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La música podría reducir el dolor de los bebés en intervenciones médicas menores

Un estudio sugiere que la música podría aliviar el dolor de los recién nacidos en intervenciones médicas menores como las inyecciones. Sin embargo, es importante seguir estudiando el efecto analgésico de la música, pues anteriores revisiones habían dado datos contradictorios.

30 de agosto de 2023 - 12:45 a. m.
El estudio mostró una reducción estadística y clínicamente significativa en las puntuaciones de dolor en el grupo de intervención musical en comparación con el grupo de control a lo largo del tiempo.
El estudio mostró una reducción estadística y clínicamente significativa en las puntuaciones de dolor en el grupo de intervención musical en comparación con el grupo de control a lo largo del tiempo.
Foto: Getty Images
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¿Sabía que durante décadas el dolor en los recién nacidos se subestimó? Se creía que no experimentaban dolor. Hoy se sabe con certeza que no solo pueden experimentar dolor, sino que incluso a veces este puede ser mayor debido a un sistema nervioso inmaduro. Ahora, la evaluación del dolor en esta población es un desafío. Para reconocerlo, los científicos han intentado sistemas de codificación facial y escalas para medir su intensidad, pero aún hay mucho por saber en esto. Y es especialmente apremiante: durante esta etapa de vida, todos nos sometemos a vacunas, inyecciones y pruebas médicas que pueden generar molestia.

Por eso, algunos científicos están obsesionados con establecer un método fácil y confiable para reducir el dolor en los recién nacidos durante esas intervenciones menores. Aunque hay tratamientos farmacológicos, también se están explorando intervenciones menos invasivas como la sacarosa oral, la lactancia materna, el contacto piel con piel con los padres y alternativas como la musicoterapia. Justamente, un estudio que explora cómo la música puede reducir el dolor en los bebés se acaba de publicar en Nature.

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En la investigación, los científicos autores señalan que se ha informado que la música modula la respuesta al dolor al causar saturación sensorial, lo que conduce al bloqueo de la vía del dolor, la distracción y la alteración de su percepción. Estudios a pequeña escala, escriben los autores del artículo, han demostrado que la música causa una reducción en las puntuaciones de dolor, principalmente en recién nacidos prematuros que se sometieron a procedimientos menores. Sin embargo, el debate no está concluido. Una revisión sistemática y un metanálisis publicados no encontraron evidencia de la eficacia analgésica de la música. Además, sigue habiendo escasez de datos de estudios que la evalúen juiciosamente.

Por lo tanto, los autores se proponen evaluar la eficacia de la música grabada en un entorno meticulosamente controlado para aliviar el dolor agudo en recién nacidos sometidos a un pinchazo en el talón en una guardería para recién nacidos de un hospital comunitario en el Bronx, de la ciudad de Nueva York, de abril de 2019 a febrero de 2020. En el estudio participaron alrededor de 100 bebés que se dividieron aleatoriamente en dos grupos. Los bebés de un grupo recibieron un método no farmacológico estándar para aliviar el dolor, que consiste en 0,5 ml de sacarosa al 24%, 2 minutos antes de la punción en el talón.

El otro grupo se sometió a la intervención musical. Los recién nacidos fueron expuestos a música grabada comenzando 20 minutos antes de la punción en el talón para obtener el efecto completo de la música, y continuaron durante 5 minutos después de finalizar el procedimiento. La música elegida fue una canción de cuna instrumental utilizada en estudios anteriores, “Deep Sleep” de autoría de Bedtime Mozart.

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Esta pieza fue elegida debido a sus tonos menores y su supuesto efecto calmante. La música se reprodujo a través de los parlantes de los teléfonos inteligentes (con la pantalla hacia abajo) y se colocó cerca de la cabecera de la cama. El estudio se realizó en una habitación tranquila, con poca luz y a temperatura ambiente y sin chupete para reducir otras entradas sensoriales y evaluar el efecto puro de la música.

Además, los padres no abrazaron a los recién nacidos durante el período del estudio, ya que se sabe qué intervenciones como el método canguro ayudan a calmar al bebé y potencialmente confunden los efectos de la música. El dolor se midió utilizando la escala NIPS ( por sus siglas en inglés, que significa Neonatal Infant Pain Scale), que evalúa la expresión facial, el llanto, los patrones de respiración, los movimientos de las extremidades y la excitación. Las puntuaciones NIPS se evaluaron 5 minutos antes de la punción del talón, en el momento de la punción del talón y a intervalos de 1 minuto durante los 5 minutos posteriores a la punción del talón. ¿Qué fue lo que encontraron después de hacer todo esto?

El estudio mostró una reducción estadística y clínicamente significativa en las puntuaciones de dolor en el grupo de intervención musical en comparación con el grupo de control a lo largo del tiempo. Aunque las niñas respondieron más que los niños a la música, esta diferencia no fue estadísticamente significativa. Los ensayos futuros deberían continuar explorando esta diferencia, recomiendan los investigadores. Aunque la conclusión, entonces, es que la intervención musical es una herramienta fácil, reproducible y económica para aliviar el dolor de procedimientos menores en recién nacidos sanos, los autores del estudio reconocen algunas limitaciones importantes que hay que tener en cuenta a la hora de conocer estos resultados.

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Por ejemplo, el uso de sacarosa oral para aliviar el dolor pudo confundir el efecto analgésico de la música. Sin embargo, la sacarosa es el estándar de atención de la institución donde se realizó el estudio y los autores consideran que no habría sido ético no proporcionarla. También reconocen que disuadir a las madres de abrazar a sus recién nacidos no es parte de la atención neonatal centrada en la familia y no es la práctica de la institución, pero que era necesario para medir el efecto de la música con más precisión.

Otras limitaciones incluyeron no evaluar las respuestas fisiológicas al dolor, como los cambios en la frecuencia cardíaca. Tampoco recopilaron otras variables importantes que podrían haber afectado las puntuaciones de dolor, como la alimentación con pecho o biberón, y si se realizó piel con piel antes de la intervención de interés. A pesar de estas limitaciones, los autores creen que este es un gran paso y que se deberían explorar intervenciones similares, como la grabación de la voz de los padres en lugar de la música.

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