El trastorno que explica la dificultad para aprender matemáticas

Esta condición poco conocida afecta, en promedio, entre 3 y 6% de la población. Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, la discalculia es un desorden mental que resulta en una severa dificultad para hacer cálculos aritméticos; así como también afecta la habilidad para adquirir destrezas matemáticas.

Para Tanya M. Evans, quien lideró un estudio realizado por el Centro Médico de la Universidad de Georgetown y la Universidad de Standford en Estados Unidos, "en algunos niños con discapacidad matemática, la memoria de procedimiento puede no funcionar bien, por eso las habilidades matemáticas no se automatizan".

Por ejemplo, un estudiante con esta condición puede experimentar dificultades para entender conceptos numéricos, falta de comprensión intuitiva de los números y tener problemas para aprender hechos y procedimientos que involucren números. La escritora Hannah Tomes, quien padece de este trastorno, le contó a la BBC que de haber sabido de la discalculia antes, "quizás habría sido más bondadosa conmigo misma cuando era niña y no seguiría sin entenderlo cuando me explicaban cómo hacer una división larga por décima vez”, dice.

Tomes recuerda el pavor que sentía cuando algo tenía que ver con números. Inclusive, asegura que "no pude leer un reloj con seguridad hasta que tenía 15 años y tuve que practicar mucho para lograrlo. Aún siento un poco de pánico cuando alguien me pregunta qué hora es".

Otros estudios indican que la discalculia tiene un alto componente hereditario y que el trastorno está relacionado con el desarrollo del cerebro, ya sea en el vientre o en los primeros años de vida. Sin embargo, expertos en el tema dan un panorama más alentador, pues es posible disminuir el impacto del trastorno si se trata en el momento indicado y de la manera adecuada: una solución similar a la que se logra con la enseñanza especializada para disléxicos.

En los niños, desde que están en edad preescolar hasta que se gradúan del colegio, es posible identificar señales que indiquen si padecen este trastorno. De acuerdo con publicaciones científicas, los ejemplos más comunes del trastorno se evidencian cuando los niños tienen dificultades para hacer estimaciones aproximadas o si al contar de 10 en 10, a partir del 70, dirían: 70, 80,90, 100, 200, 300…

Esta condición poco conocida afecta, en promedio, entre 3 y 6% de la población. Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, la discalculia es un desorden mental que resulta en una severa dificultad para hacer cálculos aritméticos; así como también afecta la habilidad para adquirir destrezas matemáticas.

Para Tanya M. Evans, quien lideró un estudio realizado por el Centro Médico de la Universidad de Georgetown y la Universidad de Standford en Estados Unidos, "en algunos niños con discapacidad matemática, la memoria de procedimiento puede no funcionar bien, por eso las habilidades matemáticas no se automatizan".

Por ejemplo, un estudiante con esta condición puede experimentar dificultades para entender conceptos numéricos, falta de comprensión intuitiva de los números y tener problemas para aprender hechos y procedimientos que involucren números. La escritora Hannah Tomes, quien padece de este trastorno, le contó a la BBC que de haber sabido de la discalculia antes, "quizás habría sido más bondadosa conmigo misma cuando era niña y no seguiría sin entenderlo cuando me explicaban cómo hacer una división larga por décima vez”, dice.

Tomes recuerda el pavor que sentía cuando algo tenía que ver con números. Inclusive, asegura que "no pude leer un reloj con seguridad hasta que tenía 15 años y tuve que practicar mucho para lograrlo. Aún siento un poco de pánico cuando alguien me pregunta qué hora es".

Otros estudios indican que la discalculia tiene un alto componente hereditario y que el trastorno está relacionado con el desarrollo del cerebro, ya sea en el vientre o en los primeros años de vida. Sin embargo, expertos en el tema dan un panorama más alentador, pues es posible disminuir el impacto del trastorno si se trata en el momento indicado y de la manera adecuada: una solución similar a la que se logra con la enseñanza especializada para disléxicos.

En los niños, desde que están en edad preescolar hasta que se gradúan del colegio, es posible identificar señales que indiquen si padecen este trastorno. De acuerdo con publicaciones científicas, los ejemplos más comunes del trastorno se evidencian cuando los niños tienen dificultades para hacer estimaciones aproximadas o si al contar de 10 en 10, a partir del 70, dirían: 70, 80,90, 100, 200, 300…