Consecuencias cerebrales del COVID-19 preocupan a neurólogos
Accidentes cerebrovasculares, psicosis, encefalitis, entre otros, son algunos de los trastornos del sistema nervioso reportados en algunos pacientes con coronavirus.
El virus que hoy tiene en jaque al mundo entero fue bautizado como SARS-CoV-2 por ser considerado un agente que principalmente desencadena en los infectados un síndrome respiratorio agudo grave. Sus iniciales coinciden con esas palabras en inglés (Severe Acute Respiratory Syndrome). Sin embargo, después de seis meses de pandemia y un conteo de casos positivos que se acerca a los 12 millones y 544.000 muertes, los médicos tienen bastante claro que el coronavirus es mucho más que esa etiqueta.
Inflamación en dedos por microtrombos, pérdida del olfato e infartos. La lista de síntomas y complicaciones asociados con el coronavirus ha venido en aumento. Tanto así, que esta semana un grupo de médicos de Francia registraron en la revista The American Journal of Emergency Medicine el curioso caso de un paciente que padeció priapismo (una erección prolongada) debido a complicaciones sanguíneas relacionadas con el SARS-CoV-2. (Le puede interesar: Registran caso de erección prolongada, posiblemente, por Covid-19)
También los neurólogos han entrado a completar esa lista. En Inglaterra, por ejemplo, se documentó el caso de una mujer de 55 años que un día después de ser dada de alta del hospital donde se recuperaba del coronavirus comenzó a presentar un comportamiento errático sin tener ningún diagnóstico psiquiátrico previo. La mujer, según el reporte médico, comenzó a alucinar con visiones de monos y leones en su casa, lo que obligó a una readmisión y tratamiento con medicamentos antipsicóticos.
Un grupo de especialistas del Hospital Nacional de Inglaterra, junto con expertos de enfermedades infecciosas y virología del University College London Hospital, describieron el espectro de estas complicaciones neurológicas que han observado entre sus pacientes agrupándolas en cinco categorías: encefalopatías con delirios o psicosis, síndromes inflamatorios del sistema nervioso central, accidentes cerebrovasculares asociados con trombos, trastornos neurológicos periféricos y diversos trastornos difíciles de clasificar.
“Estamos viendo cosas en la forma en que el COVID-19 afecta el cerebro que no hemos visto antes con otros virus”, dijo al periódico The Guardian Michael Zandi, autor principal del estudio. “Queremos que los médicos de todo el mundo estén alertas a estas complicaciones del coronavirus”.
El trabajo de los británicos se suma a evidencia aportada por chinos, norteamericanos y de otros países, y constituye un desafío para los profesionales de la salud que tendrán que estar alertas no solo ante síntomas respiratorios, sino también señales cognitivas, problemas de memoria, fatiga, entumecimiento o debilidad, pues podrían resultar relacionados con el coronavirus.
En palabras de Zandi, “el mensaje no es atribuir todo eso a la recuperación y a los aspectos psicológicos de la recuperación. El cerebro parece estar involucrado en esta enfermedad”.
Muchos de estos síntomas, como otros en diferentes órganos del cuerpo, estarían asociados principalmente con los problemas sanguíneos que desencadena la acción directa del virus, así como la respuesta inmunológica de los pacientes. Ya desde febrero, médicos en China alertaban sobre la presencia de microcoágulos en la sangre de los pacientes. En una muestra de 183 pacientes diagnosticados y hospitalizados por coronavirus, más del 70 % de los 21 pacientes fallecidos tenían coágulos pequeños en todo el torrente sanguíneo. Investigaciones posteriores en Europa y Estados Unidos apuntaban a que estos grumos sanguíneos aparecían en porcentajes superiores al 20 % de los pacientes críticos.
El virus que hoy tiene en jaque al mundo entero fue bautizado como SARS-CoV-2 por ser considerado un agente que principalmente desencadena en los infectados un síndrome respiratorio agudo grave. Sus iniciales coinciden con esas palabras en inglés (Severe Acute Respiratory Syndrome). Sin embargo, después de seis meses de pandemia y un conteo de casos positivos que se acerca a los 12 millones y 544.000 muertes, los médicos tienen bastante claro que el coronavirus es mucho más que esa etiqueta.
Inflamación en dedos por microtrombos, pérdida del olfato e infartos. La lista de síntomas y complicaciones asociados con el coronavirus ha venido en aumento. Tanto así, que esta semana un grupo de médicos de Francia registraron en la revista The American Journal of Emergency Medicine el curioso caso de un paciente que padeció priapismo (una erección prolongada) debido a complicaciones sanguíneas relacionadas con el SARS-CoV-2. (Le puede interesar: Registran caso de erección prolongada, posiblemente, por Covid-19)
También los neurólogos han entrado a completar esa lista. En Inglaterra, por ejemplo, se documentó el caso de una mujer de 55 años que un día después de ser dada de alta del hospital donde se recuperaba del coronavirus comenzó a presentar un comportamiento errático sin tener ningún diagnóstico psiquiátrico previo. La mujer, según el reporte médico, comenzó a alucinar con visiones de monos y leones en su casa, lo que obligó a una readmisión y tratamiento con medicamentos antipsicóticos.
Un grupo de especialistas del Hospital Nacional de Inglaterra, junto con expertos de enfermedades infecciosas y virología del University College London Hospital, describieron el espectro de estas complicaciones neurológicas que han observado entre sus pacientes agrupándolas en cinco categorías: encefalopatías con delirios o psicosis, síndromes inflamatorios del sistema nervioso central, accidentes cerebrovasculares asociados con trombos, trastornos neurológicos periféricos y diversos trastornos difíciles de clasificar.
“Estamos viendo cosas en la forma en que el COVID-19 afecta el cerebro que no hemos visto antes con otros virus”, dijo al periódico The Guardian Michael Zandi, autor principal del estudio. “Queremos que los médicos de todo el mundo estén alertas a estas complicaciones del coronavirus”.
El trabajo de los británicos se suma a evidencia aportada por chinos, norteamericanos y de otros países, y constituye un desafío para los profesionales de la salud que tendrán que estar alertas no solo ante síntomas respiratorios, sino también señales cognitivas, problemas de memoria, fatiga, entumecimiento o debilidad, pues podrían resultar relacionados con el coronavirus.
En palabras de Zandi, “el mensaje no es atribuir todo eso a la recuperación y a los aspectos psicológicos de la recuperación. El cerebro parece estar involucrado en esta enfermedad”.
Muchos de estos síntomas, como otros en diferentes órganos del cuerpo, estarían asociados principalmente con los problemas sanguíneos que desencadena la acción directa del virus, así como la respuesta inmunológica de los pacientes. Ya desde febrero, médicos en China alertaban sobre la presencia de microcoágulos en la sangre de los pacientes. En una muestra de 183 pacientes diagnosticados y hospitalizados por coronavirus, más del 70 % de los 21 pacientes fallecidos tenían coágulos pequeños en todo el torrente sanguíneo. Investigaciones posteriores en Europa y Estados Unidos apuntaban a que estos grumos sanguíneos aparecían en porcentajes superiores al 20 % de los pacientes críticos.