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Esta nota empezará con una anécdota personal, como seguramente habrá miles en Colombia, sobre el Plan de Vacunación. La semana pasada a mi tío de 67 años lo llamaron de su EPS, la Nueva EPS, para que fuera a vacunarse el viernes. Mi mamá, de 65 años, fue solo a acompañarlo, pues a ella aún no le habían asignado la cita. Cuentan ambos que llegaron media hora antes, hicieron la fila y les empezaron a explicar cómo funcionaba el proceso de vacunación. Pero cuando la gente notaba que la vacuna que estaban aplicando era la de AstraZeneca, las personas se iban del lugar. Algunas en silencio y otras decían que preferían no recibir dosis de esa compañía. Las auxiliares comentaron que una situación similar se había vivido durante toda la mañana. Empezaron a agendar a nuevas personas y terminaron vacunando a mi mamá. Aunque no tenía cita, era de la misma EPS y cumplía el criterio de estar en el grupo de los 65 a los 69 años.
Lo que cuento acá no es más que una anécdota y, por eso, no da ninguna evidencia de cómo va la vacunación con AstraZeneca en el país. Pero lo cierto es que este escenario, sumado a casos similares que me han contado, relatos que han compartido personas en redes sociales y a una alerta que emitió a principios de abril el Departamento Administrativo Distrital de Salud de Cartagena, porque las personas no se querían vacunar con AstraZeneca, sí genera preguntas. ¿Qué tan a menudo sucede esto? ¿Si la persona rechaza esta vacuna pierde su oportunidad y no podrá vacunarse después? ¿Esta situación está retrasando la vacunación? La más importante, quizá, ¿podrían las vacunas perderse?
Resolver estas dudas se hace más urgente teniendo en cuenta que el domingo pasado el país recibió 912.000 vacunas de AstraZeneca que ya fueron asignadas y que serán claves para departamentos como Antioquia, Valle del Cauca y Bogotá.
El problema, como contamos en El Espectador el pasado domingo, es que la mayoría de los datos sobre el Plan de Vacunación, más allá de cuántas dosis por día son aplicadas, no son públicos, lo que dificulta obtener muchas respuestas.
Pero según le explicó el Ministerio de Salud a El Espectador, la información que ellos tienen al día de hoy es que la AstraZeneca se está aplicando sin dificultad en todo el país. Sin embargo, Gestarsalud y Acemi, ambas asociaciones de EPS, comentaron que sí se habían reportado algunos de estos casos. La primera mencionó que la situación era más frecuente en Santa Marta, Valledupar y Buenaventura, mientras la segunda señaló que la región en donde alguna gente rechazó la vacuna de AstraZeneca fue en la Costa Caribe, en especial Sucre y Córdoba. En la Nueva EPS también han reportado casos en el Caribe, sobre todo en Cartagena, y en el Valle del Cauca.
¿Cuántas personas o qué porcentaje exactamente? Ninguno tiene cifras, pero todos están de acuerdo de que se trata de casos supremamente esporádicos. Tanto así, dicen, que no se estaría afectando la velocidad del Plan de Vacunación ni existe ningún riesgo de que las vacunas de AstraZeneca se pierdan.
“Lo que se hace es reagendar la cita, anotando que la persona rechazó específicamente ese biológico, o se le pide que vaya a otra IPS (o punto de vacunación) donde pueden estar aplicando la vacuna de otra farmacéutica, dependiendo de la disponibilidad. Pero, insistimos, no se trata de algo que suceda frecuentemente”, comenta Elisa Torrenegra, directora de Gestarsalud.
Aunque la logística, eso sí, se complica un poco. Según la Nueva EPS, esto implica que otra persona no tenga la oportunidad de vacunarse más pronto y que el tiempo empleado en el proceso de vacunación se alargue. Un lujo que quizás es demasiado alto cuando el número de muertes por COVID-19 sigue rompiendo el récord, con hasta 505 muertes.
Los medios de comunicación, hay que decirlo, cargamos con parte de la responsabilidad de que las personas rechacen la vacuna de AstraZeneca. No se trata solamente de que en internet circulen noticias falsas, sino de cómo se presenta la evidencia con titulares alarmantes, se habla de asociaciones cuando no existen pruebas suficientes y se visibiliza más lo negativo que los beneficios. Lo concluyó alguna vez un estudio publicado en American Society of Clinical Oncology Educational Book: las personas recuerdan más la información sobre daños que los mensajes de prevención.
El mensaje de las EPS, así como de organizaciones como la OMS y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), es el mismo: los beneficios de la AstraZeneca para prevenir el COVID-19 son mayores que sus riesgos. “Nosotros respaldamos esta vacuna y cualquiera de las otras que ha comprado el Gobierno. Todas son igualmente eficaces para lo que necesitamos, que es no enfermarse severamente, no terminar en un hospital y no morir”, cuenta Gustavo Morales, presidente de Acemi.
Torrenegra, igualmente, da un parte de seguridad diciendo que desde Gestarsalud no se ha conocido de ningún caso de reacción adversa severa después de aplicarse la vacuna de AstraZeneca. “Hemos realizado seguimiento a las personas que se pusieron esta vacuna, como lo indica el protocolo y, hasta el momento, no ha existido ningún signo de alarma”.
Otro punto importante es qué pasa con las personas que sí quieren vacunarse, pero no con AstraZeneca. Desde el comienzo el Plan de Vacunación ha sido claro con dos cosas: vacunarse es completamente voluntario y las personas no pueden elegir la “marca” de la vacuna que les pondrán, dependerá de la disponibilidad. Siendo así, si una persona rechaza la AstraZeneca en Colombia deberá esperar a que haya disponibilidad de otra vacuna. Pero, como comenta Morales, lo más probable es que no sea en el corto plazo, “en zonas dispersas y rurales es difícil contar con vacuna de Pfizer dadas las necesidades de congelación que esta vacuna requiere”.
La vacuna de AstraZeneca, desarrollada con la Universidad de Oxford, fue la primera revisada por pares científicos. En diciembre del año pasado una publicación de la revista The Lancet confirmó que su eficacia es del 70 % después de dos dosis y del 64 % después de la primera. Además, según datos arrojados por el mismo laboratorio -a partir de un estudio en 32.000 voluntarios que aún no ha sido sometido a revisión de pares- la vacuna reduce la enfermedad sintomática del coronavirus en un 79 % y disminuyó los cuadros de COVID-19 severo grave con hospitalizaciones en un 100 %.
En el mundo, esta vacuna ha sido aprobada en 69 países. Aunque hubo una pausa en el proceso de vacunación con AstraZeneca en algunos países europeos, debido a la aparición de casos raros e inusuales de coágulos en la sangre, su vacunación ya se ha reactivado en la mayoría de los casos. Tras hacer un análisis juicioso de la evidencia, la EMA concluyó que el riesgo de que esto ocurra es de 1 en cada 100.000 personas vacunadas. Para ponerlo en perspectiva, como lo dijo Matt Hancock, secretario de Salud de Reino Unido, es una probabilidad similar a que uno desarrolle un coágulo tras un vuelo de larga distancia. La EMA también lo ha comparado con el riesgo que uno asume al tomarse un ibuprofeno.Balaceando las cosas, básicamente, en este momento hay más riesgo de morir por coronavirus que de desarrollar un trombo tras ser vacunado por AstraZeneca.