Esto es lo que se sabe, hasta el momento, sobre las vacunas de refuerzo contra el coronavirus
Varias personas se preguntan cuánto tiempo durará la protección de la vacuna contra el coronavirus que se han aplicado o si se necesitan refuerzos como con la vacuna contra la gripe. En algunos países, como Estados Unidos, ya se pusieron en marcha varios ensayos clínicos para resolver estas incógnitas.
Ya son varios los países que han tenido avances significativos en su plan de vacunación contra el coronavirus. Israel o Estados Unidos son ejemplo de ello. Sin embargo, con el aumento del ritmo de vacunación han surgido varias incógnitas, como la duración de la protección de cada uno de los biológicos o si se necesitan nuevos refuerzos con la aparición de las variantes. (Lea: Estados Unidos compraría 500 millones de dosis de la vacuna de Pfizer para donarlas)
Para responder a estas incógnitas, varios científicos han adelantado ensayos clínicos en personas que ya tienen el esquema de vacunación completo. Uno de esos estudios se realizó en Estados Unidos, en donde ya se han autorizado el uso de las vacunas desarrolladas por las farmacéuticas Pfizer-BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson.
Para determinar los resultados, los investigadores tomaron las pruebas de sangre de los voluntarios para medir sus niveles de anticuerpos y las células que ataquen el coronavirus. Tras varios análisis, los científicos hallaron que los niveles de anticuerpos están bajando, pero lo hacen de manera gradual. “Es posible que con esta tasa lenta, la protección de la vacuna se mantenga fuerte durante mucho tiempo”, reseña el documento. (Puede leer: “Donaciones de vacunas contra el coronavirus son insuficientes para junio y julio”, OMS)
En el caso de las personas que ya tuvieron COVID-19 y que se vacunaron después, podrían tener una protección aún más prolongada. Edward Belongia, médico y epidemiólogo del Instituto de Investigación Clínica Marshfield, en entrevista con el New York Times, aseguró que “existe una posibilidad real de que la inmunidad dure años contra la cepa original”.
Los científicos advierten que, de comprobarse esa posible inmunidad, es posible que los refuerzos de la vacuna no sean necesarios durante los años, como pasa con las vacunas contra el tétanos, que generan defensas que se desvanecen año tras año. Por eso, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan recibir un refuerzo una vez por década. (Lea también: ¿Puedo tomar alcohol después de vacunarme contra el coronavirus?)
Pero, en caso de que las variantes avancen, la fórmula de las vacunas deberán actualizarse, como es el caso de los biológicos contra la gripe. Los virus de la influenza son tan cambiantes que requieren una nueva vacuna cada año. La comunidad científica seguirá estudiando los efectos de las vacunas que, hasta el momento parecen ser más fuertes las que emplean una tecnología de ARN mensajero, “quizás porque es una tecnología muy nueva y no reportar muchos datos”, señaló Belongia.
Ya son varios los países que han tenido avances significativos en su plan de vacunación contra el coronavirus. Israel o Estados Unidos son ejemplo de ello. Sin embargo, con el aumento del ritmo de vacunación han surgido varias incógnitas, como la duración de la protección de cada uno de los biológicos o si se necesitan nuevos refuerzos con la aparición de las variantes. (Lea: Estados Unidos compraría 500 millones de dosis de la vacuna de Pfizer para donarlas)
Para responder a estas incógnitas, varios científicos han adelantado ensayos clínicos en personas que ya tienen el esquema de vacunación completo. Uno de esos estudios se realizó en Estados Unidos, en donde ya se han autorizado el uso de las vacunas desarrolladas por las farmacéuticas Pfizer-BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson.
Para determinar los resultados, los investigadores tomaron las pruebas de sangre de los voluntarios para medir sus niveles de anticuerpos y las células que ataquen el coronavirus. Tras varios análisis, los científicos hallaron que los niveles de anticuerpos están bajando, pero lo hacen de manera gradual. “Es posible que con esta tasa lenta, la protección de la vacuna se mantenga fuerte durante mucho tiempo”, reseña el documento. (Puede leer: “Donaciones de vacunas contra el coronavirus son insuficientes para junio y julio”, OMS)
En el caso de las personas que ya tuvieron COVID-19 y que se vacunaron después, podrían tener una protección aún más prolongada. Edward Belongia, médico y epidemiólogo del Instituto de Investigación Clínica Marshfield, en entrevista con el New York Times, aseguró que “existe una posibilidad real de que la inmunidad dure años contra la cepa original”.
Los científicos advierten que, de comprobarse esa posible inmunidad, es posible que los refuerzos de la vacuna no sean necesarios durante los años, como pasa con las vacunas contra el tétanos, que generan defensas que se desvanecen año tras año. Por eso, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan recibir un refuerzo una vez por década. (Lea también: ¿Puedo tomar alcohol después de vacunarme contra el coronavirus?)
Pero, en caso de que las variantes avancen, la fórmula de las vacunas deberán actualizarse, como es el caso de los biológicos contra la gripe. Los virus de la influenza son tan cambiantes que requieren una nueva vacuna cada año. La comunidad científica seguirá estudiando los efectos de las vacunas que, hasta el momento parecen ser más fuertes las que emplean una tecnología de ARN mensajero, “quizás porque es una tecnología muy nueva y no reportar muchos datos”, señaló Belongia.