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Investigadores de la Universidad de Oxford acaban de publicar un estudio en Nature en el que describen que hay dispositivos portátiles que ofrecen la posibilidad de rastrear los síntomas motores en los trastornos neurológicos, y en especial, de la enfermedad de Parkinson, mucho mejor que la observación humana. Aclaran que esto no se trata de ninguna cura y tratamiento, pero sí de la posibilidad de que los médicos puedan ser más conscientes y detectar de forma más rápida el avance de la enfermedad.
Para llegar a esta conclusión, 74 pacientes visitaron el laboratorio de los científicos siete veces en intervalos de 3 meses. Su caminata (2 minutos) y su balanceo (30 segundos, con los ojos cerrados) se registraron utilizando seis sensores. Esto para rastrear la progresión de los síntomas motores en la enfermedad de Parkinson a lo largo del tiempo. Recogieron y analizaron más de 100 métricas que incluyeron, por ejemplo, la dirección en la que se movían los dedos durante un paso y la longitud y regularidad de las zancadas.
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En el artículo, los autores del estudio concluyeron que los sensores demostraron ser más efectivos para rastrear la progresión de la enfermedad “que las escalas de calificación clínica utilizadas convencionalmente”. ¿Por qué es importante esto? Los científicos explican que para realizar ensayos clínicos de nuevos tratamientos contra el Parkinson, los médicos necesitan estar seguros de la evaluación de cómo progresa la enfermedad, pues solo así se puede medir qué tan bien están funcionando las intervenciones terapéuticas.
“Este es un avance importante para los ensayos clínicos. Llevar un nuevo fármaco para una enfermedad como el Parkinson desde su desarrollo inicial hasta su uso clínico lleva años y consume enormes recursos, y muchos fármacos que parecen prometedores en el laboratorio resultan no funcionar en los pacientes. Es fundamental poder detectar los que son eficaces lo antes posible, de modo que se pueda acelerar el trabajo en ellos”, explican los autores.