La OMS avala un nuevo (y costoso) tratamiento contra el coronavirus: el REGEN-COV
Desarrollado por la empresa Regeneron (EE.UU.) y la multinacional Roche, este tratamiento fue incluido en la guía de intervenciones de la OMS. Sin embargo, su valor puede imposibilitar su acceso.
Este viernes la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó oficialmente un tercer tratamiento contra el COVID-19: el REGEN-COV, un medicamento desarrollado por la empresa Regeneron (Estados Unidos) y la multinacional Roche (Suiza). (Lea todas las noticias sobre Salud y coronavirus en Colombia y el mundo)
Como señala un artículo de prensa publicado en BMJ, el Grupo de Desarrollo de Guías de la OMS lo incluyó en su guía de intervenciones para el coronavirus. Específicamente, lo recomienda para dos grupos de pacientes. El primero es para personas que tienen mayor riesgo de hospitalización por COVID-19. El segundo grupo es de pacientes con enfermedad grave que no han desarrollado anticuerpos.
La primera recomendación, como se lee en el BMJ, se basa en la evidencia proporcionada por tres ensayos (aún no revisados por pares), pero que muestran que este tratamiento probablemente reduce el riesgo de hospitalización y la duración de los síntomas “en las personas con mayor riesgo de enfermedad grave, como no vacunados, ancianos o pacientes inmunosuprimidos (como personas con VIH)”.
La segunda está basada en datos de RECOVERY, el ensayo clínico internacional más grande del mundo para identificar tratamientos útiles para el COVID-19, los cuales muestran que “ese tratamiento, probablemente reduce las muertes la necesidad de ventilación mecánica en pacientes seronegativos”.
De hecho, en las conclusiones de una revisión sistemática publicada ayer en BMJ un grupo de investigadores explica que este medicamento puede reducir el riesgo de mortalidad en pacientes con COVID-19 grave que no han desarrollado anticuerpos. En pacientes con enfermedad no grave, señalan, probablemente reduce el riesgo de hospitalización.
“Para todos los demás pacientes con COVID-19, es poco probable que los beneficios de este tratamiento sean significativos”, apuntan.
En términos un poco más detallados, el REGEN-COV es una combinación de dos anticuerpos monoclonales (casirivimab e imdevimab) que neutralizan la capacidad del virus para infectar a las células. Se administran juntos, de manera intravenosa, en una sola dosis.
Ya a mediados de junio los líderes de RECOVERY habían dado las primeras pistas sobre la eficacia de ese medicamento. La evidencia, entonces, sugería que permitía un beneficio clínico “en pacientes que no habían montado una respuesta de anticuerpos natural propia”.
Incluso, hace cerca de un mes Reino Unido le dio el aval a ese tratamiento que se comercializa allí bajo el nombre de Ronapreve. En otros países como Japón, Estados Unidos o India también tienen autorización de uso de emergencia.
Sin embargo, hay un asunto que no puede pasar inadvertido a la hora de hablar del REGEN-COV o Ronapreve, célebre cuando Donal Trump lo recomendó sin ningún tipo de evidenci. Su precio es tan alto que, posiblemente, como escribía en The Conversation Lara Marks profesora de Historia de las Ciencias Biomédicas de la Universidad de Cambridge, no esté al alcance de muchas personas. Podría costar unos 1.700 euros por paciente. En Reino Unido el valor podría rodear unas mil libras esterlinas, un poco más de $5 millones (pesos colombianos).
Este viernes la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó oficialmente un tercer tratamiento contra el COVID-19: el REGEN-COV, un medicamento desarrollado por la empresa Regeneron (Estados Unidos) y la multinacional Roche (Suiza). (Lea todas las noticias sobre Salud y coronavirus en Colombia y el mundo)
Como señala un artículo de prensa publicado en BMJ, el Grupo de Desarrollo de Guías de la OMS lo incluyó en su guía de intervenciones para el coronavirus. Específicamente, lo recomienda para dos grupos de pacientes. El primero es para personas que tienen mayor riesgo de hospitalización por COVID-19. El segundo grupo es de pacientes con enfermedad grave que no han desarrollado anticuerpos.
La primera recomendación, como se lee en el BMJ, se basa en la evidencia proporcionada por tres ensayos (aún no revisados por pares), pero que muestran que este tratamiento probablemente reduce el riesgo de hospitalización y la duración de los síntomas “en las personas con mayor riesgo de enfermedad grave, como no vacunados, ancianos o pacientes inmunosuprimidos (como personas con VIH)”.
La segunda está basada en datos de RECOVERY, el ensayo clínico internacional más grande del mundo para identificar tratamientos útiles para el COVID-19, los cuales muestran que “ese tratamiento, probablemente reduce las muertes la necesidad de ventilación mecánica en pacientes seronegativos”.
De hecho, en las conclusiones de una revisión sistemática publicada ayer en BMJ un grupo de investigadores explica que este medicamento puede reducir el riesgo de mortalidad en pacientes con COVID-19 grave que no han desarrollado anticuerpos. En pacientes con enfermedad no grave, señalan, probablemente reduce el riesgo de hospitalización.
“Para todos los demás pacientes con COVID-19, es poco probable que los beneficios de este tratamiento sean significativos”, apuntan.
En términos un poco más detallados, el REGEN-COV es una combinación de dos anticuerpos monoclonales (casirivimab e imdevimab) que neutralizan la capacidad del virus para infectar a las células. Se administran juntos, de manera intravenosa, en una sola dosis.
Ya a mediados de junio los líderes de RECOVERY habían dado las primeras pistas sobre la eficacia de ese medicamento. La evidencia, entonces, sugería que permitía un beneficio clínico “en pacientes que no habían montado una respuesta de anticuerpos natural propia”.
Incluso, hace cerca de un mes Reino Unido le dio el aval a ese tratamiento que se comercializa allí bajo el nombre de Ronapreve. En otros países como Japón, Estados Unidos o India también tienen autorización de uso de emergencia.
Sin embargo, hay un asunto que no puede pasar inadvertido a la hora de hablar del REGEN-COV o Ronapreve, célebre cuando Donal Trump lo recomendó sin ningún tipo de evidenci. Su precio es tan alto que, posiblemente, como escribía en The Conversation Lara Marks profesora de Historia de las Ciencias Biomédicas de la Universidad de Cambridge, no esté al alcance de muchas personas. Podría costar unos 1.700 euros por paciente. En Reino Unido el valor podría rodear unas mil libras esterlinas, un poco más de $5 millones (pesos colombianos).