Coronavirus: indicios de una transmisión de venado a humano (pero no se alarme)
Un grupo de científicos recolectó 300 muestras en venados de Ontario, Canadá. Descubrieron un linaje del SARS-CoV-2 distinto del original y que al parecer ha estado evolucionando en esos animales desde 2020. Hallaron también un potencial caso de trasmisión de ese linaje a una persona, pero no hay evidencia de que eso sea un riesgo para las personas.
Un grupo de más de 15 científicos ha identificado un nuevo linaje del SARS-CoV-2 en las muestras recolectadas en venados de cola blanca del suroeste de Ontario, en Canadá. Todo apunta a que esta “nueva” versión del virus se separó del original desde el año 2020 y desde entonces ha estado mutando en los animales. Los investigadores, que publicaron sus hallazgos en bioRxiv en preprint (que aún no tiene revisión de pares), también encontraron una secuencia viral muy similar en una persona en el área que tuvo contacto con ciervos, lo que podría ser la primera prueba de la trasmisión del virus de un ciervo a un humano.
“El virus está evolucionando en los ciervos y se está alejando de lo que claramente estamos viendo evolucionar en los humanos”, le dijo al periódico The New York Times, Samira Mubareka, viróloga del Instituto de Investigación Sunnybrook y la Universidad de Toronto y una de las autoras del artículo.
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El estudio recolectó la muestra de 300 venados de cola blanca asesinados por cazadores del suroeste y el este de Ontario entre el 1 de noviembre y el 31 de diciembre de 2021. En general, se detectó ARN del SARS-CoV-2 en 21 muestras que representan el 6 % del total, todos los animales positivos eran adultos del sudoeste de Ontario y la mayoría (65 %) eran hembras.
Los investigadores recuperaron 3 genomas del SARS-CoV-2 de alta calidad, encontrando un linaje con 76 mutaciones de nucleótidos en relación con el SARS-CoV-2 ancestral. Ómicron, por ejemplo, fue detectado con 55 mutaciones. Posteriormente, los científicos recolectaron muestras en humanos de la misma zona después de haber conocido de contactos cercanos con ciervos, encontrando que el virus en una de esas personas tenía un vínculo epidemiológico con el linaje hallado en los animales.
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“En este momento, no hay evidencia de transmisión recurrente de venado a humano”, señalan los investigadores, si bien creen que en este caso en particular ese es el escenario más probable. Tampoco hay evidencia de transmisión de este linaje entre humanos. No está claro, tampoco, cómo llegó el virus en primer lugar a los animales: si el contagio ocurrió directamente de humanos a ciervos, o si estuvo involucrado un huésped intermedio.
Este tipo de hallazgos son importantes para entender la evolución del virus en los animales y el riesgo que eso representa para los humanos. Los investigadores señalan que desde enero de 2022 se ha demostrado que el SARS-CoV-2 infecta al menos a 29 especies de mamíferos no humanos a través de estudios observacionales y experimentales en animales de vida libre, cautivos, domésticos y de granja. “El establecimiento de un reservorio animal de SARS-CoV-2 a través de la persistencia viral dentro de una especie susceptible puede dar lugar a repetidos eventos de contagio en la población humana, con el riesgo de una transmisión sostenida de persona a persona”, dicen los autores.
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En lo que respecta a Ontario, los científicos no encontraron, debido a la extensión espacial limitada y la duración del muestreo, que los ciervos ya representen un reservorio del virus estable, pero insisten que sólo una vigilancia genómica sostenida puede dar más luces sobre el tema. “Es importante destacar que no observamos una diferencia entre la capacidad de los sueros para neutralizar cualquiera de los SARS-CoV-2 del linaje de los ciervos de Ontario. Estos resultados sugieren que las mutaciones en las proteínas S analizadas no tienen un impacto antigénico significativo”, señalan los autores. Es decir, nada indica que este linaje escape de la inmunidad que ofrecen las vacunas en humanos.
La zooantroponosis (la trasmisión de un virus de personas a animales) se ha documentado en brotes de SARS-CoV-2 entre visones de granja (y escapados o salvajes) en Europa y América del Norte y también en hámsteres domésticos.
Un grupo de más de 15 científicos ha identificado un nuevo linaje del SARS-CoV-2 en las muestras recolectadas en venados de cola blanca del suroeste de Ontario, en Canadá. Todo apunta a que esta “nueva” versión del virus se separó del original desde el año 2020 y desde entonces ha estado mutando en los animales. Los investigadores, que publicaron sus hallazgos en bioRxiv en preprint (que aún no tiene revisión de pares), también encontraron una secuencia viral muy similar en una persona en el área que tuvo contacto con ciervos, lo que podría ser la primera prueba de la trasmisión del virus de un ciervo a un humano.
“El virus está evolucionando en los ciervos y se está alejando de lo que claramente estamos viendo evolucionar en los humanos”, le dijo al periódico The New York Times, Samira Mubareka, viróloga del Instituto de Investigación Sunnybrook y la Universidad de Toronto y una de las autoras del artículo.
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El estudio recolectó la muestra de 300 venados de cola blanca asesinados por cazadores del suroeste y el este de Ontario entre el 1 de noviembre y el 31 de diciembre de 2021. En general, se detectó ARN del SARS-CoV-2 en 21 muestras que representan el 6 % del total, todos los animales positivos eran adultos del sudoeste de Ontario y la mayoría (65 %) eran hembras.
Los investigadores recuperaron 3 genomas del SARS-CoV-2 de alta calidad, encontrando un linaje con 76 mutaciones de nucleótidos en relación con el SARS-CoV-2 ancestral. Ómicron, por ejemplo, fue detectado con 55 mutaciones. Posteriormente, los científicos recolectaron muestras en humanos de la misma zona después de haber conocido de contactos cercanos con ciervos, encontrando que el virus en una de esas personas tenía un vínculo epidemiológico con el linaje hallado en los animales.
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“En este momento, no hay evidencia de transmisión recurrente de venado a humano”, señalan los investigadores, si bien creen que en este caso en particular ese es el escenario más probable. Tampoco hay evidencia de transmisión de este linaje entre humanos. No está claro, tampoco, cómo llegó el virus en primer lugar a los animales: si el contagio ocurrió directamente de humanos a ciervos, o si estuvo involucrado un huésped intermedio.
Este tipo de hallazgos son importantes para entender la evolución del virus en los animales y el riesgo que eso representa para los humanos. Los investigadores señalan que desde enero de 2022 se ha demostrado que el SARS-CoV-2 infecta al menos a 29 especies de mamíferos no humanos a través de estudios observacionales y experimentales en animales de vida libre, cautivos, domésticos y de granja. “El establecimiento de un reservorio animal de SARS-CoV-2 a través de la persistencia viral dentro de una especie susceptible puede dar lugar a repetidos eventos de contagio en la población humana, con el riesgo de una transmisión sostenida de persona a persona”, dicen los autores.
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La zooantroponosis (la trasmisión de un virus de personas a animales) se ha documentado en brotes de SARS-CoV-2 entre visones de granja (y escapados o salvajes) en Europa y América del Norte y también en hámsteres domésticos.