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El Observatorio Nacional de Salud (ONS) del Instituto Nacional de Salud presentó un informe en el que buscó analizar algunos temas de salud pública que de alguna manera fueron relegados o abandonados del debate público debido a la pandemia. Algunos de ellos fueron mortalidad materna, bajo peso al nacer, lesiones por tránsito, obesidad y violencia, encontrando que en todos ellos se mantienen brechas entre la población que tiene mejor acceso y posibilidades económicas, frente a las que no tienen esas condiciones.
“El informe resalta la necesidad de reflexionar sobre las políticas públicas que se están implementando y sobre todo, permite enfocarse en esas poblaciones más afectadas con enfoques diferenciales, poblacionales y de género” explicó Carlos Castañeda Orjuela, director del Observatorio Nacional de Salud.
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Entre los resultados más importantes se destaca que las mujeres gestantes indígenas y afrodescendientes tienen 7 y 3 veces, respectivamente, más probabilidades de morir en el embarazo, durante el parto o después de este, al igual que aquellas afiliadas al régimen subsidiado en salud, en condiciones socioeconómicas vulnerables, y las que reportan menos de cuatro controles prenatales.
“Aunque la mortalidad materna ha venido disminuyendo a nivel nacional (excepto el aumento que se presentó durante la pandemia por la afectación de los sistemas de salud) siempre se han mantenido las desigualdades de mujeres que tienen alguna pertenencia étnica respecto a las que no”, señala Castañeda. El informe, además, permite conocer para el caso de la salud mental, que solo el 20% de las personas con depresión tuvieron acceso a consulta especializada con su administradora de planes de beneficios o EAPB.
“Encontramos que hay un aumento de prevalencia sostenida desde 2015 hasta 2019. Cada vez tenemos más casos de depresión, trastornos de ansiedad, trastorno afectivo bipolar y esquizofrenia que significan una perdida de vida saludable y una afectación en la productividad del país que también debe ser reflexionada desde el punto de acceso a los servicios de salud mental”, agrega el director del Observatorio.
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En el caso del suicidio y el intento de suicidio, se encontró que los jóvenes entre los 15 y 24 años de edad, representan el 26,8% de las muertes y el 47,6% de los casos por esta causa. Entre 2018 y 2020, se suicidaron 8.549 personas y 85.526 más lo intentaron. Solo en 2020 se perdieron casi 140.000 años de vida saludable.
Aunque los intentos de suicidio son más prevalentes en mujeres (62,7% del total del periodo), los suicidios consumados son más frecuentes en hombres (80,9% del total). En especial por los métodos más letales empleados por los hombres. Los departamentos de Risaralda, Vaupés y Quindío tuvieron las tasas más altas de intentos de suicidio.
Finalmente, el director general del INS, Giovanny Rubiano García, señaló la necesidad de seguir fortaleciendo los informes técnicos del Instituto, y que esas recomendaciones técnicas no solo lleguen a los tomadores de decisiones, sino que sean un insumo clave para la gestión e intervención de la política pública en favor de aquellas poblaciones más desfavorecidas.