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Durante décadas, los científicos han estudiado la genética de distintas poblaciones para encontrar vínculos con enfermedades, pero también lo han hecho para determinar predisposiciones al alcoholismo y tabaquismo, por ejemplo. El problema de los estudios genéticos con estos dos últimos comportamientos, tiene que ver con que las investigaciones se habían centrado principalmente en poblaciones europeas. (Puede leer: ¡Pilas! Invima alerta por tres aguardientes fraudulentos que se están vendiendo)
Sin embargo, eso cambio gracias a una reciente investigación publicada en Nature que afirma ser el mayor análisis de la historia para hallar vínculos genéticos con el tabaquismo y el alcoholismo. Para lograrlo, un nutrido grupo de científicos construyó un modelo en el que incorporaron los datos genómicos de 3.383.199 personas, de las cuales el 21% no tenían ascendencia europea.
Tras el análisis, el grupo liderado por seis profesores de las universidades de Penn State College of Medicine y de Minessota (Estados Unidos), encontró 3.823 variantes genéticas relacionadas con el consumo de tabaco o alcohol. De estas, 849 estaban relacionadas con el número de bebidas alcohólicas que una persona consume en una semana, 243 con el número de cigarrillos que fuma al día y 39 con la edad a la que empezó a fumar. (Le puede interesar: Van 20 intoxicados con licor adulterado: ¿cuál es riesgo y cómo evitarlo?)
Los investigadores también descubrieron que la mayoría de las asociaciones genéticas que hallaron, tienen efectos similares en las ascendencias africana, americana, asiática oriental y europea que analizaron en su estudio. Esto, según Gretchen Saunders, psicóloga de la Universidad de Minnesota y una de las principales autoras del trabajo, sugiere que “en general, la arquitectura genética de estos comportamientos es similar en todas las ascendencias”.
Pero los científicos también reconocen que, pese a ser el estudio más amplio y con mayor diversidad ancestral, su trabajo no ha abarcado a todas las poblaciones, por lo que todavía faltan años para llegar a conclusiones más sólidas. (También puede leer: Homicidio, la principal causa de muerte en mujeres embarazadas en Estados Unidos)
“En futuras fases del estudio, agradeceremos colaboraciones de otros investigadores que tengan acceso a conjuntos de datos adicionales para seguir ampliando nuestros estudios”, apuntó Mengzhen Liu, colega de Saunders y otro de los autores principales de esta investigación.
A pesar de estos aspectos por mejorar, Dajiang Liu, del departamento de Ciencias de la Salud Pública del Colegio de Medicina de Penn State, aseguró que “si podemos predecir el riesgo de que alguien desarrolle dependencia de la nicotina o el alcohol utilizando esta información, podremos intervenir a tiempo y evitar potencialmente muchas muertes”. (Puede interesarle: La celebración de velitas y el festivo dejaron 98 lesionados por manipular pólvora)
Se estima que, a nivel mundial, el tabaco causa ocho millones de muertes al año, mientras que el alcohol genera otras tres millones. Además, como se ha señalado en múltiples ocasiones por entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS), fumar y beber “son importantes factores de riesgo de varias enfermedades físicas y mentales, entre ellas las cardiovasculares y los trastornos psiquiátricos”.
Por eso, los investigadores esperan que en un futuro estos resultados puedan tener alguna aplicación clínica. Pero, advierten, no se pueden obviar los otros factores que influyen estos comportamientos como los sociales y los individuales.