Estudio describe los efectos nocivos del microplástico en las células humanas
Hasta el momento se sabía cómo ingresaban estas diminutas partículas al cuerpo humano. Sin embargo, poco se conocía sobre los impactos en el cuerpo. Muerte celular y alergias, algunos de los hallazgos de esta investigación.
Un estudio publicado a finales de noviembre en el Journal of Hazardous Materials, analizó 17 investigaciones previas en donde describían los impactos toxicológicos de los microplásticos en las células humanas. Comparando el nivel de microplásticos a partir del cual se producen daños en las células, con la cantidad de estas diminutas partículas consumidas por los seres humanos a través del agua, la sal, entre entre otros, los cuatro investigadores llegaron a una preocupante conclusión.
Muerte celular, reacciones alérgicas y daños en las paredes celulares, fueron los principales hallazgos del estudio liderado por Evangelos Danopoulos, de la Facultad de Medicina de Hull York (Reino Unido), quien señaló “deberíamos estar preocupados. Ahora mismo, no hay realmente una forma de protegernos”, en diálogo con The Guardian a raíz de la investigación.
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Sin embargo, Danopoulos reconoce que si bien se describen los daños en las células humanas, no se tiene certeza de cuáles pueden ser los impactos finales sobre el cuerpo humano dado que aún no se sabe por cuánto tiempo permanecen los microplásticos antes de ser expulsados a través de las heces. Lo que sí se sabe, es cómo ingresan estas diminutas partículas a nuestros cuerpos.
Por ejemplo, este estudio publicado hace dos años en el Environmental Science and Technology, encontró que los humanos consumimos al menos 50.000 partículas de plástico al año a través de la comida y el agua potable. Esta cifra podría aumentar incluso a más del doble si se considera que a través de la respiración también pueden ingresar los microplásticos al cuerpo. Alimentos como la sal, los mariscos, el azúcar y la cerveza, entre otros, también contienen dichas partículas.
Danopoulos también resaltó que las investigaciones que se preocupan por analizar los efectos del microplástico en los humanos están aumentando, así como los estudios que detectan la presencia de estas micropartículas en otros ecosistemas y animales. Sin embargo, señaló que aún falta mucho por investigar y recordó que un trabajo publicado en marzo de este año demostró que pequeñas partículas de plástico en los pulmones de ratas embarazadas pasaron rápidamente al corazón, el cerebro y otros órganos de sus fetos. ¿Podría suceder lo mismo en los humanos?, se pregunta el investigador de la Facultad de Medicina de Hull York y propone aumentar los experimentos en animales para ir recolectando mayor información.
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La forma importa
El trabajo de Danopoulos y su equipo también aportó otro hallazgo importante: los microplásticos de forma irregular están asociados a una mayor muerte celular, en comparación a los que son esféricos. Esto es importante porque muchos microplásticos usados en los experimentos de laboratorio son de este último tipo y podrían no ser representativos de lo que ocurre en la realidad.
Steve Allen, investigador de microplásticos, se lo resumió a The Guardian de la siguiente manera: “Fue interesante que la forma fuera tan importante para la toxicidad, ya que confirma lo que muchos investigadores de la contaminación por plásticos creían que ocurría: que las esferas prístinas utilizadas en los experimentos de laboratorio pueden no estar mostrando los efectos del mundo real”.
Un estudio publicado a finales de noviembre en el Journal of Hazardous Materials, analizó 17 investigaciones previas en donde describían los impactos toxicológicos de los microplásticos en las células humanas. Comparando el nivel de microplásticos a partir del cual se producen daños en las células, con la cantidad de estas diminutas partículas consumidas por los seres humanos a través del agua, la sal, entre entre otros, los cuatro investigadores llegaron a una preocupante conclusión.
Muerte celular, reacciones alérgicas y daños en las paredes celulares, fueron los principales hallazgos del estudio liderado por Evangelos Danopoulos, de la Facultad de Medicina de Hull York (Reino Unido), quien señaló “deberíamos estar preocupados. Ahora mismo, no hay realmente una forma de protegernos”, en diálogo con The Guardian a raíz de la investigación.
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Sin embargo, Danopoulos reconoce que si bien se describen los daños en las células humanas, no se tiene certeza de cuáles pueden ser los impactos finales sobre el cuerpo humano dado que aún no se sabe por cuánto tiempo permanecen los microplásticos antes de ser expulsados a través de las heces. Lo que sí se sabe, es cómo ingresan estas diminutas partículas a nuestros cuerpos.
Por ejemplo, este estudio publicado hace dos años en el Environmental Science and Technology, encontró que los humanos consumimos al menos 50.000 partículas de plástico al año a través de la comida y el agua potable. Esta cifra podría aumentar incluso a más del doble si se considera que a través de la respiración también pueden ingresar los microplásticos al cuerpo. Alimentos como la sal, los mariscos, el azúcar y la cerveza, entre otros, también contienen dichas partículas.
Danopoulos también resaltó que las investigaciones que se preocupan por analizar los efectos del microplástico en los humanos están aumentando, así como los estudios que detectan la presencia de estas micropartículas en otros ecosistemas y animales. Sin embargo, señaló que aún falta mucho por investigar y recordó que un trabajo publicado en marzo de este año demostró que pequeñas partículas de plástico en los pulmones de ratas embarazadas pasaron rápidamente al corazón, el cerebro y otros órganos de sus fetos. ¿Podría suceder lo mismo en los humanos?, se pregunta el investigador de la Facultad de Medicina de Hull York y propone aumentar los experimentos en animales para ir recolectando mayor información.
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La forma importa
El trabajo de Danopoulos y su equipo también aportó otro hallazgo importante: los microplásticos de forma irregular están asociados a una mayor muerte celular, en comparación a los que son esféricos. Esto es importante porque muchos microplásticos usados en los experimentos de laboratorio son de este último tipo y podrían no ser representativos de lo que ocurre en la realidad.
Steve Allen, investigador de microplásticos, se lo resumió a The Guardian de la siguiente manera: “Fue interesante que la forma fuera tan importante para la toxicidad, ya que confirma lo que muchos investigadores de la contaminación por plásticos creían que ocurría: que las esferas prístinas utilizadas en los experimentos de laboratorio pueden no estar mostrando los efectos del mundo real”.