Hipótesis sobre el origen de ómicron
Que los virus mutan para sobrevivir es algo que se sabe desde hace mucho tiempo. Sin embargo, poco se conoce sobre el origen de la nueva variante del virus SARS - CoV- 2. Algunos investigadores señalan que pudo surgir en un paciente infectado crónicamente, otros apuntan a los animales e, incluso, una científica señala que puede estar circulando desde mediados de 2020.
Hace una semana, científicos de Sudáfrica confirmaban una nueva variante del virus SARS - CoV -2. Un día después, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la nombró ómicron, siguiendo con la denominación con letras del alfabeto griego, un sistema elegido por esta entidad desde hace meses. Más allá de los países donde se ha confirmado la presencia de esta variante, la información sobre ómicron es preliminar y escasa e impide tener certezas en estos momentos.
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Hace una semana, científicos de Sudáfrica confirmaban una nueva variante del virus SARS - CoV -2. Un día después, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la nombró ómicron, siguiendo con la denominación con letras del alfabeto griego, un sistema elegido por esta entidad desde hace meses. Más allá de los países donde se ha confirmado la presencia de esta variante, la información sobre ómicron es preliminar y escasa e impide tener certezas en estos momentos.
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Aún hay muchas dudas sobre cuál es el origen preciso de esta variante. Aunque algunos investigadores se han aventurado a formular hipótesis, lo cierto es que varias de las sospechas están del lado de la especulación. Sin embargo, hay algunos indicios que sugieren que podría haberse originado en pacientes con infecciones crónicas, poblaciones poco vigiladas e, incluso, en roedores u otros animales. Kai Kupferschmidt trató de recopilar algunos de estas versiones en un reportaje para la revista Science, donde habló con virólogos, biólogos, entre otros científicos.
Pacientes con covid-19 crónico
Lo normal es que una persona que se haya infectado con covid-19 se cure de sus síntomas a las tres semanas. Sin embargo, hay personas que luego de 12 semanas siguen presentando síntomas fuertes. A estos últimos se les conoce como paciente con infecciones crónicas y son, para algunos investigadores, el posible origen de ómicron, dado que algún medicamento o enfermedad pudo afectar la respuesta inmunitaria.
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Este es el caso de Richard Lessells, investigador de enfermedades infecciosas de la Universidad de KwaZulu-Natal en Durbán, Sudáfrica, precisamente una de las regiones donde ómicron predomina actualmente. Según la publicación de Science, Lessells y su grupo de investigación analizaron el caso de una joven de este país que tiene un infección por VIH no controlada y que fue portadora del coronavirus durante más de seis meses. Allí encontraron que el virus acumuló muchos cambios observados en las variantes preocupantes. Un comportamiento similar habría sido observado en otro joven que tuvo coronavirus por más tiempo.
Sin embargo, como se lee en el reportaje, Christian Drosten, virólogo del Hospital Universitario Charité en Berlín, considera que esta hipótesis se cae si se tiene en cuenta la experiencia vivida con las infecciones crónicas de gripe y otros virus en pacientes inmunodeprimidos (personas cuyo sistema inmunitario se debilita y pierde su capacidad para combatir infecciones y enfermedades). Según Drosten, sí es posible que las variantes que logran eludir el sistema inmunitario se generen en este tipo de pacientes, pero señala que al hacerlo pierden su capacidad para transmitirse entre personas.
Poblaciones ocultas y poco vigiladas
Como lo señala Science, Drosten, junto con otros científicos, sostienen que el origen de esta nueva variante pudo darse en poblaciones aisladas o que no hayan sido sujetas de seguimiento durante la pandemia. “Supongo que no evolucionó en Sudáfrica, donde se está llevando a cabo una gran secuenciación, sino en algún otro lugar del sur de África durante la ola invernal”, apuntó el virólogo a la revista y agregó que esa época generó las condiciones para un aumento en las infecciones durante mucho tiempo, lo que habría permitido la aparición de una nueva variante.
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Jessica Metcalf, bióloga evolutiva del Instituto de Estudios Avanzados de Berlín y contactada por la revista, apoya la tesis de Drosten y considera que estas poblaciones “ocultas” fueron el ambiente propicio para la evolución y circulación de ómicron. Por su parte, Andrew Rambaut, de la Universidad de Edimburgo (y más afín a lo propuesto por Lessells) asegura que: “No estoy seguro de que haya ningún lugar en el mundo lo suficientemente aislado como para que este tipo de virus se transmita durante tanto tiempo sin que surja en varios lugares”.
¿Ómicron pudo haber surgido en animales?
Esta es la tercera hipótesis reseñada por el reportaje y la defienden científicos como Kristian Andersen, investigador de enfermedades infecciosas del Scripps Research en Estados Unidos. Para Andersen, el virus pudo ocultarse en roedores u otros animales, lo que explicaría la extrañeza del genoma que conlleva a las mutaciones que no se habían observado en otras variantes y que han despertado la preocupación de los científicos y de la OMS.
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Aunque Mike Worobey, de la Universidad de Arizona, en Tucson, se inclina por la primera hipótesis, no descarta esta posible explicación. Según Worobey, una investigación que estaría en revisión para ser publicada demostró que el 80% de ciervos de cola blanca del estado de Iowa en Estados Unidos eran portadores de coronavirus entre noviembre del 2020 y enero del 2021. “Me hace preguntarme si otras especies pueden infectarse crónicamente, lo que potencialmente proporcionaría este tipo de presión selectiva con el tiempo”, finalizó Worobey.
Es demasiado pronto…
Como dijo hace algunos días Jeremy Farrar, director de Wellcome Trust, una organización de investigación biomédica en Londres, “me temo que la paciencia es crucial”. La frase hacia referencia a que la información que permitirá saber qué tan letal será ómicron respecto a otras variantes, si las vacunas serán efectivas o no, o si es más transmisible que anteriores variantes, está a unas cuantas semanas de conocerse, por lo que es muy pronto para llegar a conclusiones.
En esta misma línea se encuentra Aris Katzourakis, biólogo evolutivo de la Universidad de Oxford, quien le dijo a Science que considera que es muy pronto para descartar alguna teoría sobre el origen de esta nueva variante.