Hay algo que no cuadra en la discusión sobre la “escasez” de medicamentos
En los últimos días, han vuelto a prenderse las alarmas por una supuesta escasez de medicinas en el país. Pero, tras consultar a varios de los actores que tienen un rol clave en este mercado para entender qué sucede, hay algo que no encaja en este rompecabezas.
Sergio Silva Numa
En la última semana, todos noticieros han hablado sobre medicamentos. Luego de que Acemi, el gremio de las EPS, publicara una advertencia sobre la escasez de varias medicinas, las alarmas volvieron a prenderse. “Sigue crisis de medicamentos: hay desabastecimiento de más de 1200 principios activos”, titularon el comunicado que, pronto, se regó como pólvora.
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En la última semana, todos noticieros han hablado sobre medicamentos. Luego de que Acemi, el gremio de las EPS, publicara una advertencia sobre la escasez de varias medicinas, las alarmas volvieron a prenderse. “Sigue crisis de medicamentos: hay desabastecimiento de más de 1200 principios activos”, titularon el comunicado que, pronto, se regó como pólvora.
Ningún Gobierno quiere que haya “desabastecimiento”. Es una palabra que pone con los pelos de punta a todos los que se mueven en el mundo farmacéutico. En estricto sentido, significa que hay ausencia completa de un “principio activo”, es decir, el “ingrediente” clave para fabricar una medicina. Por eso, una de las primeras peticiones que hacen todas las personas con quienes hablamos para este artículo (incluido Acemi), es corregir el debate: en la mayoría de casos, lo mejor es hablar de escasez de algunos medicamentos.
Pero la escasez también es una situación que causa mucha inquietud. Ayer, por ejemplo, el Congreso citó nuevamente a Francisco Rossi, el director del Invima, a un control político para que respondiera por lo que ha estado pasando. Sus declaraciones en días previos, habían levantado una polvareda. Palabras más, palabras menos, había culpado a las EPS de no entregar medicinas a los pacientes con el propósito de oponerse a la reforma a la salud. Frente a la Cámara de Representantes, Rossi tuvo que ser un poco más prudente y pidió sacar el debate de la polarización política. Si no, dijo, la ciudadanía terminaría perdiendo.
Es difícil, sin embargo, desligar esta discusión del debate de la reforma a la salud. Como hace varios años no sucedía, hay tensiones entre todos los actores, que esperan que el Congreso les defina su nuevo rol en el sistema. Ninguno quiere perder, por supuesto. Y como dice la profesora Claudia Vaca, directora del Centro de Pensamiento Medicamentos, Información y Poder de la U. Nacional, como la situación de “escasez” que hubo en agosto del 2022 no se resolvió, como muchos esperaban, por parte del Ministerio de Salud y del Invima, ahora siguen con el avispero. Es como si para calmarlo, añade, le hubieran dado un palazo y se alborotó.
Ahora, tanto Rossi, como Carolina Corcho, tienen una papa caliente en sus manos con, además, en extraño ingrediente: los datos que presentan todos los actores involucrados no cuadran. El escenario se parece más a un rompecabezas con muchas piezas que nadie logra encajar.
Hay varias muestras: mientras Paula Acosta, presidenta de Acemi, habla de problemas con 1.242 principios activos (en el canal institucional, del que hacen parte los hospitales y las EPS); el Invima tiene otras cuentas: en su último reporte del 28 de febrero hay 31 medicamentos desabastecidos y otros 15 en riesgo de desabastecimiento. El gremio de los droguistas, reunidos en Asocoldro, ha detectado, por su parte, que en canal comercial (es decir, las droguerías) hay escasez de 62 principios activos.
Esta es la carta que Acemi envió al Minsalud el 6 de marzo, advirtiendo sobre la situación:
Los “gestores farmacéuticos”, que son las empresas que se encargan de toda la logística y dispensación de medicamentos en las EPS, como Cruz Verde o Audifarma, también han observado que algo no anda en el mercado de las medicinas. No se animan a dar una cifra específica, pero unos de sus directivos dice que el número de principios activos escasos se aproxima al que presentó Acemi.
Como muestra, los gestores, agremiados en Fenalco, publicaron hace poco una tabla con el “top 20″ de esos principios activos en los que han visto mayores inconvenientes.
A los ojos de estas compañías, gran parte de la responsabilidad recae en la industria farmacéutica nacional, con la cual debe negociar los medicamentos, para luego vendérselos a las EPS.
“Se está presentando incumplimiento de entrega de las órdenes de compra por parte de importadores y de fabricantes, quienes entregan un menor número de medicamentos a los solicitados (...) De 100 unidades que se piden, en promedio, a febrero de 2023, se están entregando 0 o 63 dependiendo del producto correspondiente”, señalan en un comunicado.
Pero los laboratorios colombianos tienen otros cálculos completamente diferentes. Asinfar, que reúne a varios, entre ellos, pesos pesados como Tecnoquímicas o Lasanté, dice que sus socios no han observado problemas graves y están listos para poner en el mercado medicinas, si están entre sus posibilidades de producción. El empresario Emilio Sardi, cabeza de Tecnoquímicas y presidente de la junta directiva de Asinfar, asegura que estudiaron la situación y ningún asociado reportó desabastecimiento.
