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En los últimos años las autoridades de salud y los medios de comunicación han lanzado con cierta frecuencia alertas sobre los casos de desnutrición en niños. Pese a los esfuerzos, las cifras de departamentos como La Guajira y Vaupés suelen ser inquietantes. “Una barbarie”, fue la manera como Alberto Rojas Ríos, magistrado de la Corte Constitucional, calificó en 2018 lo que estaba sucediendo en ese territorio del Caribe. Pero, ¿cuál sería ese escenario si se da una mirada a la situación de los adultos mayores? ¿Cuántos ancianos en Colombia mueren por desnutrición? Si los hay, ¿cuáles zonas son las más preocupantes? (Lea: OMS: el 33% de los ancianos que están en residencias han sido abusados en el último año)
Esas preguntas las intentaron responder Magda Ginnette Rodríguez y Elba Giomar Sichacá, integrantes del Grupo de Vigilancia Nutricional, Dirección de vigilancia y Análisis del riesgo en Salud Pública del Instituto Nacional de Salud. Para hacerlo analizaron los certificados de defunción que hubo entre 2014 y 2016 y que tuviesen como causa básica de muerte las deficiencias y anemias nutricionales. Sus resultados se pueden resumir en una cifra: en ese lapso hubo 3.275 fallecimientos de adultos mayores relacionados con desnutrición, una causa que, como advierten, no suele evaluarse exhaustivamente.
Su análisis, que acaba de ser publicado en la revista Biomédica (la edición anticipada de diciembre de 2019), muestra varios datos inquietantes. Uno de ellos indica que la región amazónica es la más preocupante. Vaupés, Guainía y Amazonas son los departamentos con las mayores tasas de muertes de adultos mayores por desnutrición. San Andrés, por el contrario, es el que registra el menor número.
Para poder llegar a esas conclusiones Rodríguez y Sichacá dividieron esta población en cuatro grupos: las personas que tenían entre 65 y 69 años al momento de fallecer; las que estaban entre los 70 y los 74 años; las de 75 a 79 años y las que tenían 80 años o más. En todos aparecieron Vaupés, Guainía y Amazonas entre los departamentos que tenían tasas superiores al promedio nacional. (Puede leer: Los jubilados son más felices)
Para el primer grupo, esa tasa nacional fue de 5,4 muertes por cada 100 mil ancianos. Para el segundo, creció un poco: fue de 11,1. Para el tercer grupo fue de 24,7 fallecimientos y para el cuarto (los mayores de 80 años), esa cifra fue de 108,3.
Como apuntaron las autoras, eso muestra que la mayor mortalidad por desnutrición se presenta en los mayores de 80 años. A medida que la población envejece parece tener más riesgo de fallecer por ese motivo. ¿La razón? Aunque los factores que inciden son diversos, luego de esa edad, escriben, una “malnutrición podría llevar a la pérdida de masa grasa corporal asociada a una cierta pérdida de masa magra, lo cual constituye uno de los problemas nutricionales más importantes en la vejez”. Sin embargo, anotan, no está necesariamente ligada al propio proceso de envejecimiento sino a otros factores asociados.
Entre las principales causas de las muertes por desnutrición Rodríguez y Sichacá identificaron dos. La más frecuentes es la desnutrición proteica calórica que es causada cuando hay un déficit de todos los macronutrientes. La otra son las anemias nutricionales, “una afección caracterizada por la falta de suficientes glóbulos rojos, encargados de transportar un nivel adecuado de oxígeno a los tejidos”.
En su análisis, las autoras también encontraron que los casos de muerte por desnutrición suelen presentarse con más frecuencia en hombres que en mujeres. Así mismo, comprobaron que, además de los departamentos amazónicos, la mayoría supera la tasa de mortalidad nacional. Para ser precisos, el 66%. “Este resultado se podría explicar por el envejecimiento poblacional que no es homogéneo en todo el territorio nacional”, señalan. (Puede leer: Medicamentos biosimilares, una realidad a la que Colombia abre sus puertas)
Aunque estas especialistas advierten sobre la necesidad de hacer un análisis en cada departamento para estudiar más de cerca las causas de estas muertes por desnutrición y los factores que conducen a una inseguridad alimentaria, sus datos muestran una realidad inevitable: la población colombiana se está envejeciendo y es posible que en unas décadas los ancianos representen un porcentaje importante de los habitantes. Hasta ahora, como lo reveló el Dane en 2018, ese grupo de mayores de 60 años equivale al 9,23 %. En 1985 apenas representaba el 3,98 %.