Hay poca evidencia de que la depresión sea causada por bajos niveles de serotonina
Una nueva revisión extensiva de 17 estudios sobre el tema concluyó que no hay pruebas “contundentes” de que la depresión esté asociada a bajos niveles del neurotransmisor. Algunos expertos en el campo de la psiquiatría respondieron a la investigación y criticaron el hecho de que “agrupe la depresión como si fuera un solo trastorno”, con una única causa.
Popularmente, existe la creencia de que la depresión es causada por un desequilibrio químico en el cerebro, es decir, que bajos niveles de sustancias como la serotonina, un neurotransmisor, están vinculados con la depresión. Ahora, una revisión sistemática de 17 estudios, publicada en la revista Molecular Psychiatry, concluyó que no hay evidencia “convincente” de que los bajos niveles de serotonina causen depresión.
“Siempre es difícil demostrar que es negativo, pero creo que podemos decir con seguridad que después de una gran cantidad de investigaciones realizadas durante varias décadas, no hay pruebas convincentes de que la depresión sea causada por anomalías de la serotonina, en particular por niveles más bajos o actividad reducida de la serotonina”, dijo la autora principal de la revisión Joanna Moncrieff a través de un comunicado de prensa.
La revisión tuvo en cuenta los estudios relevantes, con la participación de miles de personas, que se han publicado sobre la serotonina y la depresión. A través de esta revisión, los nuevos investigadores señalaron que la mayoría de estos estudios que compararon los niveles del neurotransmisor en la sangre o fluidos cerebrales no encontró diferencias entre las personas diagnosticadas con depresión y los participantes sanos de control. (También puede leer: Se confirman tres nuevos casos de viruela del mono en Colombia)
También observaron estudios en los que los niveles de serotonina se redujeron artificialmente en cientos de personas y concluyeron que esta reducción no produjo depresión en los voluntarios sanos que participaron en esas investigaciones.
Los autores entonces cuestionaron el uso generalizado de antidepresivos, que en su mayoría son inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), y que causan efectos secundarios en las personas. “Miles de personas sufren los efectos secundarios de los antidepresivos, incluidos los graves efectos de abstinencia que pueden ocurrir cuando las personas intentan suspenderlos, pero las tasas de prescripción siguen aumentando. Creemos que esta situación se debe en parte a la falsa creencia de que la depresión se debe a un desequilibrio químico. Ya es hora de informar al público que esta creencia no se basa en la ciencia”, agregó Moncrieff.
Para los autores, además, esta idea también ha impactado la forma cómo las personas entienden sus estados de ánimo, por ejemplo, al crear una “perspectiva pesimista” sobre la posibilidad de poder autorregular los estados de ánimo.
(Le puede interesar: Así han cambiado los síntomas del covid-19 por nuevas variantes, según estudio)
A raíz de esta revisión, también surgieron respuestas contrarias, como la del profesor de Neurobiología Gitte Moos Knudsen, quien manifestó al Science Media Center que: “La verdadera idea errónea principal es que la depresión es una enfermedad única con un déficit bioquímico único. Hoy en día, se acepta en gran medida que la depresión es un trastorno heterogéneo con posibles causas subyacentes múltiples”. Esta opinión también la respalda el psiquiatra Michael Bloomfield, quien expresó a este mismo centro que no conocía a un solo profesional que creyera que toda depresión sea causada por un “simple desequilibrio químico en serotonina”.
“Lo que sigue siendo posible es que, para algunas personas con ciertos tipos de depresión, los cambios en el sistema de serotonina puedan estar contribuyendo a sus síntomas. El problema con esta revisión es que no puede responder esa pregunta porque ha agrupado la depresión como si fuera un solo trastorno, lo que desde una perspectiva biológica no tiene ningún sentido”, puntualizó Bloomfield.
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Popularmente, existe la creencia de que la depresión es causada por un desequilibrio químico en el cerebro, es decir, que bajos niveles de sustancias como la serotonina, un neurotransmisor, están vinculados con la depresión. Ahora, una revisión sistemática de 17 estudios, publicada en la revista Molecular Psychiatry, concluyó que no hay evidencia “convincente” de que los bajos niveles de serotonina causen depresión.
“Siempre es difícil demostrar que es negativo, pero creo que podemos decir con seguridad que después de una gran cantidad de investigaciones realizadas durante varias décadas, no hay pruebas convincentes de que la depresión sea causada por anomalías de la serotonina, en particular por niveles más bajos o actividad reducida de la serotonina”, dijo la autora principal de la revisión Joanna Moncrieff a través de un comunicado de prensa.
La revisión tuvo en cuenta los estudios relevantes, con la participación de miles de personas, que se han publicado sobre la serotonina y la depresión. A través de esta revisión, los nuevos investigadores señalaron que la mayoría de estos estudios que compararon los niveles del neurotransmisor en la sangre o fluidos cerebrales no encontró diferencias entre las personas diagnosticadas con depresión y los participantes sanos de control. (También puede leer: Se confirman tres nuevos casos de viruela del mono en Colombia)
También observaron estudios en los que los niveles de serotonina se redujeron artificialmente en cientos de personas y concluyeron que esta reducción no produjo depresión en los voluntarios sanos que participaron en esas investigaciones.
Los autores entonces cuestionaron el uso generalizado de antidepresivos, que en su mayoría son inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), y que causan efectos secundarios en las personas. “Miles de personas sufren los efectos secundarios de los antidepresivos, incluidos los graves efectos de abstinencia que pueden ocurrir cuando las personas intentan suspenderlos, pero las tasas de prescripción siguen aumentando. Creemos que esta situación se debe en parte a la falsa creencia de que la depresión se debe a un desequilibrio químico. Ya es hora de informar al público que esta creencia no se basa en la ciencia”, agregó Moncrieff.
Para los autores, además, esta idea también ha impactado la forma cómo las personas entienden sus estados de ánimo, por ejemplo, al crear una “perspectiva pesimista” sobre la posibilidad de poder autorregular los estados de ánimo.
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A raíz de esta revisión, también surgieron respuestas contrarias, como la del profesor de Neurobiología Gitte Moos Knudsen, quien manifestó al Science Media Center que: “La verdadera idea errónea principal es que la depresión es una enfermedad única con un déficit bioquímico único. Hoy en día, se acepta en gran medida que la depresión es un trastorno heterogéneo con posibles causas subyacentes múltiples”. Esta opinión también la respalda el psiquiatra Michael Bloomfield, quien expresó a este mismo centro que no conocía a un solo profesional que creyera que toda depresión sea causada por un “simple desequilibrio químico en serotonina”.
“Lo que sigue siendo posible es que, para algunas personas con ciertos tipos de depresión, los cambios en el sistema de serotonina puedan estar contribuyendo a sus síntomas. El problema con esta revisión es que no puede responder esa pregunta porque ha agrupado la depresión como si fuera un solo trastorno, lo que desde una perspectiva biológica no tiene ningún sentido”, puntualizó Bloomfield.
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