Como sus dueños, las mascotas estadounidenses están obesas
Un estudio difundido por la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad con los Animales señaló que la obesidad se ha convertido en la peor amenaza para animales domésticos. Los gatos son los más afectados.
Redacción Salud y EFE
Dicen que los perros se parecen a sus dueños. Y un estudio reciente, realizado por la compañía Banfield Hospital para Mascotas, demostró que los perros estadounidenses cumplen ese precepto a la perfección: buena parte de ellos se han convertido, como sus amos, en obesos.
El estudio, difundido por la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad con los Animales (ASPCA), encontró que en los últimos diez años, el número de perros con sobrepeso aumentó el 158 %. A los gatos les fue peor: hoy hay 169% más enfermos que hace diez años.
“Hoy en día, uno de cada tres gatos o perros en EE.UU. tiene sobrepeso”, señala Kirk Breuninger, director del estudio. Una cifra similar a los humanos: a nivel mundial, una de cada tres personas es obesa. Solo en Estados Unidos, donde viven 321 millones de personas, hay 41,7 millones de hombres obesos y 46,1 millones de mujeres obesas, según un estudio publicado en 2016 en la revista científica The Lancet.
Y eso que estas cifras son conservadoras. La Asociación para Prevención de la Obesidad en las Mascotas (APPO, en inglés) publicó a principios de 2016 un informe en el que calculó que más de la mitad de las mascotas estadounidenses tenían problemas de peso. El 34% de los perros y el 28% de gatos del país sufrían de sobrepeso, una condición que es la antesala para la obesidad.
La investigación de la ASPCA se basó en datos recogidos de los 2,5 millones de perros y 505.000 gatos que fueron examinados en 2016 en los centros veterinarios de Banfield Hospital. Los investigadores encontraron que el exceso de comida que reciben las mascotas es usada como una muestra de afecto por parte del dueño.
Otros factores que influyen en la epidemia de obesidad canina y gatuna es que los amos se han acostumbrado tanto a ver animales obesos que no le dan una mayor importancia algunos kilitos de más en su mascota. Además, el estilo de vida sedentario de dueños influye directamente en la cantidad de ejercicio, y por lo tanto, la salud, de su animal de compañía.
Y como al animal humano, la obesidad en perros y gatos conlleva problemas tan graves como presión alta, enfermedades de corazón, diabetes, artritis, asma, incontinencia urinaria e inclusive, problemas dermatológicos.
Este cúmulo de complicaciones, señaló el estudio, hace que los dueños de mascotas obesas se gasten 17% % más en atención veterinaria y el 25 % más en medicación que los de perros que están en forma. En el caso de los gatos, los gastos se incrementaron en un 36 %. En plata blanca, estos dueños gastan entre 1.000 y 2.000 dólares adicionales cada año en atención médica para sus animales.
“La obesidad sigue siendo la mayor amenaza para la salud de perros y gatos”, dijo el fundador de APPO, Ernie Ward, que indicó que están muriendo prematuramente por ese motivo millones de perros y gatos, lo que produce un “inconmensurable dolor y sufrimiento” y decenas de millones de dólares en gastos de salud evitables.
Dicen que los perros se parecen a sus dueños. Y un estudio reciente, realizado por la compañía Banfield Hospital para Mascotas, demostró que los perros estadounidenses cumplen ese precepto a la perfección: buena parte de ellos se han convertido, como sus amos, en obesos.
El estudio, difundido por la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad con los Animales (ASPCA), encontró que en los últimos diez años, el número de perros con sobrepeso aumentó el 158 %. A los gatos les fue peor: hoy hay 169% más enfermos que hace diez años.
“Hoy en día, uno de cada tres gatos o perros en EE.UU. tiene sobrepeso”, señala Kirk Breuninger, director del estudio. Una cifra similar a los humanos: a nivel mundial, una de cada tres personas es obesa. Solo en Estados Unidos, donde viven 321 millones de personas, hay 41,7 millones de hombres obesos y 46,1 millones de mujeres obesas, según un estudio publicado en 2016 en la revista científica The Lancet.
Y eso que estas cifras son conservadoras. La Asociación para Prevención de la Obesidad en las Mascotas (APPO, en inglés) publicó a principios de 2016 un informe en el que calculó que más de la mitad de las mascotas estadounidenses tenían problemas de peso. El 34% de los perros y el 28% de gatos del país sufrían de sobrepeso, una condición que es la antesala para la obesidad.
La investigación de la ASPCA se basó en datos recogidos de los 2,5 millones de perros y 505.000 gatos que fueron examinados en 2016 en los centros veterinarios de Banfield Hospital. Los investigadores encontraron que el exceso de comida que reciben las mascotas es usada como una muestra de afecto por parte del dueño.
Otros factores que influyen en la epidemia de obesidad canina y gatuna es que los amos se han acostumbrado tanto a ver animales obesos que no le dan una mayor importancia algunos kilitos de más en su mascota. Además, el estilo de vida sedentario de dueños influye directamente en la cantidad de ejercicio, y por lo tanto, la salud, de su animal de compañía.
Y como al animal humano, la obesidad en perros y gatos conlleva problemas tan graves como presión alta, enfermedades de corazón, diabetes, artritis, asma, incontinencia urinaria e inclusive, problemas dermatológicos.
Este cúmulo de complicaciones, señaló el estudio, hace que los dueños de mascotas obesas se gasten 17% % más en atención veterinaria y el 25 % más en medicación que los de perros que están en forma. En el caso de los gatos, los gastos se incrementaron en un 36 %. En plata blanca, estos dueños gastan entre 1.000 y 2.000 dólares adicionales cada año en atención médica para sus animales.
“La obesidad sigue siendo la mayor amenaza para la salud de perros y gatos”, dijo el fundador de APPO, Ernie Ward, que indicó que están muriendo prematuramente por ese motivo millones de perros y gatos, lo que produce un “inconmensurable dolor y sufrimiento” y decenas de millones de dólares en gastos de salud evitables.