Estudio de Oxford revala que el “trabajo de oficina” es tóxico para el cerebro
¿Ha sentido cansancio cuando trabaja desde su oficina o su casa? En una investigación, se comprobaron los efectos reales de las largas horas laborales con actividades que requieren de mucha concentración, junto a su afectación para el cerebro y la toma de decisiones.
Imagine que trabaja desde su oficina o casa. Aunque se la pasa todo el día sentado en cierto ambiente que le provee comodidad, al terminar la jornada siente fatiga y cansancio. ¿Por qué sucede esto si se la pasó todo el día sin realizar mayor actividad física? Pareciera que hay una sensación de agotamiento generalizado.
Es por eso que en un estudio reciente del Paris Brain Institute se escanearon los cerebros de distintas personas en varios puntos de su día laboral, sobre todo durante momentos que requirieron de alta concentración. Así se descubrieron los efectos que podría tener el incremento de niveles tóxicos en el cerebro de un neurotransmisor conocido como glutamato.
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¿Qué es el glutamato?
El glutamato es un neurotransmisor normalmente usado para enviar señales desde las células nerviosas. En grandes cantidades altera el rendimiento de una región del cerebro que involucra la planeación y la toma de decisiones cruciales. Esa región se es la prefrontal lateral, o IPFC por sus siglas en inglés.
Y es que la ciencia ha mostrado que la fatiga mental tiene efectos reales en la toma de decisiones. Por ejemplo, estudios previos comprobaron que los fallos dictados por algunos jueces en la corte pueden depender de qué tan cansados o fatigados se encuentren después de su día de trabajo.
Este nuevo estudio, encabezado por el Paris Brain Institute, analiza el comportamiento del glutamato durante actividades cognitivas como la concentración, la memoria, la elaboración de varias actividades a la vez y la solución de problemas.
¿Cómo fue realizado el estudio?
Los autores del estudio analizaron cómo las tareas que de alta concentración podían cansar al cerebro y modificar su suplemento de nutrientes para, en últimas, concentrar sustancias tóxicas en la región prefrontal lateral.
Cuarenta personas fueron divididas en dos grupos. Ambos se sentaron en un computador durante seis horas y media, y uno de los grupos tuvo que realizar actividades difíciles que requirieron de concentración constante y memorización. El segundo grupo hizo un trabajo similar, pero de manera más sencilla, sin un nivel de concentración tan alto.
Ambos grupos tuvieron un promedio de 80 % de respuestas correctas. Y mientras llevaban a cabo esas actividades, los científicos escanearon los cerebros de los participantes y se encontraron con marcadores de fatiga, como incremento de concentración de glutamato, únicamente en el primer grupo que tuvo un nivel de exigencia más alto.
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¿Cuáles fueron los resultados?
Los autores del estudio descubrieron que el primer grupo presentó altos niveles de estrés en su cerebro y, por eso, tomaron decisiones que fueran menos agotadoras. En estos participantes, las pupilas estuvieron menos dilatadas y su tiempo para tomar decisiones fue menor, lo que indica que esa parte del experimento les pareció poco demandante.
Sin embargo, de manera general, la investigación eleva preguntas respecto a cómo está estructurado nuestro día laboral, pues los niveles de concentración son diferentes según la profesión: no es lo mismo ser un piloto a ser un juez, un doctor o un conductor de bus. Todas son acciones que requieren de diferentes actividades cognitivas. Por tanto, los intervalos de descanso para cada una deberían ser garantizados y medidos según sean las necesidades de quienes las ejercen.
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Por último, los científicos aceptaron que no todas las decisiones tomadas bajo altos niveles de estrés pueden explicarse mediante su estudio, pues existen otras áreas del cerebro que todavía no comprendemos y que abarcan, por ejemplo, el habla, la audición y la planeación.
Igualmente, se recomienda que quienes tengan extensos horarios de trabajo en su oficina o escritorio conozcan sus capacidades corporales para rendir mejor en sus profesiones y no agotarse emocional o mentalmente. El sueño es uno de los factores que podría ayudar a esta situación, junto a momentos de descanso que podrían verse como una recompensa.
Imagine que trabaja desde su oficina o casa. Aunque se la pasa todo el día sentado en cierto ambiente que le provee comodidad, al terminar la jornada siente fatiga y cansancio. ¿Por qué sucede esto si se la pasó todo el día sin realizar mayor actividad física? Pareciera que hay una sensación de agotamiento generalizado.
Es por eso que en un estudio reciente del Paris Brain Institute se escanearon los cerebros de distintas personas en varios puntos de su día laboral, sobre todo durante momentos que requirieron de alta concentración. Así se descubrieron los efectos que podría tener el incremento de niveles tóxicos en el cerebro de un neurotransmisor conocido como glutamato.
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¿Qué es el glutamato?
El glutamato es un neurotransmisor normalmente usado para enviar señales desde las células nerviosas. En grandes cantidades altera el rendimiento de una región del cerebro que involucra la planeación y la toma de decisiones cruciales. Esa región se es la prefrontal lateral, o IPFC por sus siglas en inglés.
Y es que la ciencia ha mostrado que la fatiga mental tiene efectos reales en la toma de decisiones. Por ejemplo, estudios previos comprobaron que los fallos dictados por algunos jueces en la corte pueden depender de qué tan cansados o fatigados se encuentren después de su día de trabajo.
Este nuevo estudio, encabezado por el Paris Brain Institute, analiza el comportamiento del glutamato durante actividades cognitivas como la concentración, la memoria, la elaboración de varias actividades a la vez y la solución de problemas.
¿Cómo fue realizado el estudio?
Los autores del estudio analizaron cómo las tareas que de alta concentración podían cansar al cerebro y modificar su suplemento de nutrientes para, en últimas, concentrar sustancias tóxicas en la región prefrontal lateral.
Cuarenta personas fueron divididas en dos grupos. Ambos se sentaron en un computador durante seis horas y media, y uno de los grupos tuvo que realizar actividades difíciles que requirieron de concentración constante y memorización. El segundo grupo hizo un trabajo similar, pero de manera más sencilla, sin un nivel de concentración tan alto.
Ambos grupos tuvieron un promedio de 80 % de respuestas correctas. Y mientras llevaban a cabo esas actividades, los científicos escanearon los cerebros de los participantes y se encontraron con marcadores de fatiga, como incremento de concentración de glutamato, únicamente en el primer grupo que tuvo un nivel de exigencia más alto.
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¿Cuáles fueron los resultados?
Los autores del estudio descubrieron que el primer grupo presentó altos niveles de estrés en su cerebro y, por eso, tomaron decisiones que fueran menos agotadoras. En estos participantes, las pupilas estuvieron menos dilatadas y su tiempo para tomar decisiones fue menor, lo que indica que esa parte del experimento les pareció poco demandante.
Sin embargo, de manera general, la investigación eleva preguntas respecto a cómo está estructurado nuestro día laboral, pues los niveles de concentración son diferentes según la profesión: no es lo mismo ser un piloto a ser un juez, un doctor o un conductor de bus. Todas son acciones que requieren de diferentes actividades cognitivas. Por tanto, los intervalos de descanso para cada una deberían ser garantizados y medidos según sean las necesidades de quienes las ejercen.
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Igualmente, se recomienda que quienes tengan extensos horarios de trabajo en su oficina o escritorio conozcan sus capacidades corporales para rendir mejor en sus profesiones y no agotarse emocional o mentalmente. El sueño es uno de los factores que podría ayudar a esta situación, junto a momentos de descanso que podrían verse como una recompensa.