Hallan un vínculo entre la placenta y desarrollo de esquizofrenia
Un embarazo complicado puede aumentar hasta diez veces el riesgo de que una persona con predisposición genética para esquizofrenia desarrolle la enfermedad.
Redacción Vivir
Investigadores del Instituto Lieber para el Desarrollo del Cerebro de Baltimore (EE.UU.) han establecido una conexión sorprendente entre los genes asociados a la esquizofrenia y las condiciones en que se da un embarazo. En un estudio publicado esta semana demostraron que las 108 regiones del genoma previamente identificadas como detonantes de esquizofrenia multipican su potencial de generar la enfermedad cuando se presentan en el contexto de un embarazo complicado.
En conjunto, el riesgo de sufrir la enfermedad pasa de 12 en 1,000 si no hay complicaciones y están presentes algunos de estos genes a 80 en 1,000 si hay contratiempos en el embarazo. De aquí que por primera vez se esté considerando a la placenta como la pieza perdida en el desarrollo de esquizofrenia.
Según los expertos, estudios anteriores se habían centrado en cómo genes relacionados con desórdenes del comportamiento alteraban directamente el desarrollo prenatal del cerebro pero no sabían que la interacción con la placenta podía generar las condiciones precisas para desarrollar esa condición.
Los investigadores del Instituto Lieber estudiaron los casos de 2.800 adultos de distintos países, de los que 2.038 tenían esquizofrenia, lo que les permitió observar una importante interacción entre los genes asociados con el riesgo de esquizofrenia y posibles complicaciones en el embarazo.
El estudio también encontró que el efecto era más fuerte en fetos masculinos que en los de mujeres. Un dato que se compagina con las cifras poblacionales ya que la esquizofrenia es más común en hombres que en mujeres, generalmente en la adultez temprana. El “factor placenta” fue de tres a siete veces mayor en personas cuya madre tuvo una infección respiratoria durante el embarazo y hasta el doble si la madre tuvo preeclampsia, una dificultad en el parto, diabetes, obesidad, uso de alcohol, sangrado vaginal, tabaquismo materno o nacimiento prematuro.
"Los resultados sorprendentes de este estudio hacen que la placenta sea la pieza central de un nuevo campo de investigación biológica que relaciona cómo los genes y el medio ambiente interactúan para alterar la trayectoria del desarrollo del cerebro humano", señaló el líder del estudio, Daniel Weinberger.
Janine LaSalle, de la Universidad de California-Davis, experta en genética del autismo comentó al portal Stat, que "este debería ser un estudio revelador, especialmente para cualquiera que piense que el riesgo de enfermedad es todo genético. Los genes no existen en una caja de seguridad lejos de todo lo demás que te sucede".
"Necesitamos crear un nuevo puntaje de riesgo para la esquizofrenia, incorporando no solo genes sino también salud placentaria", dijo Weinberger al portal Stat. "Las probabilidades de convertirse en esquizofrénico en función de su puntaje de riesgo genético es más de 10 veces mayor con estas complicaciones de la vida temprana que sin ellas". Pero el puntaje de riesgo genético, "en ausencia de un embarazo complicado complicado, explica muy poco riesgo de esquizofrenia: menos del 2 por ciento" de la posibilidad de que el individuo desarrolle la enfermedad".
Investigadores del Instituto Lieber para el Desarrollo del Cerebro de Baltimore (EE.UU.) han establecido una conexión sorprendente entre los genes asociados a la esquizofrenia y las condiciones en que se da un embarazo. En un estudio publicado esta semana demostraron que las 108 regiones del genoma previamente identificadas como detonantes de esquizofrenia multipican su potencial de generar la enfermedad cuando se presentan en el contexto de un embarazo complicado.
En conjunto, el riesgo de sufrir la enfermedad pasa de 12 en 1,000 si no hay complicaciones y están presentes algunos de estos genes a 80 en 1,000 si hay contratiempos en el embarazo. De aquí que por primera vez se esté considerando a la placenta como la pieza perdida en el desarrollo de esquizofrenia.
Según los expertos, estudios anteriores se habían centrado en cómo genes relacionados con desórdenes del comportamiento alteraban directamente el desarrollo prenatal del cerebro pero no sabían que la interacción con la placenta podía generar las condiciones precisas para desarrollar esa condición.
Los investigadores del Instituto Lieber estudiaron los casos de 2.800 adultos de distintos países, de los que 2.038 tenían esquizofrenia, lo que les permitió observar una importante interacción entre los genes asociados con el riesgo de esquizofrenia y posibles complicaciones en el embarazo.
El estudio también encontró que el efecto era más fuerte en fetos masculinos que en los de mujeres. Un dato que se compagina con las cifras poblacionales ya que la esquizofrenia es más común en hombres que en mujeres, generalmente en la adultez temprana. El “factor placenta” fue de tres a siete veces mayor en personas cuya madre tuvo una infección respiratoria durante el embarazo y hasta el doble si la madre tuvo preeclampsia, una dificultad en el parto, diabetes, obesidad, uso de alcohol, sangrado vaginal, tabaquismo materno o nacimiento prematuro.
"Los resultados sorprendentes de este estudio hacen que la placenta sea la pieza central de un nuevo campo de investigación biológica que relaciona cómo los genes y el medio ambiente interactúan para alterar la trayectoria del desarrollo del cerebro humano", señaló el líder del estudio, Daniel Weinberger.
Janine LaSalle, de la Universidad de California-Davis, experta en genética del autismo comentó al portal Stat, que "este debería ser un estudio revelador, especialmente para cualquiera que piense que el riesgo de enfermedad es todo genético. Los genes no existen en una caja de seguridad lejos de todo lo demás que te sucede".
"Necesitamos crear un nuevo puntaje de riesgo para la esquizofrenia, incorporando no solo genes sino también salud placentaria", dijo Weinberger al portal Stat. "Las probabilidades de convertirse en esquizofrénico en función de su puntaje de riesgo genético es más de 10 veces mayor con estas complicaciones de la vida temprana que sin ellas". Pero el puntaje de riesgo genético, "en ausencia de un embarazo complicado complicado, explica muy poco riesgo de esquizofrenia: menos del 2 por ciento" de la posibilidad de que el individuo desarrolle la enfermedad".