El presidente Gustavo Petro posesionó este viernes en la Casa de Nariño a los nuevos directores del Invima y de la Superintendencia Nacional de Salud, los señores Francisco Rossi y Luis Carlos Leal, respectivamente.
Sin embargo, y más allá de esta formalidad, el presidente dio un discurso en el que dejó entrever el camino que tomará el Gobierno en varios asuntos clave de su agenda en salud: la reforma a la salud y la reestructuración del Invima, que no solo deberá agilizar los trámites, sino convertirse en un “instrumento que empodere la economía popular y no la acabe”.
“No entiendo aún que sectores políticos, periodísticos, se opongan a que Colombia tenga un fuerte sistema preventivo”, dijo el presidente, a pocas semanas de que se reactiva la discusión de la reforma a la salud en el Senado. “El Congreso se demora en aprobar un proyecto de ley que quiere ordenar esta transición, que quiere concertarla, pero las condiciones de intervención van más rápido. Las normas que expidieron gobiernos anteriores sobre las EPS, que han sido violadas permanentemente y que generan las condiciones de intervención inmediata”, continuó el mandatario, que señaló que, por ahora, el Gobierno no intervendrá las EPS (“la inmensa mayoría”, dijo el presidente) que, según él, ya están en circunstancia de intervención. “Vamos a dar un tiempo más”, dijo el presidente.
“Queremos que, en lo que permite la ley y las normas, implementemos el modelo en las EPS que ya controlamos, desde ya. Eso signifique que la Superintendencia de Salud y en la Nueva EPS comience a construirse un sistema preventivo de salud, ninguna norma nos lo prohíbe, la Constitución lo ordena y las leyes lo pretenden, sin éxito hasta ahora”, anunció Petro. El presidente, de hecho, hizo algunas cuentas: si al nombramiento de Aldo Cadena como gerente de Nueva EPS (la EPS más grande del país, con poco más de 10 millones de afiliados), se le suma las otras EPS intervenidas y que están bajo dirección de un funcionario del Gobierno, “tenemos ya casi la mitad de los afiliados del país”.
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Además, Petro se refirió también a nueve hospitales públicos que están intervenidos por la Supersalud en municipios como Tumaco, Buenaventura, Quibdó, Maicao y Valledupar, más algunos de atención primaria ubicados en Cartagena. “Tenemos en el centro de Bogotá unos centros nacionales de salud, el Instituto Nacional de Cancerología, Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta y por ley, la obligación revivir el San Juan de Dios y el Materno Infantil”, continuó Petro.
“Es decir, bajo nuestra responsabilidad directa está el centro de Bogotá como el centro nacional de salud que debería ser de excelencia máxima, y los hospitales en las regiones más pobres y carentes de recursos del pais. Demostremos que podemos cambiarlo, demostremos que los hospitales de Tumaco, Buenaventura, Quibdó, Maicao y Valledupar pueden ser los hospitales de excelencia, de máxima complejidad en los territorios más olvidados por la historia y oligarquía de Colombia”, les ordenó Petro a sus nuevos funcionarios. El presidente contó, además, que una EPS privada se acercó al Gobierno a proponer la implementación del modelo. Hay que recordar que la reforma a la salud se tendrá que retomar en el Senado en las primeras semanas de marzo para su tercer debate.
Invima, la otra reestructuración
El presidente Gustavo Petro también habló sobre la reestructuración que quiere en la agencia sanitaria de los colombianos, el Invima. “Tiene que ver también con la economía popular, ajena al tema de la salud directamente, y también allí se ha producido un choque. Si una señora va a producir bocadillo en Veléz, tiene su empresa de mujeres que se dedican a eso y tratan de progresar y vivir de nuestro tradicional bocadillo veleño, pues le cierran la empresa porque no ha pagado, porque necesita el chulo para que pueda ganarse el pan con el sudor de la frente. El Invima se ha constituido en un concentrador de la riqueza en Colombia. “La política de este gobierno es empoderar la economía popular para hacer un país más equitativo, más justo. Si hay justifica, tendremos paz. El Invima tiene que ser un instrumento que empodere la economía popular y no la acabe”, dijo Petro.
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Se trata de una discusión larga. Hace algunos meses, Francisco Rossi, la persona que hoy asume oficialmente como director del Invima, nos explicaba así la postura del Gobierno: “”El Invima que tenemos es uno ajustado al de un país orientado a la apertura económica y al incremento de exportaciones. Nos hemos metido en la lógica de que los que hacen bien las cosas son los grandes industriales en medicamentos, alimentos, cosméticos y demás, de los países desarrollados, y que lo que nosotros tenemos que hacer es poner nuestras industrias a esa altura. La conclusión a la que hemos llegado es que, por supuesto, el origen de todas las regulaciones y reglamentaciones internacionales es la protección de la salud, pero no se sabe en qué momento la protección del consumidor le cede el paso a la protección de los grandes desarrollos industriales”, decía Rossi.
Para el Gobierno, hay estándares sanitarios tan elevados que, más que proteger la salud, lo que hacen es proteger la posición de grandes empresas, que son las únicas con la capacidad de cumplir esas reglas. “Son regulaciones diseñadas por la gran industria para proteger su posición en el mercado, excluyendo a otras industrias, en especial la local, que no tienen cómo cumplir unos estándares que, después de cierto nivel, representan mínimas ganancias sanitarias”, decía Rossi.
Pero esa idea de “mirar hacia lo local” despierta temores en algunas personas. “El Invima no está para impulsar emprendedores o ajustar la balanza comercial del país. El Invima fue creado y su misionalidad está centrada en la protección de la salud de los colombianos. Si nosotros queremos que los emprendedores del Valle del Cauca, de donde sea, tengan más posibilidades de desarrollar productos y registros sanitarios, hagamos una política pública de apoyo a esos emprendedores para que puedan cumplir la normativa. La solución no puede ser que el Invima baje los estándares para que ellos lleguen al registro”, nos decía hace unos meses, frente a esa propuesta en específico, Julio Aldana, quien fue director del Invima durante los gobiernos de Álvaro Uribe e Iván Duque.
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El presidente también le ordenó este viernes a Rossi que “acabe con la corrupción en el Invima”. “El Invima tiene mucha fama de corrupción, por una razón: es un peaje para dar vistos buenos. Donde se dan vistos buenos del Estado sobre actividades, aparece la corrupción. Entre más se demora el visto bueno, es porque más dinero se está cobrando. Y en este Gobierno no toleramos la corrupción”, le dijo a su nuevo funcionario. Se refiere al retraso en los trámites que ejecuta la entidad y que tienen que ver con autorizaciones de medicamentos, publicidad, entre otras cosas. “Tenemos varios objetivos de política pública, el que la producción de medicamentos en Colombia se fortalezca, por sectores públicos, privados, que pueda hacerse un énfasis en el medicamento genérico, en tanto necesitamos reducir los costos de la salud en el sistema de salud”, agregó el mandatario.
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