Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La regulación del cannabis para uso adulto estaría a punto de aprobarse en Colombia. En la Comisión Primera del pasado 6 de junio, 15 senadores votaron a favor de la iniciativa y solo 4 votaron en contra. El panorama para el cannabis se mantiene positivo en el Legislativo, ahora se dirige a la plenaria del Senado. Ante ese contexto, la Sociedad Latinoamericana Interdisciplinaria de Cannabinología (SLIC) realizó 12 recomendaciones para su regulación en mayores de edad (Le podría interesar: Senado aprueba en penúltimo debate la regulación del cannabis de uso adulto).
La SLIC está compuesta por profesionales de Latinoamérica de distintas disciplinas de las ciencias de la salud y otras afines, como la agronomía, botánica, ingeniería química, alimentaria e industrial, que trabajan en las áreas de endocannabinología, cannabis y cannabinoides. Su propósito es avanzar en la educación, investigación y la utilización clínica racional, responsable e informado por la evidencia científica de los derivados del cannabis.
En primer lugar, se habla del respecto y la protección de los derechos humanos, como la autonomía, privacidad e integridad corporal. “Cualquier regulación debe estar diseñada para proteger estos derechos y no infringirlos”, dice la SLIC (Lea también: “No tenemos nada que ocultar”: Petro responde a los allanamientos de la Fiscalía).
El segundo y tercer punto hablan de que, en caso de que existan restricciones al uso de cannabis adulto, la SLIC dice que deben basarse en la mejor evidencia existente y deben ajustarse a medida que las investigaciones avancen. También se mencionó la necesidad de fortalecer el acceso integral a la salud pública: priorizar la prevención y los servicios de tratamiento.
Por esta misma línea, la cuarta recomendación enfatizó en la urgencia de protección a los jóvenes con medidas ante posibles daños por consumo de cannabis. Los requisitos de edad mínima, las restricciones de acceso y las limitaciones de la publicidad son cruciales para proteger a esta población.
En quinto y sexto lugar, la SLIC mencionó que los productos mismos de cannabis también deben tener vigilancia: las regulaciones deben contemplar protocolos para el empleo de pesticidas y una escala para medir el nivel de impurezas aceptables. También debe estudiarse la implementación de envases que protejan al producto de posibles manipulaciones.
La sociedad se refirió a los daños históricos de la prohibición del cannabis en su séptimo punto, cuya regulación debería favorecer la inclusión de las comunidades más afectadas por esta. Para ello, según la entidad, se podrían dar preferencias para las licencias comerciales a aquellos que se han visto afectados “de manera desproporcionada”, dice la SLIC.
Para ello, la séptima y octava recomendación giran en torno a la exploración de “enfoques alternativos, como los monopolios gubernamentales o permitir empresas socialmente responsables, para garantizar que la salud pública permanezca a la vanguardia”.
También se aconsejó que se limite la participación de entidades con fines de lucro y monopolios corporativos.
Sobre el enfoque de género y las drogas ilícitas
En sus últimos cuatro puntos, la SLIC menciona que deben existir protecciones contra la explotación y abuso de las mujeres cultivadores y consumidoras. Además, señaló la inminente necesidad de reducir los mercados de drogas ilícitas, reducir las actividades delictivas asociadas y minimizar el potencial de corrupción y violencia. “La regulación responsable puede contribuir a la seguridad pública y al bienestar de la comunidad”, dice la sociedad.
En últimas, la SLIC enfatiza que la regulación legal puede ser una poderosa herramienta para reducir los daños y el estigma contra las personas que consumen cannabis, “permitiendo el acceso a los servicios de salud y garantizando un suministro seguro de drogas”.
Este es el documento completo con las recomendaciones de la SLIC: