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El nuevo linaje del coronavirus que prendió las alarmas en la Amazonia

La aparición de una nueva variante del SARS-CoV-2 en la frontera con Brasil, en una región en la que un estudio previo apuntaba a que la mayoría de habitantes ya había tenido el virus, capta la atención científica a nivel mundial. Esto es lo que se sabe.

Juliana Jaimes y Infoamazonia
15 de enero de 2021 - 02:00 a. m.
Manaos es recordada por haber sido el epicentro de la pandemia en Brasil.  AFP / Michael DANTAS
Manaos es recordada por haber sido el epicentro de la pandemia en Brasil. AFP / Michael DANTAS
Foto: AFP - MICHAEL DANTAS
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Los titulares hablan al unísono en todo el mundo del nuevo linaje del virus del Reino Unido, que puede ser hasta 70 % más contagioso. Pero esta semana uno nuevo prendió las alarmas en América Latina, en especial en los países que tienen frontera con la Amazonia brasileña, donde hace unos días se identificó una nueva variante del SARS-CoV-2 en una ciudad donde más de la mitad de la población ya se contagió por el virus.

La preocupación surgió el 10 de enero, cuando cuatro japoneses que habían viajado a Manaos, en el Amazonas brasileño, dieron positivo por coronavirus, pero esta vez, según informó el Ministerio de Salud de ese país, se trataba de una variante que no había sido identificada. Un día después apareció el primer estudio publicado en el portal científico Virological, que mostraba los hallazgos de 69 secuenciaciones tomadas en la región del 13 de abril al 13 de noviembre de 2020, que revelaron la circulación de una variante denominada B.1.1.28, predominante en Brasil, y que coincidía con la de los extranjeros.

Sin embargo, tal como dice un segundo estudio publicado al día siguiente, en otro intento por investigar los linajes que circulaban en Manaos, se secuenciaron 31 muestras más recolectadas entre el 15 y 23 de diciembre de 2020, que arrojaron un nuevo linaje, descendiente de B.1.1.28, pero con una firma genética única denominada linaje P1, que apareció en 13 de los 31 genomas de la ciudad, poco menos de la mitad. “Lo interesante es que P1 es un linaje único que comparte algunas mutaciones con la variante de Sudáfrica que pueden ser importantes para la epidemiología del virus en términos de escape inmunológico, o en otras palabras, la propensión a la reinfección”, explicó Julián Villabona-Arenas, virólogo colombiano vinculado a la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.

Del linaje P1, que tiene cerca de 25 mutaciones reportadas, aún no hay mucha información y se desconoce si podría llegar a ser más contagioso, tal y como ocurrió con la variante del Reino Unido, a pesar de que haya aparecido en un porcentaje significativo de las muestras estudiadas. “En este momento no se sabe, pero es interesante que apareció en una frecuencia del 42 % de las secuenciaciones”. Sin embargo, según Villabona-Arenas, aún es prematuro dar cualquier conclusión. “Estas muestras vienen de pacientes que se estaban haciendo el test de PCR usando servicios de salud privados, pero no es claro si este grupo es representativo de la población de Manaos”, puntualizó el virólogo radicado en Londres.

Isabel Rodríguez, epidemióloga colombiana de la Universidad de California, coincide con Villabona-Arenas en que aún es prematuro asegurar que el linaje brasileño tendrá incidencia en reinfecciones o en la eficacia de las vacunas, pero reconoce que sí deja un precedente más en la necesidad de reforzar la vigilancia genómica. “Estas nuevas variantes, la de Sudáfrica, la de Reino Unido y ahora la de Brasil, lo que han hecho evidente es que la vigilancia genómica y molecular va a ser muy importante de acá en adelante. No se espera que unas pocas mutaciones vayan a causar problemas por sí solas. Se necesitan muchas mutaciones antes de que la vacuna deje de funcionar o antes de que la protección del sistema inmune deje de ser efectiva del todo”, explicó.

Lo cierto, es que a pesar de la poca información que aún se tiene de la variante P1 de Brasil, algunos países ya tomaron la decisión de prohibir los viajes al continente suramericano para evitar propagación de contagios. Es el caso de Reino Unido y Portugal, que a partir de este viernes cerrarán la entrada a viajeros que provengan de Argentina, Brasil, Bolivia, Cabo Verde, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana Francesa, Panamá, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.

¿Y cómo está la situación epidemiológica en Manaos? Siguiendo la estela de la mayoría de países, hay un aumento de casos desde el mes de diciembre. Un incremento que afectó la capacidad de los hospitales y que ya supera las 5.800 muertes por COVID-19. “Hasta el comienzo de diciembre teníamos entre 30 y 50 ingresos diarios por el virus, pero ahora hemos registrado una media de 170 ingresos en 24 horas. El número total de ingresados es peor que en los primeros meses del año pasado”, explicó André Patricio, infectólogo de la Fundación de Medicina Tropical de Amazonas, a la agencia EFE.

