Este viernes se resolvería el pleito del medicamento de los $400 mil millones
En horas de la mañana el Ministerio de Salud decidirá si libera la patente del imatinib, un fármaco que revolucionó el tratamiento contra el cáncer pero cuyo costo hace tambalear al sistema de salud.
Sergio Silva Numa
Si todo marcha como está previsto, este viernes a las 10 a.m. el Ministerio de Salud resolverá una de las discusiones sobre medicamentos más intensas del último año. A esa hora, tal y como le contaron a El Espectador fuentes cercanas al proceso, esa cartera decidirá si liberan la patente del imatinib, un fármaco esencial para el tratamiento de varios tipos de cáncer y por el que, según cifras del Observatorio del Medicamento de la Federación Médica Colombiana (Observamed), el país pagó una cifra cercana a los $400 mil millones entre 2008 y 2014.
La discusión será resuelta por siete funcionarios de ese ministerio: el Viceministro de Salud Pública; el Viceministro de Protección Social; el director de Promoción y Prevención; el director de Medicamentos y Tecnologías en salud; el director de Regulación de Beneficios, Costos y Tarifas del seguramiento en salud; el director de Administración de Fondos de Protección Social y el director jurídico.
Ellos tendrán la responsabilidad de ponerle punto final a una puja que tiene enfrentados a dos actores desde noviembre del año pasado. Por un lado, a la multinacional suiza Novartis y, por el otro, a un grupo organizaciones entre las se encuentran la Fundación Ifarma, Misión Salud, Observamed y el Centro de Información de Medicamentos de la Universidad Nacional.
Lo que piden estas últimas entidades es que el Gobierno declare la patente del imatinib (comercializado bajo el nombre de Glivec) como de interés público y la someta a licencia obligatoria. Es decir, que Novartis deje de tener los derechos exclusivos para explotar el fármaco comercialmente. ¿El motivo? A su parecer el precio que hemos pagado los colombianos por ese artículo, que se usa en el 90% de los casos de leucemia meloide crónica, es muy elevado y el producto que presentó la compañía europea carecía del nivel inventivo necesario para que le fuese otorgada la patente.
La empresa, por el contrario, ha insistido en que su patente es legítima y es el resultado de un esfuerzo que reconocen más de 40 países. Además, sus voceros han dicho que la existencia de dicha patente no pone en riesgo el acceso de los pacientes a la terapia, "pues la molécula hace parte de los medicamentos incluidso en el POS".
Pero para que el MinSalud deje en firme esa decisión que ha ido aplazando varias veces, se necesitarán dos elementos claves. El primero es que a la reunión de hoy asistan mínimo cinco de los siete funcionarios autorizados para votar. En caso de que estén los siete, como todos los actores esperan que sea, se requerirá que cinco estén de acuerdo con una misma postura. De no completarse el quórum, la decisión seguirá dilatándose, quizás, unos meses más.
Y aunque algunos rumores apuntan a que la declaración de interés público tiene más adeptos dentro del Ministerio, lo cierto es que hasta el momento no hay certeza de cuál será la conclusión. Menos aún cuando al proceso se le han atravesado hasta recomendaciones diplomáticas.
Un ejemplo: hace cinco meses Livia Leu, secretaria de Estado para Asuntos Económicos de la Confederación Suiza, envió una misiva a esa cartera dejando en claro su preocupación por el hecho de que Colombia esté pensando en que el imatinib sea declarado de interés público. Lo mismo hizo René La Barré, presidente de la Cámara de Comercio Colombo-Suiza. En sus cartas ambos le recordaron a Alejandro Gaviria que los dos países tienen una excelente relación económica que no vale la pena hacer tambalear.
Su postura fue rechazada luego por organizaciones como Health Action International y por Franco Cavelli, expresidente de Union for International Cancer Control, en Suiza. En otra carta le solicitaban a Gaviria no pasar por alto las necesidades de la población colombiana en términos de salud pública.
Si todo marcha como está previsto, este viernes a las 10 a.m. el Ministerio de Salud resolverá una de las discusiones sobre medicamentos más intensas del último año. A esa hora, tal y como le contaron a El Espectador fuentes cercanas al proceso, esa cartera decidirá si liberan la patente del imatinib, un fármaco esencial para el tratamiento de varios tipos de cáncer y por el que, según cifras del Observatorio del Medicamento de la Federación Médica Colombiana (Observamed), el país pagó una cifra cercana a los $400 mil millones entre 2008 y 2014.
La discusión será resuelta por siete funcionarios de ese ministerio: el Viceministro de Salud Pública; el Viceministro de Protección Social; el director de Promoción y Prevención; el director de Medicamentos y Tecnologías en salud; el director de Regulación de Beneficios, Costos y Tarifas del seguramiento en salud; el director de Administración de Fondos de Protección Social y el director jurídico.
Ellos tendrán la responsabilidad de ponerle punto final a una puja que tiene enfrentados a dos actores desde noviembre del año pasado. Por un lado, a la multinacional suiza Novartis y, por el otro, a un grupo organizaciones entre las se encuentran la Fundación Ifarma, Misión Salud, Observamed y el Centro de Información de Medicamentos de la Universidad Nacional.
Lo que piden estas últimas entidades es que el Gobierno declare la patente del imatinib (comercializado bajo el nombre de Glivec) como de interés público y la someta a licencia obligatoria. Es decir, que Novartis deje de tener los derechos exclusivos para explotar el fármaco comercialmente. ¿El motivo? A su parecer el precio que hemos pagado los colombianos por ese artículo, que se usa en el 90% de los casos de leucemia meloide crónica, es muy elevado y el producto que presentó la compañía europea carecía del nivel inventivo necesario para que le fuese otorgada la patente.
La empresa, por el contrario, ha insistido en que su patente es legítima y es el resultado de un esfuerzo que reconocen más de 40 países. Además, sus voceros han dicho que la existencia de dicha patente no pone en riesgo el acceso de los pacientes a la terapia, "pues la molécula hace parte de los medicamentos incluidso en el POS".
Pero para que el MinSalud deje en firme esa decisión que ha ido aplazando varias veces, se necesitarán dos elementos claves. El primero es que a la reunión de hoy asistan mínimo cinco de los siete funcionarios autorizados para votar. En caso de que estén los siete, como todos los actores esperan que sea, se requerirá que cinco estén de acuerdo con una misma postura. De no completarse el quórum, la decisión seguirá dilatándose, quizás, unos meses más.
Y aunque algunos rumores apuntan a que la declaración de interés público tiene más adeptos dentro del Ministerio, lo cierto es que hasta el momento no hay certeza de cuál será la conclusión. Menos aún cuando al proceso se le han atravesado hasta recomendaciones diplomáticas.
Un ejemplo: hace cinco meses Livia Leu, secretaria de Estado para Asuntos Económicos de la Confederación Suiza, envió una misiva a esa cartera dejando en claro su preocupación por el hecho de que Colombia esté pensando en que el imatinib sea declarado de interés público. Lo mismo hizo René La Barré, presidente de la Cámara de Comercio Colombo-Suiza. En sus cartas ambos le recordaron a Alejandro Gaviria que los dos países tienen una excelente relación económica que no vale la pena hacer tambalear.
Su postura fue rechazada luego por organizaciones como Health Action International y por Franco Cavelli, expresidente de Union for International Cancer Control, en Suiza. En otra carta le solicitaban a Gaviria no pasar por alto las necesidades de la población colombiana en términos de salud pública.