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Los 194 Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se encuentran inmersos en un proceso de negociación y redacción de una nueva convención, acuerdo u otro instrumento internacional que fortalezca la preparación y respuesta del mundo ante pandemias. La decisión de iniciar el proceso se tomó en diciembre de 2021, cuando terminaba el segundo año de la pandemia de covid-19 y millones de vidas ya se habían perdido. La idea de los Estados es presentar un documento final en la Asamblea de la Salud en 2024 para aprobación plena.
Este jueves se conoció que los Estados acordaron que ese nuevo instrumento “debería ser jurídicamente vinculante y contener elementos jurídicamente vinculantes y no vinculantes”. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, saludó la decisión y señaló que resguardará a familias y comunidades.”No se puede exagerar la importancia de un instrumento legalmente vinculante: será nuestro legado colectivo para las generaciones futuras”, afirmó.
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Además de los Estados miembros de la OMS, el proceso para desarrollar un posible nuevo acuerdo incluye otros órganos del sistema de las Naciones Unidas y una amplia gama de otros actores no estatales. La OMS también ha realizado audiencias públicas en las cuales ha participado organizaciones internacionales; sociedad civil; el sector privado; organizaciones filantrópicas; instituciones científicas, médicas, de políticas públicas y académicas y otras entidades con conocimientos, experiencia y/o pericia relevantes.
Aunque los Estados serán los que definan los alcances del nuevo acuerdo, la OMS señala que que “se esperaría que cualquier nuevo acuerdo establezca principios, prioridades y objetivos para la preparación y respuesta ante una pandemia, con el objetivo de construir resiliencia a las pandemias; apoyar la prevención, detección y respuesta a brotes con potencial pandémico; garantizar el acceso equitativo a las contramedidas pandémicas; y apoyar la coordinación mundial a través de una OMS más fuerte y más responsable”.
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La equidad, que el organismo ha tenido como una de sus principales banderas en la repartición de las vacunas, es uno de los principios clave que se discuten como parte del trabajo sobre el nuevo acuerdo