Richard Moss recomienda enfrentar el miedo firmemente para afrontar las situaciones que más nos limitan. / Laughing Gat Studio
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Después de ejercer medicina por algunos años, Richard Moss dice que tuvo un despertar espiritual. Un cambio de consciencia que le permitió explorar estados místicos y tener la habilidad de sentir el campo energético de los cuerpos. Esta transformación, que empezó cuando tenía 30 años de edad, lo llevó a convertirse en un guía que acompaña a las personas para que encuentren su Ser y exploren varias dimensiones de la conciencia.
Autor de siete libros, entre los que se encuentran El mandala del ser y Sanando de adentro hacía afuera: transformando tu vida con el poder de la conciencia, este maestro espiritual estadounidense visitará Colombia por cuarta vez. A mediados de octubre de este año dictará un retiro llamado “Del miedo a la libertad”.
¿Qué experiencia hizo que atravesara ese cambio que lo llevó a convertirse en guía espiritual?
Hay bastantes evidencias a lo largo de la historia de experiencias que pueden ser llamadas “despertar” o “realización fundamental.” Esto me ocurrió a mí en 1977, a los 30 años. Sin ningún esfuerzo, experimenté un cambio profundo de conciencia. Entré a un estado de unidad y experimenté la perfección intrínseca de la existencia. Esto me llevó a una comprensión sobre el amor, que es la columna vertebral de la existencia, y desde ese entonces busco enseñar cómo se descubre y realiza ese amor.
Pero, ¿siguió ejerciendo como médico?
No, me retiré ese mismo año pensando que regresaría más adelante, pero mi vida se movió en otra dirección.
¿Cómo mezcla el saber científico, como médico, con la vida espiritual?
La ciencia me enseñó un proceso riguroso de observación que continúo usando a medida que entro en la experiencia del corazón al cual, quizá, podríamos llamar la mente de Dios. La ciencia no es un proceso tan intelectual como mucha gente piensa. Todos los grandes científicos, por ejemplo Einstein, entienden que el pensamiento es solo una pequeña parte de la ciencia. Asimismo, profundizar espiritualmente es aprender a dejar de identificarnos con la mente para seguir entregándonos al momento presente, lo cual significa entrar en la conciencia ilimitada que con frecuencia es llamada “la divinidad”.
¿Qué se busca lograr en el seminario “Del miedo a la libertad”?
El miedo surge de la identificación con nuestra mente. Solemos vivir lejos del presente, con frecuencia volviéndonos víctimas del pasado y tratando de llegar a algún lugar futuro donde nos sentiremos plenos y seguros. En este seminario la idea es demostrar que la libertad viene de poder venir a nuestro cuerpo. Aprender a ser testigos de nuestros pensamientos y sentimientos sin juicios y sin ninguna agenda.
¿Cuáles son las herramientas que utiliza para guiar a las personas en el descubrimiento de su Ser?
Hay muchas herramientas, pero la principal es desarrollar una observación de nosotros mismos, neutral y consistente, a través de prácticas meditativas y de conciencia. Esto interrumpe la identificación con nuestra mente y, de manera gradual, empezamos a sentir una corriente más profunda de vitalidad que surge de adentro. Hay muchas otras prácticas importantes relacionadas con la conciencia de la respiración y estar en el cuerpo, las cuales nos guían a un estado del momento presente.
¿Cómo se puede enfrentar el miedo?
Trae la atención a tu cuerpo y observa el miedo firmemente, sin agenda. No dejes que el sentimiento de miedo cree pensamientos, porque eso te lleva de vuelta a tu mente, que es la fuente de ese miedo. Solo observa y permanece en tu cuerpo. Eventualmente la energía del miedo será liberada e incluso te enriquecerá.
¿Y para vivir en el presente?
Mantén tu atención en la respiración. El cuerpo siempre está en el presente, pero la mente no. Incluso los más grandes maestros enseñan que no permanecemos permanentemente en el momento presente; aprendemos a regresar ahí de manera consciente y al hacer esto nos purificamos de la polución creada por nuestro pensamiento disfuncional.
¿Tiene algún miedo?
Sí. El niño dentro de mí sigue temiendo ser abandonado. Hace mucho tiempo aprendí que el miedo es un gran dios al cual no podía vencer. Pero también supe que ese no era mi dios.
Por Redacción Salud
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