¿Ha visto famosos con joyas en los dientes? Esta es una muy mala idea
Expertos sostienen que este tipo de accesorios pueden tener numerosos riesgos para la salud bucodental, como el incremento de caries o la pérdida de esmalte de los dientes.
El uso de los llamados grillz y de joyas para adornar los dientes es cada vez más popular en el mundo de la música y la farándula; han sido utilizados por artistas como Rosalía, J Balvin, Katy Perry, Karol G, Rihanna, Justin Bieber, Kanye West, entre muchos otros. Pero mientras que estos accesorios llegan al público general, expertos advierten sobre sus riesgos para la salud bucodental.
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El uso de los llamados grillz y de joyas para adornar los dientes es cada vez más popular en el mundo de la música y la farándula; han sido utilizados por artistas como Rosalía, J Balvin, Katy Perry, Karol G, Rihanna, Justin Bieber, Kanye West, entre muchos otros. Pero mientras que estos accesorios llegan al público general, expertos advierten sobre sus riesgos para la salud bucodental.
Según explicó a El País Ana Echeverría Manau, periodoncista y directora de la revista “Cuida tus Encías”, de la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA), algunas joyas se pegan en la superficie dental de forma semipermanente. Se trata de diamantes pequeños o diseños en oro en plata.
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También están los grillz, populares en artistas de “música urbana”, que consisten en coronas metálicas que suelen ser más grandes y que adornan uno o varios dientes. “Hay unos fijos que requieren de una preparación previa del diente donde van colocados, lo que conlleva desgastar el esmalte y parte de la dentina (un tejido que está debajo del esmalte); y los removibles, que se mandan a hacer tras una toma de una impresión dental”, mencionó a El País, Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas, quien destacó que también hay unos con forma estándar que se adaptan mucho peor al diente.
De acuerdo con Jorge Sánchez, encargado de la compañía Grillz Madrid, los orígenes de estos accesorios se pueden rastrear hasta el 2.500 a.C., cuando las mujeres etruscas y los mayas los usaban como un símbolo de riqueza y poder, pero fue en los 80 cuando “se popularizaron en Estados Unidos gracias a la cultura hip hop”.
De hecho, un artículo publicado hace menos de un año en la revista Journal of Archaeological Science: Reports reveló que los mayas se hacían injertos de joyas en los dientes como jade, turquesa, oro, azabache y hematites, para decorar sus sonrisas. Las incrustaciones podrían tener una finalidad espiritual. Además, podían tener “propiedades higiénicas y terapéuticas potenciales”, según documenta Science Alert. Los científicos sugieren esto por el cemento que se utilizaba para asegurar las piedras en la dentadura.
Sin embargo, conseguir una estética diferente en los dientes podría traer graves riesgos. De acuerdo con Echeverría, aunque las joyas pequeñas tienen pocas implicaciones para la salud dental, favorecen la acumulación de placa bacteriana a su alrededor. Mientras tanto, si son más grandes, pueden llevar a heridas en la cara interior de los labios y las mejillas.
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“[El daño en la estructura de los dientes] puede variar en función del diseño y la fijación, desde un simple cementado sobre el esmalte, el menos lesivo, hasta la incrustación, en el que hay que erosionar la superficie dental para fijar la joya”, resalta a El País, Néstor Montesdeoca García, jefe asociado de Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Universitario La Luz, ubicado en Madrid, España.
Además, Isabel Giráldez, presidenta de la Sociedad Española de Odontología Conservadora y Estética (SEOC) explica que para colocar las joyas de mayor tamaño, hay que “adelgazar el espesor del esmalte, lo que puede dar lugar a un aumento de la sensibilidad dental”. Esta podría ser una de las razones por las que las personas se cansan de tener los accesorios y deben reparar sus dientes.
Por su parte, Castro insistió en que los grillz podrían traer problemas como el incremento del riesgo de caries, de interferencia con la mordida habitual, posibles riesgos de alergia a los materiales utilizados, e incluso con el dolor y alteración en la articulación temporomandibular, que conecta la mandíbula con la parte lateral de la cabeza. “La moda no puede estar reñida con la salud”.
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Los grillz también podrían generar abrasión, o pérdida progresiva del esmalte, decolorar los dientes e incluso generar trauma, fracturas y “problemas como la gingivitis, enfermedad periodontal o recesión en las encías”, asegura Juan Carlos Pérez Varela, presidente de la Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO).
Finalmente, Jorge Sánchez, encargado de Grillz Madrid, destaca que los procedimientos deben de ser realizados por un profesional y que sus portadores tienen que seguir recomendaciones como no comer o dormir con ellos, además de tener buena higiene y mantenerlos limpios para evitar la acumulación de suciedad y bacterias.
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