La sepsis, un síndrome al que hay que prestarle atención en Colombia
La sepsis, una respuesta extrema del cuerpo ante una infección, es una de las principales causas de mortalidad en el mundo, con un impacto especialmente severo en regiones con infraestructura hospitalaria deficiente. En Colombia, en medio del debate sobre la atención primaria y la reforma al sistema de salud, un grupo de investigadores se propuso saber más de esta amenaza para la salud.
Juan Diego Quiceno
Hay un síndrome relativamente común que sucede de manera paradójica: cuando el cuerpo se enferma de una infección, sabemos que el sistema inmunitario se activa para, en la mayoría de los casos, aliviar esa dolencia. Pero hay algunas ocasiones en las que ese sistema inmune se desborda y tiene una respuesta que los médicos llaman “extrema”.
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Hay un síndrome relativamente común que sucede de manera paradójica: cuando el cuerpo se enferma de una infección, sabemos que el sistema inmunitario se activa para, en la mayoría de los casos, aliviar esa dolencia. Pero hay algunas ocasiones en las que ese sistema inmune se desborda y tiene una respuesta que los médicos llaman “extrema”.
En ese afán de controlar la infección, el sistema inmune crea unas sustancias que se llaman citoquinas, que libera por el sistema sanguíneo como una “tormenta”, dice el doctor Henry Oliveros, investigador de la Universidad de la Sabana. Las citoquinas son proteínas producidas por diversas células del sistema que funcionan como mensajeras. En circunstancias normales, su liberación ayuda a activar y dirigir otras células para combatir la infección. Pero cuando “corren” desbordadas por la sangre, dañan los tejidos e inflaman los órganos hasta llevarlos a su parálisis. “A todo esto lo llamamos sepsis”, señala Oliveros.
La Organización Mundial de la Salud estima que solo en 2020 se produjeron cerca de 48,9 millones de casos de sepsis en el mundo, y que 11 millones de muertes se relacionaron con ella, lo que representó nada menos que el 20 % de todas las defunciones a escala mundial. En 2017, ese organismo declaró la sepsis como una prioridad de salud mundial y aprobó una resolución para mejorar su prevención, diagnóstico y tratamiento.
A la fecha, sin embargo, “pocos países han lanzado programas sistemáticos de mejora de la calidad para aumentar la conciencia sobre la sepsis, mejorar el reconocimiento y el diagnóstico, promover el tratamiento oportuno y eficaz, y brindar apoyo a largo plazo a los sobrevivientes de la sepsis”, alertó en un artículo publicado en “The Lancet” en septiembre pasado.
Lamentablemente, agrega Oliveros, “no hay todavía disponible una prueba poca invasiva que identifique la sepsis. No ha llegado, lo que es uno de los factores que dificultan aún más el panorama mundial”. Él y cuatro colegas más publicaron en junio en la revista científica “BMC Infectious Diseases” el que es quizás el panorama más completo de la sepsis en Colombia. Después de revisar los datos de más 116.407 pacientes que fueron ingresados a las unidades de cuidado intensivo (UCI) durante 2019, encontraron algunos datos.
Uno de ellos apunta a que la sepsis está cobrando más vidas en las regiones más vulnerables de nuestro país, donde la deficiente infraestructura hospitalaria podría estar cumpliendo un papel muy importante.
Una enfermedad difícil que afecta a los más pobres
La sepsis puede comenzar a partir de la dolencia más común: la causa suele ser una infección bacteriana, pero también puede surgir debido a otras provocadas por virus, parásitos u hongos. Como no es una enfermedad en sí misma, sino una reacción extrema del cuerpo ante una infección preexistente, los médicos se ven obligados a pensar en los factores de riesgo. De todos, ¿quién puede tener más riesgo de sufrir sepsis?
“Uno la debería sospechar en aquellas personas que son más susceptibles. A medida que avanza nuestra edad, todos nos volvemos menos inmunocompetentes. Es decir, nuestro sistema inmunológico no es tan apto. En segundo lugar, hemos ido identificando que las infecciones intraabdominales, las peritonitis o las neumonías con frecuencia pueden terminar en sepsis. Y en tercer lugar, aquellas personas con cánceres. Es en este universo donde uno puede tener mayor alerta”, señala Oliveros. “Obviamente, ya en ese momento uno puede tomar muestras de sangre que ayudan a corroborar o descartar el diagnóstico”.
