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Son varios los estudios que se han realizado en el mundo para comprender las secuelas que deja el coronavirus en quienes se contagian. También se le conoce como Long-covid. El estudio más reciente lo publicó la revista británica The Lancet, en el que se muestra que varias personas que tuvieron COVID-19 siguen sintiendo secuelas como fatiga o sofoco un año después de pasar la enfermedad. (Lea: Los más de 50 síntomas que se han reportado tras superar el COVID-19)
De acuerdo con el documento, publicado el 27 de agosto de 2021, “cerca de la mitad de los pacientes que fueron dados de alta del hospital sufren al menos un síntoma persistente (el más habitual es la fatiga o la debilidad muscular) y un paciente de cada tres todavía padece ahogos doce meses después del contagio”.
Para llegar a esta conclusión, el equipo liderado por Lixue Huang, doctor del departamento de Medicina Pulmonar y Cuidados Intensivos del Capital Medical University en Beijing (China), comparó las consecuencias entre los seis meses y los 12 meses después de la aparición de los síntomas entre los supervivientes hospitalarios con COVID-19.
Para ello, el grupo de investigadores analizó las historias clínicas de casi 1.300 personas que fueron dadas de alta entre enero y mayo de 2020 de un hospital de Wuhan (China), donde se registró el primer brote de COVID-19 en el mundo. (Puede leer: Daño a los nervios en la córnea: una posible secuela del coronavirus)
“La proporción de pacientes con al menos un síntoma o secuela disminuyó del 68% después de seis meses, a 49% después de doce. En cambio, la proporción de pacientes con disnea (problemas respiratorios) aumentó ligeramente del 26 al 30%”, reseñó el texto. Además, explicaron los investigadores, el conjunto de pacientes que presentaban una disminución de capacidad de difusión pulmonar no mostró ninguna mejora en este periodo.
Los otros resultados que encontró el equipo se enfocaron en los pacientes que resultaron afectados por una forma más grave del COVID-19 y que llegaron hasta la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Para este grupo la probabilidad de que los síntomas persistieran fue mayor.
Una de las advertencias que hicieron los investigadores es que se encontró un aumento significativo en pacientes con ansiedad o depresión, que tuvo un incremento del 23 al 26%. Y, las mujeres son el grupo más vulnerable, ya que son un 43% más proclives a sufrir fatiga o debilidad muscular persistente, y dos veces más propensas a padecer ansiedad o depresión. (Le puede interesar: Fatiga, principal secuela en colombianos que se contagiaron de coronavirus: Dane)
Aunque existe el riesgo a presentar secuelas, los investigadores explicaron que un 88% de las personas que se han contagiado de COVID-19 han podido retomar sus actividades cotidianas un año después. “El covid persistente o Longcovid es un desafío médico de primer orden”, concluyeron los expertos.