“Puede que unos tengan algún faltante, que es algo que sucede con mucha frecuencia en la industria, pero no es un problema mayor. En el caso de Tecnoquímicas, de 400 referencias que tenemos, pueden faltar dos o tres, pero es lo usual. Mi percepción es que hablar de 1.200 principios activos escasos no se ajusta a la realidad que nosotros vivimos”, asegura Sardi. Hace un par de días, de hecho, se reunió con alrededor de los 20 presidentes de las compañías y llegaron, dice, a la misma conclusión.
Tras recoger los datos de sus afiliados, en Asinfar notaron que puede haber desabastecimiento de solo estos principios activos:
En la otra cara de la moneda, aseguran que tienen suficiente disponibilidad de muchos de los principios activos que aparecen en la lista de Acemi. Entre ellos, valsartán, acetaminofén, enalapril o rosuvastatina. Esta es parte de la lista que nos compartieron:
La Asociación Colombiana de la Industria Farmacéutica, Ascif, el otro grupo de laboratorios nacionales, tiene una opinión parecida. Clara Rodríguez, su directora, admite que hay algunos comportamientos particulares con ciertos medicamentos, pero asegura también que sus afiliados tienen stock para satisfacer el mercado en algunos de los casos que fueron reportados como “escasos”.
¿Cómo se explica este enredo?
Si hay un mercado complejo es el de los medicamentos. Aunque cuando aparecen estas discusiones sobre escasez es tentador simplificar las causas, no es lo más adecuado. No es lo mismo hablar de la falta de un principio activo en una EPS o un hospital de Bogotá, que de la situación en alguna ciudad del Caribe o del Amazonas. En un mundo de tantos compuestos y de diversas presentaciones (píldoras, tabletas, soluciones inyectables, spay), no es correcto agrupar los problemas en una misma bolsa.
Por eso, como señala la profesora Vaca, el primer paso es tener un buen “médico” que sea capaz de hacer un diagnóstico adecuado para cada caso. Por poner un ejemplo, puede haber dificultades en el exterior para adquirir la materia prima para fabricar un medicamento o puede haber problemas, como sucedió en la pandemia, con el vidrio para “enfrascar” las ampollas.
En algo en lo que coinciden todos los actores es que, en ciertos casos, un factor clave son tropiezos para adquirir materias primas, aunque Sardi, de Tecnoquímicas, confiesa que no ha tenido mayor inconveniente y no está bien hacer comparaciones con lo que se vivió durante la pandemia. El Minsalud dice que también hay pérdida de interés por parte de la industria en comercializar algunos productos de baja rentabilidad.
Otro punto en el que concuerdan es el cuello de botella que hay en el Invima. Hay miles de trámites represados que tienen impaciente a la industria, pues necesita del permiso de esa entidad para cualquier cambio en alguno de sus productos. Ascif dice que hay cerca de 20 mil trámites sin resolver, pero, para ser justos, como la misma asociación reitera, no es un lío nuevo. Rossi, el director, recibió una lista larguísima que trámites atascados de la anterior administración, a cargo de Julio César Aldana.
Hay un par de puntos más que suelen aparecer sobre la mesa. Como señalan los gestores farmacéuticos y Acemi, ha habido una mayor demanda de medicamentos luego de la pandemia. En ciertos casos, como el del consumo de las medicinas para tratar trastornos de salud mental, parece ser un rezago del covid-19.
En otros, dice Acosta, presidenta de Acemi, en los últimos números meses creció el número de atenciones represadas tras los extensos encierros provocados por el coronavirus. Además, a sus ojos, los pacientes están buscando más citas ante “la incertidumbre que ha causado la reforma a la salud”. En eso también coincide el gerente de una de las EPS más grandes del país, que prefiere reservar su nombre para “no generar más tensiones con el Minsalud”.
Pero, además, hay asuntos de fondo, que hasta que no se solucionen será difícil resolver este enredo. Para Leonardo Arregocés, exdirector de Medicamentos del Minsalud, uno clave por ajustar es la falta de transparencia que hay entre los contratos entre los actores que participan en el mercado de medicamentos. Como son transacciones privadas, nadie sabe muy bien qué se negocia.
El otro problema, añade, es que “cada actor muestra un pedacito de información de ese mercado. La solución, tal vez, es exigir un buen reporte de información a todos los que participan en la cadena, para así poder verla completa y entender qué hay detrás de cada caso”. Por lo pronto, como dice Vaca, aún es una discusión que se está dando con varias tapadas.
Y, como si fuera poco, tampoco coinciden las versiones sobre los esfuerzos para resolver la “escasez”. Mientras el Minsalud asegura que se han hecho diez mesas de trabajo con diferentes asociaciones, hasta la semana pasada Acemi reclamaba que, después de la discusión de septiembre, no volvieron a ser convocados para buscar soluciones de manera conjunta. Hasta el viernes pasado, Clara Rodríguez, presidente de Ascif, tampoco había vuelto a ser llamada a esas mesas. Pero Asinfar, por su parte, sí se reunió con el ministerio de Salud hace un par de días.
También nos comunicamos con Gestarsalud, que reúne a las EPS del subsidiado, pero prefirieron no pronunciarse por el momento. La Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas nos dijo que está recopilando datos entre sus afiliados para detallar mejor si presentan algún tipo de escasez.