Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El debate por una tercera dosis o dosis de refuerzo de la vacuna contra el coronavirus sigue vigente. Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace un llamado para ampliar la cobertura antes de empezar una nueva jornada de inmunización, países como Israel, Estados Unidos, Francia y Uruguay, por ejemplo, ya la han autorizado en los grupos más vulnerables. A esta lista se sumó ayer Colombia, que por medio del Ministerio de Salud confirmó que ya se aprobó la aplicación de esta tercera dosis para los pacientes inmunosuprimidos y con “patologías importantes”.
En rueda de prensa, el ministro de Salud, Fernando Ruiz, explicó que “será un trabajo en coordinación con las EPS y deberán contar con un diagnóstico médico”. Ruiz aclaró que esta tercera dosis es para personas con condiciones que generan o conducen a la inmunosupresión, como trasplante de corazón, riñón, páncreas, pulmón, intestino, hígado y médula ósea después de los dos primeros años. En cuanto a las enfermedades, se priorizará a quienes padecen leucemia, mieloma, linfoma o síndromes mielodisplásicos con quimioterapia y pacientes con enfermedades autoinmunes.
Aunque en Colombia, por ahora, solo las personas inmunosuprimidas son las priorizadas para la tercera dosis, en otros países, como Estados Unidos, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) autorizó el uso para un grupo más grande que son los inmunodeprimidos, que iniciará el próximo 20 de septiembre. Luego de conocerse la noticia, algunos expertos aseguraron en The New York Times que “la población inmunodeprimida es demasiado diversa para recomendar de manera uniforme inyecciones adicionales. Algunos pueden estar protegidos por la dosis de la vacuna estándar, a pesar de sus condiciones”.
Otros expertos, por su parte, señalaron a ese mismo medio que “existe la posibilidad de que pueden estar mal protegidos por las vacunas, pero no pueden beneficiarse de una inyección adicional”. Pero, ¿cuál es la diferencia entre ambos grupos poblacionales? Según explica el Instituto Nacional del Cáncer (NIH), las personas inmunodeprimidas presentan “debilitamiento de la reacción del sistema inmunitario”. Es decir, cuando se reduce su capacidad de combatir infecciones y otras enfermedades. Algunas causas son por ciertas enfermedades, afecciones o determinados trastornos genéticos”.
En cuanto a las personas inmunosuprimidas, se caracterizan porque uno o más componentes de su sistema inmunitario se anulan, puede ser “como resultado de una enfermedad subyacente o de forma intencional mediante el uso de medicamentos inmunosupresores u otros tratamientos, como radiación o cirugía con el objetivo de prevenir o tratar el rechazo de un trasplante o una enfermedad autoinmune”, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. En palabras más sencillas, inmunodepresión hace referencia a la disminución de la respuesta inmune e inmunosupresión es la anulación de dicha respuesta.
La OMS sigue pidiendo que se retrase la tercera dosis
Desde hace algunos meses, con las noticias de la rápida propagación de la variante delta, registrada por primera vez en India en octubre de 2020, se empezó a especular la posibilidad de aplicar una dosis adicional para reforzar los esquemas de quienes ya estaban completamente inmunizados contra el COVID-19. A pesar de que en países como Chile, Alemania, Israel, Emiratos Árabes, China o Rusia ya se están administrando, la OMS insiste en que la prioridad, en medio de la escasez de biológicos, es asegurar que al menos el 10 % de los habitantes de cada país tengan el esquema de vacunación completo.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, había asegurado que entendía la “preocupación de los gobiernos de proteger a sus poblaciones de la variante delta, pero no podemos aceptar que los países que ya han utilizado la mayoría de los suministros de vacunas utilicen todavía más, mientras que las poblaciones más vulnerables del mundo siguen sin protección”. Esto, sobre todo, porque hay varios países como Haití, en el que solo se han vacunado con el esquema completo 371 personas, de los 11,26 millones que habitan allí. Es decir, no han logrado que ni el 1 % de su población esté inmunizada.
Otros países, principalmente en África, como Tanzania, hasta hace unos días empezaron sus planes de vacunación y otros, como Burundi y Eritrea, no tienen aún vacunas. En este continente, hasta el momento, solo el 1,58 % de sus 1.200 millones de habitantes han recibido el esquema completo de vacunas contra el coronavirus, por eso para el director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África, John Nkengasong, “es necesario vacunar a tanta gente como sea posible con las vacunas disponibles antes de empezar a mirar hacia dosis de refuerzo”.
El llamado de la OMS se da porque de los 4.000 millones de vacunas que se han administrado en el mundo, más del 80 % se han aplicado en países de ingresos altos y medios, lo que representa, en conjunto, menos de la mitad de la población mundial. Europa, por ejemplo, vacunó ya a más de la mitad de su población y Estados Unidos a cerca del 52 %, mientras que en América Latina solo una de cada cinco personas está vacunada, según informó Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Ningún país de la región ha inmunizado al 70 % de su población. Uruguay es el más cercano, con 69,4 %.
Entonces, ¿tercera dosis sí o no?
Mientras sigue el debate entre organizaciones de salud internacionales y a pesar de que la decisión del refuerzo de dosis ya está tomada en algunos países del mundo, la efectividad de las vacunas que se han aplicado hasta el momento ha sido demostrada, incluso contra nuevas variantes como la delta. En el caso de la vacuna de Pfizer-BioNTech, que utiliza tecnología de ARN mensajero y que ha sido administrada a 8’273.860 colombianos, un estudio realizado por Public Health Scotland y publicado en The Lancet, mostró que ese biológico (y el de AstraZeneca) fue efectivo para reducir el riesgo de infección por SARS-CoV-2 y hospitalización en personas con esa variante.
Otros estudios sugieren que la vacunación, que en algunos lugares del mundo empezó en diciembre de 2020, ya pudo haber salvado la vida de más de 270.000 personas y haber evitado hasta 1,25 millones de hospitalizaciones en Estados Unidos para finales de junio. En Inglaterra, unas 30.300 muertes, 46.300 hospitalizaciones y 8,15 millones de infecciones se habrían prevenido gracias a la inmunización contra el COVID-19. Y en Israel la alta tasa de vacunación logró reducir los casos en un 77 % y las hospitalizaciones en un 68 % durante otro pico epidemiológico.