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La Corte Constitucional de Colombia acaba de despenalizar el suicidio médicamente asistido (SMA) en una votación de 6 contra 3. Es posible que nunca haya escuchado de este tema debido a que es la eutanasia la que suele concentrar los debates tanto en el campo jurídico como en el de la opinión pública. Con esta decisión, sin embargo, Colombia se une a países como Suiza, Alemania, Países Bajos o incluso Estados de Estados Unidos como New Jersey o Hawaii que permiten el SMA. ¿Pero de qué se trata?
“Es la ayuda médica para la realización de un suicidio, ante la solicitud de un enfermo terminal, proporcionándole los fármacos necesarios para que él mismo se los administre”, explica la Fundación Pro Derecho a Morir Dignamente. En términos generales, mientras en la eutanasia es el médico quien causa directamente la muerte del propio paciente a petición de éste, en el SMA la acción es realizada por el propio paciente a través de el o los fármacos que pondrán fin a la vida.
Esto no quiere decir, en los países donde es legal, que se elimina la intermediación de un médico. En todos, el fármaco debe ser autorizado por un profesional de salud quien además debe indicar cuál es la manera más segura de administrarlo. Los escenarios en los que es legal o no esta forma de suicidio sí varían de país a país: en Alemania, por citar solo un ejemplo, la persona que decide libremente morir no lo tiene que decidir debido a una enfermedad terminal.
En Colombia la Corte decidió que el suicidio médicamente asistido será legal cuando el paciente esté debidamente diagnosticado con una lesión corporal o una enfermedad grave e incurable. Asimismo, cuando padezca de intensos dolores físicos o psíquicos por cuenta del padecimiento, los cuales además sean incompatibles con su idea de una vida digna. Por otro lado, como en la eutanasia, el paciente deberá contar el respectivo consentimiento informado y la asistencia de un médico profesional.