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Un estudio analizó los resultados en salud de más de 30 millones de mujeres embarazadas que dieron a luz entre 2010 y 2018 en 28 estados de Estados Unidos, para concluir que aquellas que recibieron tratamiento para la infertilidad tuvieron un mayor riesgo de hospitalización por accidente cerebrovascular dentro de los 12 meses posteriores al parto, que las que no recibieron tratamiento alguno. “Se debe considerar una detección óptima del riesgo y un seguimiento oportuno para mitigar los factores asociados con el accidente cerebrovascular en los períodos anteparto y posparto”, concluyen los investigadores, que publican su estudio en JAMA Network. Se estima que esta es la mayor investigación de este tipo que se conoce hasta ahora.
Las enfermedades cardiovasculares no solo son la principal causa de mortalidad entre las mujeres en todo el mundo, sino que también son la principal causa de mortalidad materna en los Estados Unidos, donde representa el 7% de las muertes relacionadas con el embarazo. ¿De qué manera el embarazo aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular? Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de ese país lo explican así: “El embarazo es como una prueba de esfuerzo; puede poner una exigencia en el corazón y los vasos sanguíneos. Eso se debe, en parte, a que el cuerpo lleva más peso durante el embarazo”.
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Algunos problemas como la presión arterial alta, la preeclampsia o la diabetes gestacional pueden aumentar el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, señalan los CDC.
A medida que aumenta el uso del tratamiento para la infertilidad, muchos estudios alrededor del mundo han tratado de caracterizar la asociación de esa intervención con el eventual riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, con resultados mixtos. En este estudio, de las 31.339.991 pacientes, 287.813 (el 0,9% del total) se sometió a tratamiento para la infertilidad. La tasa de hospitalización por accidente cerebrovascular dentro de los 12 meses posteriores al parto fue de 37 hospitalizaciones por 100.000 personas (es decir, unas 105 pacientes) entre las que recibieron este tratamiento, y 29 hospitalizaciones por 100.000 personas (unas 9.027 pacientes) entre las que dieron a luz después de una concepción completamente espontánea.
“Aunque las tasas absolutas de hospitalización fueron bajas, encontramos que el tratamiento de la infertilidad se asoció con un aumento general del 66% en el riesgo de hospitalización por accidente cerebrovascular”, se puede leer en el estudio. Este riesgo fue mayor para la hospitalización por accidente cerebrovascular hemorrágico que para el accidente cerebrovascular isquémico. Sorprendentemente, dicen los investigadores, el aumento del riesgo fue evidente incluso en los primeros 30 días posteriores al parto, “lo que resalta la necesidad de un seguimiento temprano y continuo en esta población”.
Aun así, el accidente cerebrovascular sigue siendo poco frecuente entre las mujeres después del parto, hayan recibido tratamiento o no de infertilidad. Esto, dijo el autor del estudio en una entrevista, no debe llamar a la alarma, pero sí a que las mujeres tengan en cuenta esto a la hora de someterse a esta intervención.
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De hecho, el estudio también deja ciertos llamados de atención y algunas recomendaciones a los médicos. Por ejemplo, actualmente, en países como Estados Unidos se recomienda un seguimiento de rutina dentro de las 3 semanas posteriores al parto, con un seguimiento adicional dentro de las 12 semanas posteriores al parto. La investigación recomienda un seguimiento más temprano para ciertas pacientes con alto riesgo de complicaciones posparto, como aquellas con trastornos hipertensivos del embarazo, donde se recomienda el seguimiento entre los 7 y 10 días posparto. Dada la asociación del tratamiento de la infertilidad con un mayor riesgo de accidentes cerebrovasculares, finaliza el estudio, “tal vez deberíamos considerar un seguimiento temprano y continuo de los pacientes que se someten a un tratamiento de la infertilidad”.