Las ciudades maya estaban contaminadas con altos niveles de mercurio
Los antiguos mayas utilizaban, frecuentemente, pinturas y polvos que contenían mercurio y cinabrio. Aunque los investigadores de un nuevo estudio no determinaron en qué medida las concentraciones afectaron su salud, dicen que pudieron tener problemas en el sistema nervioso central, los riñones y el hígado.
Los suelos en donde la civilización Maya habitaba hace entre 1772 y 922 años están contaminados con altos niveles de mercurio, encontró un grupo de investigadores. Los hallazgos fueron publicados en la revista Frontiers in Environmental Science, y muestran que las concentraciones en ciertos lugares son tan altas, que podrían representar un peligro de salud para arqueólogos que no lo sepan.
Esta publicación es el primer estudio que evaluó y recopiló toda la información sobre polución con mercurio en tierra y sedimentos de las antiguas ciudades Maya, del período clásico. Su análisis les permitió determinar que sitios en los países actuales de México, Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador tienen concentraciones de mercurio. De hecho, de los 11 sitios que estudiaron (Chunchumil en México; Marco Gonzales, Chan b’i y Actuncan en Belice; La Corona, Tikal, Petén Itzá, Piedras Negras y Cancuén en Guatemala; Palmarejo en Honduras; y Cerén, en El Salvador), 10 tenían polución, exceptuando Chan b’i. (También puede leer: Petro, Fernando Ruiz y la OPS: es clave entender el proceso de elección)
Duncan Cook, profesor asociado de Geografía en la Universidad Católica de Australia y autor principal del estudio, dijo que: “La contaminación por mercurio en el medio ambiente generalmente se encuentra en áreas urbanas contemporáneas y paisajes industriales. Descubrir mercurio enterrado profundamente en suelos y sedimentos en las antiguas ciudades mayas es difícil de explicar, hasta que comenzamos a considerar la arqueología de la región que nos dice que los mayas usaron mercurio durante siglos”.
¿Por qué utilizaban mercurio? Otras investigaciones ya habían encontrado frascos cerrados que contenían mercurio en lugares donde estuvo la civilización Maya, como Quiriqua en Guatemala, El Paraíso en Honduras y Teotihuacán en México. Los autores de este nuevo estudio, entonces, concluyeron que los antiguos mayas utilizaban frecuentemente pinturas y polvos con mercurio y cinabrio para decoración.
“Para los mayas, los objetos podían contener ch’ulel, o fuerza del alma, que residía en la sangre. Por lo tanto, el pigmento rojo brillante del cinabrio era una sustancia invaluable y sagrada, pero sin que ellos lo supieran, también era mortal y su legado persiste en suelos y sedimentos alrededor de los antiguos sitios mayas”, dijo el coautor, el Dr. Nicholas Dunning, profesor de la Universidad de Cincinnati. (Le puede interesar: El 76% de las muertes en Colombia son por una enfermedad no transmisible)
¿Cómo llegaron esas concentraciones al suelo? La investigación dice que, probablemente, el mercurio se pudo haber filtrado desde patios, el piso, paredes y cerámica, para posteriormente esparcirse en el suelo y el agua.
Aunque el estudio no aborda registros específicos de los efectos de estas altas concentraciones de mercurio, los investigadores dicen que, seguramente, habrían representado un peligro para la salud de los antiguos mayas. “Por ejemplo, los efectos del envenenamiento crónico por mercurio incluyen daños al sistema nervioso central, los riñones y el hígado, y causan temblores, problemas de visión y audición, parálisis y problemas de salud mental”, dicen a través de un comunicado.
Los científicos citan el ejemplo de uno de los últimos gobernantes maya de Tikal, Dark Sun, quien vivió alrededor del año 810 d.C. En los frescos, dicen los investigadores, es representado como patológicamente obeso. “La obesidad es un efecto conocido del síndrome metabólico, que puede ser causado por una intoxicación crónica por mercurio”, puntualizan a través de un comunicado.
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Los suelos en donde la civilización Maya habitaba hace entre 1772 y 922 años están contaminados con altos niveles de mercurio, encontró un grupo de investigadores. Los hallazgos fueron publicados en la revista Frontiers in Environmental Science, y muestran que las concentraciones en ciertos lugares son tan altas, que podrían representar un peligro de salud para arqueólogos que no lo sepan.
Esta publicación es el primer estudio que evaluó y recopiló toda la información sobre polución con mercurio en tierra y sedimentos de las antiguas ciudades Maya, del período clásico. Su análisis les permitió determinar que sitios en los países actuales de México, Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador tienen concentraciones de mercurio. De hecho, de los 11 sitios que estudiaron (Chunchumil en México; Marco Gonzales, Chan b’i y Actuncan en Belice; La Corona, Tikal, Petén Itzá, Piedras Negras y Cancuén en Guatemala; Palmarejo en Honduras; y Cerén, en El Salvador), 10 tenían polución, exceptuando Chan b’i. (También puede leer: Petro, Fernando Ruiz y la OPS: es clave entender el proceso de elección)
Duncan Cook, profesor asociado de Geografía en la Universidad Católica de Australia y autor principal del estudio, dijo que: “La contaminación por mercurio en el medio ambiente generalmente se encuentra en áreas urbanas contemporáneas y paisajes industriales. Descubrir mercurio enterrado profundamente en suelos y sedimentos en las antiguas ciudades mayas es difícil de explicar, hasta que comenzamos a considerar la arqueología de la región que nos dice que los mayas usaron mercurio durante siglos”.
¿Por qué utilizaban mercurio? Otras investigaciones ya habían encontrado frascos cerrados que contenían mercurio en lugares donde estuvo la civilización Maya, como Quiriqua en Guatemala, El Paraíso en Honduras y Teotihuacán en México. Los autores de este nuevo estudio, entonces, concluyeron que los antiguos mayas utilizaban frecuentemente pinturas y polvos con mercurio y cinabrio para decoración.
“Para los mayas, los objetos podían contener ch’ulel, o fuerza del alma, que residía en la sangre. Por lo tanto, el pigmento rojo brillante del cinabrio era una sustancia invaluable y sagrada, pero sin que ellos lo supieran, también era mortal y su legado persiste en suelos y sedimentos alrededor de los antiguos sitios mayas”, dijo el coautor, el Dr. Nicholas Dunning, profesor de la Universidad de Cincinnati. (Le puede interesar: El 76% de las muertes en Colombia son por una enfermedad no transmisible)
¿Cómo llegaron esas concentraciones al suelo? La investigación dice que, probablemente, el mercurio se pudo haber filtrado desde patios, el piso, paredes y cerámica, para posteriormente esparcirse en el suelo y el agua.
Aunque el estudio no aborda registros específicos de los efectos de estas altas concentraciones de mercurio, los investigadores dicen que, seguramente, habrían representado un peligro para la salud de los antiguos mayas. “Por ejemplo, los efectos del envenenamiento crónico por mercurio incluyen daños al sistema nervioso central, los riñones y el hígado, y causan temblores, problemas de visión y audición, parálisis y problemas de salud mental”, dicen a través de un comunicado.
Los científicos citan el ejemplo de uno de los últimos gobernantes maya de Tikal, Dark Sun, quien vivió alrededor del año 810 d.C. En los frescos, dicen los investigadores, es representado como patológicamente obeso. “La obesidad es un efecto conocido del síndrome metabólico, que puede ser causado por una intoxicación crónica por mercurio”, puntualizan a través de un comunicado.
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