchas cosas buenas que deberían conservarse y preservarse, y mejorar lo que está por mejorar”, resumió Julia Miranda, del Nuevo Liberalismo, y quien fue una de las artífices de esta comisión.
Aun con esos desacuerdos fundamentales (que se han mantenido desde que inició la discusión de la reforma), los congresistas de la comisión señalaron que hubo otros puntos en los que el proyecto mejoró.
“Hay elementos en los que se hicieron ajustes significativos al articulado, errores que se reconocieron de la redacción, precisiones y claridades frente a roles de cada uno de los actores”, dijo Jurado. El objetivo de esta comisión era lograr acercar a los partidos en la discusión del proyecto, antes de que se abriera la discusión en la plenaria de la Cámara. Ahora que hay un informe, se prevé que el debate del articulado comience la siguiente semana. Si es votado positivamente, la reforma pasará a la comisión séptima del Senado.