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Desde hace cinco años, la Universidad del Estado de Ohio (OSU por sus siglas en inglés) abrió investigaciones sobre documentos producidos en el laboratorio de investigación sobre el cáncer de Carlo Croce. Croce es un médico, miembro de la Academia Nacional de Ciencia de los Estados Unidos, y especializado en el campo de biología del cáncer. El investigador ha recibido más de 100 millones de dólares en subvenciones, así como varios premios. Sin embargo, su carrera ha estado llena de acusaciones de plagio, falsificación de imágenes y, en general, de mala conducta científica.
En 2013, un artículo de The New York Times relató cómo una fuente anónima había contactado a la universidad de Ohio y a las autoridades federales para reportar que había datos falsificados en más de 30 publicaciones de Croce. En total, 11 artículos de los que es coautor han sido retractados y 21 han requerido correcciones. Ahora, una nota publicada en el portal de la revista Nature detalla que la investigación llevada a cabo por la universidad encontró “múltiples instancias de mala conducta en la investigación, incluida la falsificación de datos y el plagio, por parte de las científicas Michela Garofalo y Flavia Pichiorri, en artículos que escribieron mientras en el laboratorio de Croce”. (También puede leer: Más de 160 millones de mujeres no pudieron acceder a anticonceptivos que requerían)
Aunque los resultados de esta investigación no han sido publicados por la institución educativa, Nature los obtuvo por medio de una petición de liberación de documentos públicos. Aunque se determinó que el propio Croce no incurrió en mala conducta investigativa, sí se le criticó su gestión y la universidad le pidió que se retractara o corrigiera más de 12 publicaciones.
Al respecto de las investigaciones en su contra, las científicas Garofalo y Pichiorri dijeron a Nature que tomarán acciones legales, al referirse a los procedimientos como “falsos, discriminatorios y parciales”. Por su parte, Croce le dijo a la revista que, aunque reconoce que hay errores en algunos de los documentos hechos por su laboratorio, estos no son usuales en la producción general del lugar. “Mi laboratorio siempre ha hecho un gran trabajo”, puntualizó. (Le puede interesar: Un nuevo centro de alta tecnología para entender mejor el cáncer en Colombia)
La historia detrás del laboratorio parece ser que es un lugar donde hay “tremenda presión sobre los miembros para producir ciertos resultados, con poca tutoría y puntos de control para la integridad de los datos”, explicó a Nature Elisabeth Bik, consultora de integridad de la investigación.
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