Compensar quiere ser liquidada: vienen desafíos, pero es mejor mantener la calma
Después de que el mundo de la salud se sorprendiera con la decisión de la Supersalud de intervenir Sanitas y Nueva EPS, Compensar tomó una decisión que ha puesto con los pelos de punta a más de un paciente: pidió ser liquidada.
Sergio Silva Numa
Ayer, cuando apenas estaba empezando a aclararse el día, otra EPS sorprendió con una decisión que desató el nerviosismo de muchos pacientes. Compensar, con 2,1 millones de afiliados, la mayoría en la región Andina, anunció que daría un paso al costado. La “compleja situación financiera que atraviesa el sistema de salud”, señaló en un comunicado, le estaba impidiendo garantizar el servicio a sus afiliados. Por ese motivo, solicitó a la Superintendencia de Salud su retiro y liquidación voluntaria.
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Ayer, cuando apenas estaba empezando a aclararse el día, otra EPS sorprendió con una decisión que desató el nerviosismo de muchos pacientes. Compensar, con 2,1 millones de afiliados, la mayoría en la región Andina, anunció que daría un paso al costado. La “compleja situación financiera que atraviesa el sistema de salud”, señaló en un comunicado, le estaba impidiendo garantizar el servicio a sus afiliados. Por ese motivo, solicitó a la Superintendencia de Salud su retiro y liquidación voluntaria.
El anuncio desató el pánico entre los usuarios del sistema de salud que quedaron con muchas inquietudes. ¿Es hora de cambiarse de EPS? ¿Es mejor buscar seguros privados? ¿Se trata de un colapso del sistema de salud?
Es tentador decir que el sistema se cae como piezas de dominó, pero si hay una lección que nos han dejado estas décadas es que no es buena idea dejarse llevar por el miedo. Diana Cárdenas, exviceministra de Protección Social, cree que, en medio de lo compleja que ha sido esta semana y de la incertidumbre que generan los titulares, vale la pena hacer una pausa. No es necesario, dice, cambiarse de EPS. “Es mejor tener paciencia para ver cómo avanzan estos movimientos”, asegura.
“Hay que conservar la calma. No hay que tomar decisiones en caliente, pues los servicios de salud no se van a suspender”, sugiere Tatiana Andia, socióloga y profesora de la U. de los Andes, quien lleva gran parte de su vida estudiando el sistema de salud. Tampoco es momento de adquirir seguros de salud, planes complementarios ni planes de medicina prepagada.
La petición de Compensar no implica que se van a suspender los servicios de salud. Como lo dijo esa misma EPS, “continuará atendiendo a los usuarios de la mejor forma posible hasta el último día en que estén a su cargo”. Así que, como asegura, Mauricio Torres Tovar, director del departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina, de la U. Nacional, si es afiliado a Compensar es mejor tranquilizarse y esperar a que haya un tránsito adecuado. Si la Superintendencia de Salud acepta la propuesta de esta EPS, eventualmente los pacientes deberán ser trasladados a otras EPS.
Eso no quiere decir que no haya desafíos en ese proceso. Aunque es cierto, como dice Torres, que en otros años muchas EPS han sido liquidadas y ha habido algunos procesos exitosos, el escenario hoy es un poco diferente. Por un lado, asegura Cárdenas, los pacientes deben ser trasladados a EPS que no estén intervenidas y, con las decisiones que tomó la Supersalud esta semana respecto a Sanitas y a Nueva EPS, ese grupo se ha reducido. La pregunta es si las que quedan en los lugares donde operaba Compensar, que tenía una fuerte presencia en Bogotá, tienen la capacidad de recibir a sus afiliados. Entre ellas están Sura, Salud Total y Aliansalud.
Recibir afiliados no solo consiste en expandir una red de servicios. También, eludiendo muchísimos detalles, implica hacer ajustes en las finanzas y en la manera de gestionar el riesgo. “¿Qué sucede si una EPS recibe más pacientes de alto costo o pacientes crónicos de los que espera o un volumen mucho mayor al que puede administrar?”, pregunta Andia. Una posible respuesta puede estar en lo que sucedió hace unos años con Cafesalud, cuando recibió a los pacientes de la EPS Saludcoop tras la liquidación: colapsó y, con el tiempo, tuvo que ser liquidada.
Aunque no todos esos traslados han salido mal, Cárdenas recuerda que uno de los momentos más complejos en su paso por el Ministerio de Salud fue cuando le tocó asumir la liquidación de Saludvida, que tenía 1′161.000 usuarios. Sería imposible resumir en esta página la gran cantidad de detalles administrativos que se deben considerar en ese proceso, pero para un paciente también implica reacomodarse a nuevas reglas de juego tan básicas como la forma de pedir una cita o el lugar donde debe reclamar un medicamento.
Por eso, todo depende de la manera como el Ministerio de Salud lleve a cabo ese proceso, en caso de aceptar la solicitud de Compensar. El profesor Torres Tovar cree que puede salir bien y sin tantos traumatismos.
Pero si la Supersalud no acepta la propuesta de Compensar, es posible que haya una intervención (como con Sanitas), escenario que no les suena a muchas personas.
“La liquidación es uno de los caminos más beneficiosos tanto para los pacientes como para nosotros los proveedores. Para pacientes, porque van a tener la garantía del servicio y van a ser reasignados, y para proveedores, porque existe el compromiso de hacer un plan de pagos en donde se garantice cancelar la totalidad de la deuda”, dice un alto funcionario de una de las empresas que se encargan de gran parte de la logística en el mercado de medicamentos (los operadores farmacéuticos).
“Ese retiro voluntario de la EPS Compensar le permite pagar sus deudas con los prestadores (como clínicas y hospitales), mientras los pacientes son trasladados. Así evitan que la situación financiera termine perjudicando a la caja de compensación”, explica Fabio Aristizábal, exsuperintendente de Salud. “Pero lo peor que puede pasar sería una intervención”.
¿Cómo llegó hasta aquí?
Una de las primeras pistas de ese escenario la conocimos en agosto del año pasado, cuando Compensar EPS envió una carta al ministro de Salud, junto con los gerentes de Sanitas y Sura, en la que le manifestaba que pasaba por apuros financieros. En 2022, anotaban, sus pérdidas fueron de $139.000 millones; en 2023, proyectaban pérdidas de $97.000 millones.
Además, indicaban que el porcentaje de inversión por persona era de 113 % respecto al monto que estaba recibiendo por concepto de UPC (la plata que el Estado les da a las EPS por cada usuario). También reclamaban que ese monto ya no les alcanzaba para cubrir servicios. La insuficiencia de la UPC había sido de $494.000 millones en 2022.
Carlos Mauricio Vásquez, presidente del grupo Compensar, dijo ayer que la situación había tocado límite. Según sus cuentas, cada mes están perdiendo unos $30.000 millones y “no podemos esperar a junio ni a diciembre para llegar a una cifra que no sea capaz de manejar esta casa”.
El número de quejas de los usuarios de Compensar también empezó a ser alto. Según las últimas cifras de la Supersalud, la tasa de reclamos, teniendo en cuenta los últimos 12 meses, es de 361,26 (por cada 100.000 usuarios), la tercera más alta en el régimen contributivo. En primer lugar, está Servicio Occidental de Salud (con una tasa de 436,34), seguido por Coosalud.
Ayer, cuando Compensar hizo pública su decisión, al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, parece no haberle sonado mucho esa medida y se mostró sorprendido. “No queremos que se retire”, dijo. Aseguró que ya se había sentado con Andrés Barragán, director de Salud de Compensar, para encontrar una alternativa.
Todos los pacientes están a la espera.
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