En su investigación, Oliveros y sus colegas encontraron una incidencia de sepsis tratada en UCI para 2019, de 54,8 casos por cada 100.000 pacientes en Colombia. Esto a partir de una muestra de 116.407 pacientes que ingresaron en 300 unidades de cuidados intensivos. De ellos, 12.056 (10.36 %) pacientes presentaron el diagnóstico de sepsis.
“Pudimos observar, primero, que esa cifra es muy similar a la de otras latitudes”, explica el investigador. Un metaanálisis publicado en 2020, que incluyó estudios de países de ingresos bajos o medios descritos entre enero de 1979 y febrero de 2019, detectó que la incidencia estimada de sepsis tratada en la UCI fue similar: de 58 por cada 100.000 personas.
Las principales condiciones asociadas con la sepsis, es decir, las enfermedades o infecciones que probablemente desencadenaron esta respuesta extrema del sistema inmune, fueron la hipertensión arterial (presente en el 59,4 % de los casos), la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), con un 27,0 % y la diabetes, que afectaba al 28,9 % de los pacientes.
“Aunque las comorbilidades encontradas en nuestro estudio son similares a las de otros países, es notable que sus frecuencias sean significativamente mayores”, se asegura en la investigación. Por ejemplo, el estudio japonés FORECAST, realizado en pacientes con sepsis, reveló que la diabetes también era una de las comorbilidades más presentes en pacientes con sepsis, pero con un porcentaje del 23,0 %, inferior al colombiano.
“Esto podría deberse a una carga de enfermedad más alta en la población”, dicen los investigadores, y también podría explicar, agregan, la mortalidad por sepsis en Colombia. De las 12.056 personas con sepsis, 4.428 fallecieron dentro del primer año tras su admisión a la unidad de cuidados intensivos. Dos cosas son especialmente importantes de esa mortalidad: en primer lugar, la edad fue un factor que aumentó el riesgo de muerte por sepsis, con una diferencia de casi 10 veces para los pacientes mayores de 80 años.
Pero además de la edad, la radiografía de la población que murió por sepsis reveló una serie de enfermedades y condiciones que contribuyen al fallecimiento: enfermedad renal, el cáncer y la enfermedad hepática fueron las que más determinaron la mortalidad de esos pacientes. “Entonces, es ahí donde debemos echar un poco para atrás. Debemos seguir trabajando para que los pacientes no lleguen a estos estados de falla renal, diabetes descompensada o enfermedad cardiovascular descompensada. No podemos cambiar la edad como un factor de riesgo, pero sí podemos modificar esos otros factores”, dice Oliveros.
Y en segundo lugar, fue igual de importante y de especial interés las diferencias significativas en la mortalidad entre las diferentes regiones que el estudio encontró. Específicamente, los investigadores detectaron que los departamentos de Cundinamarca y Antioquia presentaron las tasas de mortalidad más bajas por sepsis en Colombia. “Estas regiones se caracterizan por tener ciudades con un mayor desarrollo y una infraestructura hospitalaria más avanzada en cuidado intensivo. Estos hallazgos sugieren que el acceso a una atención médica especializada y recursos adecuados puede influir positivamente en los resultados de los pacientes con sepsis”, escriben los investigadores en el artículo.
“Incluso, también pudimos determinar que un 5 % de la mortalidad podría atribuirse no solamente a las características individuales de los pacientes, sino a diferencias de atención en los hospitales de municipios. Entonces podemos mejorar en eso: 5 % no es tan alto, pero podríamos bajar a cero, que en todos lados nos vaya igual. Eso se asoció a la capacidad de las UCI, diferencias atribuibles al nivel de atención”, explica Oliveros. El Ministerio de Salud estima, de hecho, que al menos 2,000 puestos de salud en Colombia necesitan una inversión importante para cumplir con los estándares en salud.
No es una novedad. Los datos del estudio de la “Carga mundial de morbilidad sobre sepsis”, publicados en “The Lancet” en 2020, señalan que la incidencia y la mortalidad por sepsis varían significativamente en diferentes áreas, y esta variación está relacionada con el Índice de Capacidad de Atención de Salud (HAQ, por su sigla en inglés).
En general, dicen los autores, las regiones con un índice HAQ más bajo, es decir, aquellas que carecen de los recursos y la infraestructura necesarios para ofrecer una atención médica adecuada, enfrentan una mayor carga de sepsis. Esto significa que en estos lugares menos equipados se registran más casos de sepsis y un mayor número de muertes asociadas, ya que la falta de capacidad para prevenir, identificar y tratar esta enfermedad dificulta la atención oportuna y eficaz que podría mejorar los resultados de salud.
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