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El Ministerio de Salud tiene publicado desde el pasado miércoles un proyecto de decreto para comentarios que cambia la reglamentación del giro directo en el sistema de salud. Las nuevas condiciones del documento van en línea con lo que el Gobierno defiende en la reforma a la salud. (Puede leer: Gremio pediátrico pidió acciones para frenar cifras de desnutrición infantil en Colombia)
Para comenzar, es importante explicar rápidamente qué es el giro directo. En palabras muy resumidas, mientras a principio de este siglo el Estado giraba a las EPS los recursos para garantizar la salud de cada afiliado (la llamada UPC), y estas, a su vez, les pagaban a los hospitales tras auditar las cuentas, con el giro directo cambiaron las reglas del juego. Muchas EPS solo empezaron a encargarse de la auditoría de las facturas y luego le decían al Estado a quién debía girarles.
“Imagínese que, en ese mundo millonario de la salud, donde se hacen transacciones de miles de millones de pesos cada semana, había una serie de peajes que impedían que el dinero fluyera de manera rápida. Uno de esos peajes eran ciertas EPS que, en años anteriores, demoraban sus pagos, pues cualquier día extra en una cuenta bancaria generaba buenos réditos. Eso ponía en aprietos a algunos hospitales, que debían hacer maromas para consignar sus nóminas. Con el giro directo y la creación de la ADRES (el banco de la salud) se ha querido, justamente, evitar esos peajes”, le había dicho a El Espectador hace unos meses Carlos Mario Ramírez, exdirector de la ADRES. (Le puede interesar: Cancelan reunión entre Procuraduría y Minsalud sobre caso de Sanitas y Cruz Verde)
Básicamente, el giro directo busca hacer más eficiente el flujo de dinero en el sistema, pasando de un modelo en el que la plata pasa de la ADRES a las EPS y luego a las IPS, a uno en donde los recursos se transfieren directamente desde la ADRES a las IPS, sin que pasen por las EPS.
Sin embargo, esa medida no aplica para todas las EPS. Las normas actuales señalan que el giro directo solo se puede aplicar cuando las EPS se encuentren en medida de vigilancia especial, intervención o liquidación por parte del organismo de control y vigilancia competentes, en este caso, de la Superintendencia de Salud. Con el objetivo de mejorar el flujo de dinero en el sistema y que los hospitales y clínicas reciban la plata de forma más rápida, el giro directo se aplica desde 2011 sobre todo para el régimen subsidiado de salud. El Ministerio, sin embargo, quiere hacer cambios en eso. (También puede leer: Minsalud iniciará aplicación de 700 mil vacunas bivalentes contra covid-19)
Un consenso y algunas preguntas
“Todo lo que favorezca el giro directo a quien presta el servicio o entrega el medicamento, va en beneficio de facilitar la prestación”, dice Ramírez respecto a este borrador de decreto. “Aquí hay algo de la reforma a la salud que a mí me gusta mucho y es que se busca que los recursos fluyan oportunamente. El giro directo hay que ampliarlo. Sobre eso creo que ya hay un consenso general”.
Eso último que dice el exdirector de la ADRES es clave: sobre la necesidad de ampliar el giro directo ya parece haber un acuerdo político que incluye al Gobierno, a la oposición e incluso a las EPS.
Carmen Eugenia Dávila, por ejemplo, exviceministra de Protección Social y hoy directora de Gestarsalud, entidad que aglutina las EPS del régimen subsidiado, le había dicho a El Espectador a principios de febrero que, creía que el giro directo había sido una medida muy buena. “Fue una decisión que no ha causado ningún traumatismo y la implementación en la ADRES ha sido muy controlada. Que la ADRES tenga ese rol de tesorero, ha sido una buena idea”, afirmaba Dávila. (Puede interesarle: ¿Por qué procrastinamos?: el placer efímero y el dolor postergado)
Congresistas opositores al proyecto de reforma como Carolina Arbelaéz, de Cambio Radical, o Andrés Forero, del Centro Democrático, de hecho han defendido que para ampliar el giro directo el Gobierno no necesita una reforma general al sistema de salud. Este borrador de decreto, entonces, va en esa línea. En el documento el Ministerio de Salud amplia las condiciones bajo las cuales se aplicará el giro directo, con especial énfasis en el régimen contributivo de salud.
La medida aplicaría entonces ahora no solo para las EPS que se encuentren en medida de vigilancia especial, intervención o liquidación por parte de la Superintendencia Nacional de Salud, sino también para aquellas que incumplan la normativa del flujo de recursos o su giro oportuno, cuando no cumplan con el patrimonio adecuado y cuando no se garantice el acceso oportuno a los servicios de salud que requieran los residentes en zonas marginadas y de baja densidad, dice el borrador.
“El incumplimiento de la normativa del flujo de recursos se configura cuando la Entidad Promotora de Salud presente una cartera de más de sesenta (60) días superior al 10% de la composición de su cartera”, detalla el documento en otro de sus apartes. “Todas estas condiciones implican en la práctica que la gran mayoría, si no todas las EPS, se sujetarían al giro directo”, dice Ramírez.
Dicho esto, y a pesar de que hay un consenso general sobre que así sea, el borrador despierta algunas dudas importantes. El borrador del decreto menciona que el giro directo también se aplicará para presupuestos máximos (la plata que el sistema gira para cubrir los servicios y tecnologías en salud no financiados con cargo a los recursos de la UPC, entre las que están, por ejemplo, los medicamentos y tratamientos para enfermedades raras), pero en opinión de Ramírez falta detalle. (Puede leer: La esquiva fórmula para regular medicamentos: un problema desde Uribe hasta Petro)
“¿Por qué se hace énfasis en que esto aplicará para el régimen contributivo y no para todos?”, se pregunta el exdirector de la ADRES. Tampoco están muy claras las condiciones respecto a las EPS que no garanticen el acceso oportuno a los servicios de salud que requieran los residentes en zonas marginadas y de baja densidad poblacional. “En ese caso, ¿se girará la UPC solo de las personas que viven en esas zonas o de toda la población afiliada de esas EPS?, se pregunta Ramírez.
Finalmente, hay una pregunta de fondo en la ampliación del giro directo y es si tendrá el impacto esperado en un mejoramiento en la prestación de servicios de salud. “Lo que decían hace más de 10 años los prestadores, especialmente los hospitales públicos, era que las debilidades en la prestación de los servicios tenían una causa que era la falta del flujo oportuno de los recursos, lo que era verdad. Pero cuando se aplicó el giro directo, el servicio no mejoró como se esperaba”, reflexiona Ramírez. “Por eso, hay que hacerle un llamado al Gobierno: es excelente que universalice el giro directo, pero si no hay un buen desempeño, vamos a botar los recursos”.