El racismo pone en riesgo la vida de las mujeres afrodescendientes durante el parto
Un estudio hecho por una agencia de la ONU en América muestra que en Estados Unidos, las mujeres negras en estado de embarazo tienen el triple de probabilidades de morir durante el parto en comparación con las mujeres blancas. En Colombia, la tasa de probabilidad es 1,6 veces mayor.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la agencia de la ONU especializada en salud sexual y reproductiva, emitió una preocupante alarma: las mujeres y niñas embarazadas afrodescendientes tienen muchas más posibilidades de morir durante el parto por el racismo en los sistemas de salud de América.
Aunque se creía que esta situación se presentaba por la incapacidad de buscar tratamiento oportuno, por haber hecho malas elecciones de estilo de vida o por tener predisposiciones hereditarias, la UNFPA refutó estos argumentos, después de realizar un análisis en el continente americano. (Lea: Perú declaró emergencia nacional por Guillain-Barré, y no por los casos de contagio)
De acuerdo con la entidad, esta situación se presenta por un “patrón sistémico e histórico de abuso racista en el sector de la salud en todos los continentes. Desde la educación médica hasta la formulación de políticas y la prestación de servicios de salud, las mujeres y niñas afrodescendientes son sistemáticamente desatendidas y maltratadas”.
Esta situación se ve reflejada cuando reciben atención médica, pues allí son víctimas de abuso verbal y físico, negación de atención de calidad y rechazo del alivio del dolor, según el estudio, que también destaca que los afrodescendientes en general experimentan niveles desproporcionados de prejuicios en los entornos de salud, algunos de los cuales se basan en creencias no científicas y racistas que datan de la esclavitud y que todavía están presentes en los planes médicos.
“La plaga del racismo sigue vigente para las mujeres y niñas negras de las Américas, muchas de las cuales son descendientes de las víctimas de la esclavitud. Con demasiada frecuencia, las mujeres y niñas sufren abuso y desamparo, sus necesidades no se toman en serio, y sus familias quedan destrozadas por la muerte evitable de un ser querido durante el parto”, sostuvo la Dra. Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA. (Lea: Así se prepara el Ministerio de Salud para atender el brote de dengue)
Estados Unidos es el país del continente que presenta la diferencia más grande en las tasas de mortalidad materna. Allí las mujeres negras tienen el triple de probabilidades de morir que las blancas durante el parto o en las seis semanas posteriores al alumbramiento. En Surinam esa tasa de probabilidad es 2,5 veces mayor, mientras que en Brasil y Colombia es 1,6 veces mayor.
Pese a que algunos países tienen datos que permiten realizar estos análisis, el informe detalla que el abandono a esta población también se ve reflejado en la recopilación de cifras. Solo 11 de los 35 países de las Américas reúnen datos sobre salud materna desglosados por raza. Además, solo en un tercio de los 32 planes nacionales de salud analizados indicaban que las personas afrodescendientes eran un grupo de población que se enfrenta a barreras para conseguir acceso a la asistencia sanitaria.
“La justicia y la igualdad solo serán posibles cuando nuestros sistemas sanitarios tengan en cuenta a estas mujeres y les brinden una atención respetuosa y compasiva”, agregó Kanem.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la agencia de la ONU especializada en salud sexual y reproductiva, emitió una preocupante alarma: las mujeres y niñas embarazadas afrodescendientes tienen muchas más posibilidades de morir durante el parto por el racismo en los sistemas de salud de América.
Aunque se creía que esta situación se presentaba por la incapacidad de buscar tratamiento oportuno, por haber hecho malas elecciones de estilo de vida o por tener predisposiciones hereditarias, la UNFPA refutó estos argumentos, después de realizar un análisis en el continente americano. (Lea: Perú declaró emergencia nacional por Guillain-Barré, y no por los casos de contagio)
De acuerdo con la entidad, esta situación se presenta por un “patrón sistémico e histórico de abuso racista en el sector de la salud en todos los continentes. Desde la educación médica hasta la formulación de políticas y la prestación de servicios de salud, las mujeres y niñas afrodescendientes son sistemáticamente desatendidas y maltratadas”.
Esta situación se ve reflejada cuando reciben atención médica, pues allí son víctimas de abuso verbal y físico, negación de atención de calidad y rechazo del alivio del dolor, según el estudio, que también destaca que los afrodescendientes en general experimentan niveles desproporcionados de prejuicios en los entornos de salud, algunos de los cuales se basan en creencias no científicas y racistas que datan de la esclavitud y que todavía están presentes en los planes médicos.
“La plaga del racismo sigue vigente para las mujeres y niñas negras de las Américas, muchas de las cuales son descendientes de las víctimas de la esclavitud. Con demasiada frecuencia, las mujeres y niñas sufren abuso y desamparo, sus necesidades no se toman en serio, y sus familias quedan destrozadas por la muerte evitable de un ser querido durante el parto”, sostuvo la Dra. Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA. (Lea: Así se prepara el Ministerio de Salud para atender el brote de dengue)
Estados Unidos es el país del continente que presenta la diferencia más grande en las tasas de mortalidad materna. Allí las mujeres negras tienen el triple de probabilidades de morir que las blancas durante el parto o en las seis semanas posteriores al alumbramiento. En Surinam esa tasa de probabilidad es 2,5 veces mayor, mientras que en Brasil y Colombia es 1,6 veces mayor.
Pese a que algunos países tienen datos que permiten realizar estos análisis, el informe detalla que el abandono a esta población también se ve reflejado en la recopilación de cifras. Solo 11 de los 35 países de las Américas reúnen datos sobre salud materna desglosados por raza. Además, solo en un tercio de los 32 planes nacionales de salud analizados indicaban que las personas afrodescendientes eran un grupo de población que se enfrenta a barreras para conseguir acceso a la asistencia sanitaria.
“La justicia y la igualdad solo serán posibles cuando nuestros sistemas sanitarios tengan en cuenta a estas mujeres y les brinden una atención respetuosa y compasiva”, agregó Kanem.