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“El desabastecimiento de estos medicamentos es un grave problema de fondo porque en el corto plazo lo que está sucediendo es que aunque muchos hospitales tienen las UCI habilitadas, incluso con personal capacitado para la atención de pacientes, no pueden recibirlos si faltan estos medicamentos de soporte”. Así lo señala la doctora Claudia Patricia Vaca González, química farmacéutica y docente del Departamento de Farmacia de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).
La especialista añade que a largo plazo las consecuencias pueden ser aún más drásticas, por lo que en Colombia se debería establecer una política industrial activa que permita producir medicamentos e insumos esenciales como midazolam y propofol, los cuales son de bajo costo y cuyas materias primas están siendo importadas.
“Con una coordinación que puede ser subregional a nivel andino o de Sudamérica, o con alianzas con otros países, se podría tener un abastecimiento suficiente y evitar cualquier tipo de eventualidad, como la que hoy se vive en las UCI”, destaca la docente.
Por su parte, el médico farmacéutico Juan Pablo Osorio Niño, presidente de la Asociación Colombiana de Médicos Farmacéuticos Hospitalarios, advierte que varias instituciones han reportado carencia de estos dos medicamentos, lo cual ha generado un impacto en la atención de los pacientes; una situación preocupante ante el segundo pico de contagio que se vive en el país a causa del COVID-19.
Ante la imposibilidad de suplir esta demanda, la afectación llega a todos los niveles de la cadena de mercado, en espcial a las clínicas y hospitales más pequeños o que no tienen suministros oportunos de medicamentos.
Diferentes instituciones en Antioquia, Nariño y Valle del Cauca ya han reportado la falta de medicamentos.
Escasez en todo el mundo
Según el experto, este desabastecimiento no solo está ocurriendo en Colombia sino que en todos países importadores de América Latina ya han lanzado alertas por el nivel crítico de disponibilidad.
Señala que se trata de un problema con la fabricación de las materias primas pues los países fabricantes no están permitiendo su exportación, sino que las están teniendo para su consumo propio.
“Desde el Gobierno se han hecho reuniones sobre el tema, pero hasta ahora no hay una directriz clara a nivel nacional de lo que debemos hacer, por lo que hasta ahora cada una de las instituciones de salud debe intentar negociar por su cuenta cómo abastecerse”, explica la doctora Vaca.
Otras alternativas
Desde la academia, docentes e investigadores del Departamento de Farmacia de la UNAL han planteado como propuesta integral alrededor del Hospital Universitario Nacional (HUN), crear una planta piloto de producción de medicamentos estratégicos de interés nacional, que permitiría mantener abastecido el mercado de los medicamentos considerados como esenciales.
“La propuesta busca establecer un marco regulatorio sobre un mecanismo de soporte financiero y en infraestructura con una mirada a largo plazo que garantice una estrategia de seguridad farmacéutica, para que estas situaciones de desabastecimiento de este tipo de medicamentos no se vuelvan en futuras situaciones de emergencia”, señala la docente,
Por otro lado, diferentes sociedades científicas –en especial la Sociedad de Cuidado Intensivo y la Sociedad Colombiana de Anestesia– han publicado una guía para el uso de medicamentos alternativos a estos faltantes y que podrían servir para tratar a los pacientes en UCI.
Dentro de ellos mencionan los anestésicos inhalados, aunque estos requieren de tecnología adicional para poder controlar a los pacientes y evaluar cuáles son los riesgos.