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Una de las invitadas especiales a la Feria del Cannabis Medicinal, ExpomdeWeedes que culminó el fin de semanda en Medellín, fue la española Cristina Sánchez, doctora en Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid, quien coordina una línea de investigación para comprender en términos moleculares y explotar clínicamente el potencial antitumoral de los cannabinoides en el cáncer.
Hablamos con ella sobre sus investigaciones y el futuro del cannabis para uso terapéutico.
¿Qué ha podido investigar frente a los beneficios del cannabis en el cuerpo humano?
Nosotros nos dedicamos al estudio de los efectos antitumoral de los cannabinoides y lo que hemos visto es que determinados compuestos de la planta tienen propiedades antitumorales, eso quiere decir que por un lado disminuyen la velocidad de crecimiento de los tumores, en algunos casos los consiguen erradicar, disminuyen otros procesos que están muy relacionados con la aparición tumoral como por ejemplo la formación de nuevos vasos sanguíneos que son los que dan de comer a las masas tumorales que están creciendo y sobretodo los procesos de metástasis que son los que al final producen más muertes asociadas a cáncer.
¿Con qué modelos realizan estos estudios?
Es muy importante aclarar que lo hemos hecho con modelos preclínicos, quiere decir células tumorales crecidas en placas de plástico y en modelos de animales de cáncer como ratones de laboratorio en los que generamos tumores de lo que nos interesa en ese momento (cerebrales, de mama, de piel) nosotros no trabajamos con humanos porque no somos médicos.
¿Todos los tipos de cáncer se pueden atacar con el cannabis?
Lo que nosotros hemos visto y otros grupos de investigación, es que hay muchos tipos de tumores que responden al tratamiento con cannabinoides, son prácticamente todos, es muy difícil encontrar alguno que no lo haga. Las células tumorales parecen tener algo en común que las hace ser sensibles a los cannabinoides. Hemos probado en cáncer de mamá, de piel, de hígado, de útero, cerebral, etc, y todos responden de la misma manera.
¿De qué manera se suministra el cannabis?
Lo hemos hecho de diferentes maneras, primero se pinchaba alrededor del tumor, pero cuando uno piensa en los pacientes sabe que a nadie le van a pinchar cannabinoides, así que nos movimos a algo más fisiológico, y fue inyectar en la tripa que sería muy parecido a cuando se administra quimioterapia por vía venosa, y últimamente hemos probado también por vía oral y funcionan igual de bien. Para los humanos creemos que esta es la mejor forma porque es la que permite mantener los niveles de cannabinoides altos en sangre y por tanto en los tejidos tumorales durante más tiempo.
¿En qué momento es recomendable iniciar el tratamiento con el cannabis y más o menos en cuánto tiempo se ve resultado?
No sabemos con exactitud cuándo porque no se han hecho ensayos clínicos en humanos, sabemos que hay pacientes que lo están usando independientemente de que se hayan hecho ensayos. Lo más aconsejable es empezar lo antes posible. Cuánto tiempo pase en ver los efectos, eso depende de la patología.
¿Por ejemplo en el caso de los animales, cuál ha sido el tiempo de respuesta?
Hacemos tratamiento a los animales de cuatro semanas, pero hay que tener en cuenta que la fisiología de un ratón no tiene nada que ver con la de un humano, para empezar ellos viven en promedio dos años y un humano bastantes más y la velocidad en que se forman los tumores en un ratón es bastante mayor a la de un humano, sin embargo, en esas cuatro semanas ya vemos claramente los efectos antitumorales. Hay casos de pacientes que están utilizando cannabis y ven efectos en un mes o dos meses aproximadamente.
¿Por qué aún no se aplica en humanos clínicamente?
En la actualidad hay un ensayo clínico en todo el mundo y es en Reino Unido y está patrocinado por un laboratorio farmacéutico grande. Uno de los problemas por los que no hay más ensayos es porque cuestan muchísimo dinero y esos recursos los suministran las empresas farmacéuticas y ellas generalmente invierten en productos que puedan obtener grandes retornos económicos, en este caso estamos hablando de cannabis que es una planta que podemos cultivar todos en nuestros jardines, no se puede patentar, entonces va a entregar pocos recursos económicos a las farmacéuticas. El otro problema son las restricciones legales que hay, con cannabis el proceso se multiplica por diez la burocracia.
El Cannabis ha sido satanizado por su consumo, ¿Tendríamos que empezar a desatanizarlo para aprovechar todos sus beneficios para la salud humana?
La planta tiene un potencial terapéutico enorme, nosotros estamos hablando de los beneficios para el cáncer, pero hay datos clínicos que demuestran que funciona muy bien para combatir el dolor, especialmente aquellos que no responden a las terapias convencionales, especialmente para combatir náuseas y vómitos asociados a quimioterapia, funciona muy bien para tratar epilepsia en población infantil, lo que tenemos que hacer es distinguir bien el uso terapéutico del uso lúdico, que los legisladores entiendan que es diferente para regularlo.
¿Qué hacer para que se promueva más su uso terapéutico y la legislación sea favorable?
Yo creo que el movimiento debe ir de abajo a arriba, hemos visto que no ha pasado nada positivo acudiendo a las instancias superiores, ha habido una asamblea general de la ONU hace unos meses donde se ha intentado reclasificar al cannabis porque está en la lista uno, lo que significa que tiene un enorme poder adictivo y ningún potencial terapéutico y no se ha conseguido nada, creo se debemos empezar de abajo a arriba, pacientes, médicos, investigadores intentando mover conciencia en nuestros países y así tendrán que legalizar a nivel global para que todo el mundo tenga acceso a este tipo de medicina.