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Desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo. Según los datos más recientes de la OMS, más de 1.900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos. Debido a este escenario, los científicos están buscando maneras de atacar el problema desde las intervenciones médicas, pero evitando dietas agotadoras o procedimientos quirúrgicos. Hace unos días, un estudio publicado en Science propuso un nuevo método: una píldora vibratoria que estimula las terminaciones nerviosas del estómago para indicarle al cerebro que es hora de dejar de comer.
La tecnología se llama “Vibrating Ingestible BioElectronic Stimulator ( o VIBES, por sus siglas)” y es un dispositivo ingerible que utiliza vibraciones para activar selectivamente los receptores de estiramiento gástrico. Su funcionamiento se basa en la capacidad de las vibraciones para generar una sensación de distensión estomacal similar a la experimentada después de ingerir alimentos.
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Según el estudio, la cápsula está diseñada para simular algo que se llama “señalización aferente vagal”, que ocurre cuando el estómago experimenta una distensión mecánica por la ingesta de alimentos.
Las vibraciones de VIBES son capaces de activar los receptores de estiramiento gástrico, generando señales aferentes que se envían al núcleo del tracto solitario (NTS, por sus siglas en inglés). El NTS es una región del cerebro que desempeña un papel importante en la regulación de la saciedad, el hambre y la ingesta de alimentos. Dicen los investigadores que el dispositivo es seguro (hasta donde se conoce) y ha sido diseñado para ofrecer una solución no invasiva y potencialmente efectiva para controlar la cantidad de alimentos que se consumen, proporcionando una estrategia para abordar el problema de la obesidad.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que este dispositivo se encuentra en una etapa de desarrollo y la efectividad y seguridad completas aún están siendo investigadas y validadas mediante estudios clínicos y pruebas preclínicas en animales y posiblemente en seres humanos.
Por ahora, las pruebas que se han hecho se han realizado en un modelo porcino (cerdos Yorkshire de 50 a 80 kg con edades comprendidas entre 4 y 6 meses de la Escuela de Veterinaria Cummings de la Universidad de Tufts). Los investigadores dicen que eligieron a estos animales porque su anatomía gástrica es similar a la de los humanos y ha sido utilizada en la evaluación de dispositivos gastrointestinales biomédicos. Sin embargo, la pérdida de peso es difícil de medir en las especies de cerdos jóvenes y en crecimiento que se utilizan para investigaciones de laboratorio, por lo que en el futuro se deben realizar más investigaciones.
Los investigadores reportan, aun con esta salvedad, que el estudio en animales demostró que durante un período de dos semanas y a pesar de las variaciones en la rutina, los patrones de sueño y la actividad de los animales, la ingesta de alimentos disminuyó constantemente cuando se trataron con VIBES. Su uso no produjo malestar observable ni efectos secundarios negativos y un paso normal en más de 20 ensayos en un modelo animal grande, lo que, dicen, respalda la seguridad preclínica en un modelo animal.
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El camino de VIBES, sin embargo, es aún largo. Los estudios futuros deberán comparar la eficacia y los efectos secundarios de la píldora con otros medicamentos aprobados por la FDA (la agencia sanitaria de Estados Unidos) para el control de peso o enfoques emergentes como la estimulación eléctrica. De hecho, la investigación tiene algunas limitaciones importantes. Aunque se utilizaron cerdos debido a su anatomía similar a la humana, las respuestas fisiológicas pueden variar. Además, la duración del estudio fue relativamente corta y no abarcó un período prolongado para evaluar los efectos a largo plazo del VIBES.
Aunque el estudio informa sobre la ausencia de efectos adversos, las pruebas de seguridad y evaluaciones pueden ser por ahora limitadas para comprender completamente los posibles efectos secundarios, por lo que se necesitará un ensayo clínico más amplio. Finalmente, aunque se realizaron pruebas de resistencia, durabilidad y funcionamiento del dispositivo, las condiciones reales pueden variar en términos de interacción con el entorno gastrointestinal humano, lo que podría afectar su rendimiento y eficacia a largo plazo.
Recuerde que no es saludable someterse sin prescripción o acompañamiento médico a ninguna intervención médica para reducir el peso. Las organizaciones científicas y médicas aconsejan comer saludablemente y un mínimo de actividad deportiva como el camino más seguro y confiable para superar la obesidad.
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