Israel pondrá cuarta dosis de vacuna contra covid-19 para mayores de 60 años
Esto señaló Naftali Bennet, primer ministro del país. La idea sería hacerle frente a una posible quinta ola de coronavirus impulsada por ómicron. Sin embargo, en continentes como África, solo cinco países de los 54 lograrán vacunar al 40 % de su población para finales de 2021. OMS ha pedido que las vacunas lleguen a los países más rezagados en vacunación.
Israel podría convertirse en el primer país en empezar a aplicar una cuarta dosis de la vacuna contra covid-19 en el mundo. Según anunció Naftali Bennet, primer ministro de Israel, durante la noche del 21 de diciembre, la decisión se tomó tras la recomendación que hizo un panel de expertos, y la cuarta dosis se aplicará a personas mayores de 60 años, trabajadores de salud y personas con inmunodeficiencia.
Aunque aún se espera que el Ministerio de Salud lo apruebe, la idea es que es que las personas incluidas en estos grupos reciban la cuarta dosis a los cuatro meses de recibir la tercera dosis contra el coronavirus. (Le puede interesar: La OMS avala combinar vacunas frente al COVID-19)
Desde hace un año Israel se convirtió en uno de los países líderes en vacunación, gracias a un trato especial que hizo con la farmacéutica Pfizer/BioNtech en el que recibía dosis a cambio de que el país compartiera datos sobre el impacto que estaba teniendo el plan de vacunación.
La decisión de comenzar a administrar una segunda inyección de refuerzo, explica el periódico inglés The Guardian, se produce cuando Israel se prepara para una quinta ola de infecciones causada por la variante ómicron. Según el Ministerio de Salud, hay al menos 340 casos conocidos de ómicron en Israel, que representan entre el10 y el 15% de todas las infecciones por coronavirus. “Las autoridades anticipan que ómicron superará a delta para convertirse en la cepa dominante del virus en Israel dentro de dos semanas”. (Le sugerimos: Israel, el país que lleva la delantera en vacunación contra COVID19)
Sin embargo, vale recordar que mientras Israel habla de una cuarta dosis, hay países en el mundo donde los trabajadores de la salud no han recibido ni la primera dosis contra el coronavirus, dejando en evidencia la fuerte inequidad que existe en el mundo frente al acceso de vacunas y medicamentos. Incluso, en medio de una pandemia. Por ejemplo, en el continente africano, según la organización Peoples Vaccine Alliance, solo cinco países de los 54 lograrán vacunar al 40 % de su población para finales de 2021. Esto teniendo en cuenta que, en palabras de la Organización Mundial de la Salud, la prioridad global ante todo debe ser apoyar a que todos los países vacunen mínimo al 40% de la población lo más pronto posible y lo incrementen al 70% para mediados del 2022. (Lea también: Sudáfrica, más allá de ómicron: una batalla para acceder a medicamentos)
De hecho, en agosto de este año, la OMS también pidió una moratoria a la tercera dosis o dosis de refuerzo para que las vacunas no siguieran llegando solo a los países ricos, sino también a los países con menos recursos, donde la vacunación está rezagada. Un tema que no solo se trata de equidad, sino que obedece a una lógica muy simple: mientras no todas las personas de todos los países del mundo tengan las dos dosis o el esquema de vacunación inicial completo, se abren más ventanas para que el virus mute a versiones posiblemente más transmisibles.
Israel podría convertirse en el primer país en empezar a aplicar una cuarta dosis de la vacuna contra covid-19 en el mundo. Según anunció Naftali Bennet, primer ministro de Israel, durante la noche del 21 de diciembre, la decisión se tomó tras la recomendación que hizo un panel de expertos, y la cuarta dosis se aplicará a personas mayores de 60 años, trabajadores de salud y personas con inmunodeficiencia.
Aunque aún se espera que el Ministerio de Salud lo apruebe, la idea es que es que las personas incluidas en estos grupos reciban la cuarta dosis a los cuatro meses de recibir la tercera dosis contra el coronavirus. (Le puede interesar: La OMS avala combinar vacunas frente al COVID-19)
Desde hace un año Israel se convirtió en uno de los países líderes en vacunación, gracias a un trato especial que hizo con la farmacéutica Pfizer/BioNtech en el que recibía dosis a cambio de que el país compartiera datos sobre el impacto que estaba teniendo el plan de vacunación.
La decisión de comenzar a administrar una segunda inyección de refuerzo, explica el periódico inglés The Guardian, se produce cuando Israel se prepara para una quinta ola de infecciones causada por la variante ómicron. Según el Ministerio de Salud, hay al menos 340 casos conocidos de ómicron en Israel, que representan entre el10 y el 15% de todas las infecciones por coronavirus. “Las autoridades anticipan que ómicron superará a delta para convertirse en la cepa dominante del virus en Israel dentro de dos semanas”. (Le sugerimos: Israel, el país que lleva la delantera en vacunación contra COVID19)
Sin embargo, vale recordar que mientras Israel habla de una cuarta dosis, hay países en el mundo donde los trabajadores de la salud no han recibido ni la primera dosis contra el coronavirus, dejando en evidencia la fuerte inequidad que existe en el mundo frente al acceso de vacunas y medicamentos. Incluso, en medio de una pandemia. Por ejemplo, en el continente africano, según la organización Peoples Vaccine Alliance, solo cinco países de los 54 lograrán vacunar al 40 % de su población para finales de 2021. Esto teniendo en cuenta que, en palabras de la Organización Mundial de la Salud, la prioridad global ante todo debe ser apoyar a que todos los países vacunen mínimo al 40% de la población lo más pronto posible y lo incrementen al 70% para mediados del 2022. (Lea también: Sudáfrica, más allá de ómicron: una batalla para acceder a medicamentos)
De hecho, en agosto de este año, la OMS también pidió una moratoria a la tercera dosis o dosis de refuerzo para que las vacunas no siguieran llegando solo a los países ricos, sino también a los países con menos recursos, donde la vacunación está rezagada. Un tema que no solo se trata de equidad, sino que obedece a una lógica muy simple: mientras no todas las personas de todos los países del mundo tengan las dos dosis o el esquema de vacunación inicial completo, se abren más ventanas para que el virus mute a versiones posiblemente más transmisibles.