La ciudad con más de dos millones de habitantes es recordada por haber sido el epicentro de la pandemia en ese país en mayo del año pasado, situación que parece volver a repetirse, pues según publicaron medios locales, entre el 1° y el 11 de enero se registraron 1.979 hospitalizaciones nuevas que se comparan con las 2.128 que se ingresaron durante todo el mes de abril de 2020.

Los medios locales aseguran que las medidas de control en la ciudad disminuyeron luego del estudio de seroprevalencia que se realizó y que, como la mayoría de lugares de la selva amazónica que fue impactada en el primer pico, mostró resultados bastante altos. En el caso de Manaos, la seroprevalencia, que determina la presencia de anticuerpos en la sangre para conocer el porcentaje de la población que se ha contagiado, fue del 75 %. Es decir, según el estudio, para octubre de 2020, tres de cuatro personas ya habían superado el COVID-19.

Sin embargo, el reciente incremento de casos alertó un comportamiento epidemiológico que aún se está estudiando en la zona. Para la epidemióloga Isabel Rodríguez esto puede mostrar fallas en la investigación de seroprevalencia. “Una de las opciones es que ese estudio de seroprevalencia no refleje lo que pasó en la población general porque se hizo con base en donantes de sangre y sabemos que fueron en su mayoría hombres. Puede que la seroprevalencia real sea un poco más baja”, dijo.

Aunque a simple vista el panorama y el tiempo en el que han ocurrido los contagios plantea la hipótesis de que podría deberse a la aparición del nuevo linaje, se requiere de más evidencia científica. “Una preocupación que existe es que parte del aumento de casos de Manaos sea porque están ocurriendo reinfecciones pero es una hipótesis. Lo que sabemos es que al menos en diciembre teníamos evidencia de que existe una variante que tiene mutaciones que sabemos pueden influenciar la reinfección. Necesitamos más datos”, concluyó Villabona-Arenas

La coyuntura en la Amazonia brasileña es un llamado de atención para la porción de la selva que se comparte con Colombia, en donde las fronteras son invisibles y el movimiento de personas de un lado a otro podría representar un rápido aumento de casos en lugares como Leticia, donde, según el Instituto Nacional de Salud, a un 59 % de la población ya le dio el virus.

Para Camila Rodríguez, salubrista pública y quien desde hace años trabaja en la región a través de la ONG Sinergias, este es uno de los puntos más preocupantes. “Sí hubo un control de movilización en algún momento, pero la verdad es que es una frontera incontrolable, la gente tiene familia de aquí y de allá entonces se movilizan todo el tiempo. Teníamos cierta esperanza en que el nivel de inmunidad adquirida sirviera frente a la posibilidad de rebrotes, pero lo que estamos viendo en los últimos días es que eso no es tan así”, añadió.

De momento, los casos en el departamento del Amazonas no han reflejado un aumento significativo, pero no se debe olvidar la crisis que se vivió en los primeros meses de pandemia en esta región que colapsó por completo su capacidad en los hospitales cuando el pico de contagios llegó a lo más alto. “Ese es uno de los grandes problemas, porque sí hubo unos medianos avances de infraestructura, pero no podemos garantizar que esto pueda cubrir a la gente del todo. Sí llegaron unos ventiladores, pero el tema fuerte de talento humano no lo tenemos, como cambiamos de vigencia, muchas de las personas que apoyaron la primera labor hoy están sin contrato”, señaló Pablo Martínez, salubrista público y también integrante de la ONG que trabaja en la Amazonia.

A pesar de que el departamento del Amazonas fue de los primeros en entrar al primer pico de casos, aún hace falta avanzar más para enfrentar un nuevo repunte de casos, posiblemente, provenientes de Brasil. “El gran esfuerzo que hizo Colombia fue el estudio de seroprevalencia, fue un estudio importante para darnos una idea de más o menos cuánto fue la infección en el pico. Pero no se aumentó la capacidad de vigilancia más allá de lo que ya se había avanzado en el momento crítico y ni se avanzó mucho más la infraestructura de salud. Estamos con lo que ya se logró en el pico pasado y los equipos de respuesta rápida que contrataron en la urgencia”, agregó Martínez.

Para Pablo Montoya, también salubrista público y director de Sinergias, quien desde hace años ha trabajado en temas salud de la Amazonia, el aumento acelerado de contagios que vivió la región a inicios de la pandemia dejó varias lecciones para Colombia. “Tiene que haber más información de lo que está ocurriendo en Manaos, se deben empezar a hacer restricciones en el transporte y actividades comerciales. La gente tiene que tener acceso a elementos de bioseguridad y, sobre todo, se tiene que fortalecer la vigilancia y el trabajo con los países vecinos para que la preocupación no solo sea de un lado del río Amazonas”, concluyó.

Por Infoamazonia

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