Las inquietantes conclusiones del tercer informe global sobre salud mental
Entre los factores que podrían explicar el creciente deterioro del bienestar en las nuevas generaciones se encuentran la ruptura de lazos familiares y la falta de amistades que brinden confianza y apoyo en momentos de necesidad.
Este 1 de marzo fue publicado el tercer Reporte del Estado Mental en el Mundo, una iniciativa que hace parte del proyecto Salud Mental del Millón, de la organización Sapien Labs. Desde 2019, año en el que se realizó la primera medición, se ha presentado una tendencia de deterioro de la salud mental en los jóvenes adultos en los países que hacen parte del estudio. (Le puede interesar: Hacer 11 minutos de ejercicio moderado al día reduce el riesgo de muerte prematura)
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Este 1 de marzo fue publicado el tercer Reporte del Estado Mental en el Mundo, una iniciativa que hace parte del proyecto Salud Mental del Millón, de la organización Sapien Labs. Desde 2019, año en el que se realizó la primera medición, se ha presentado una tendencia de deterioro de la salud mental en los jóvenes adultos en los países que hacen parte del estudio. (Le puede interesar: Hacer 11 minutos de ejercicio moderado al día reduce el riesgo de muerte prematura)
Para la reciente publicación, se recopiló información en 64 países, dentro de los que se encuentran Colombia y otros 20 de Latinoamérica. Los resultados muestran que un 53,1 % de los adultos jóvenes colombianos, entre los 18 y los 24 años, podrían necesitar ayuda profesional para tratar sus dificultades de salud mental.
Para estimar estos porcentajes, el proyecto creó un Coeficiente de Salud Mental (MHQ, por sus siglas en inglés) que mide la calidad de la salud mental en diferentes categorías, como la autoestima, la capacidad de crear relaciones positivas con otras personas, los estados de ánimo, entre otros. Con una escala que va desde -100 hasta 200, el proyecto define el bienestar mental de una persona en tres categorías.
La primera, que reúne a las personas con una salud mental próspera, incluye a las personas con un coeficiente superior a 100. La segunda, en la que se encuentran las personas que tienen un estado de bienestar mental manejable o soportable, tiene un coeficiente de entre cero y 100. Finalmente, las personas con dificultades de salud mental se encuentran en el coeficiente por debajo de cero. Estas últimas, según Sapien Labs, tendrían síntomas que se consideran clínicos, por lo que podrían necesitar ayuda profesional. (Le recomendamos: En Colombia ya no se pedirá certificado de vacunación de covid-19 a viajeros)
La preocupación por el deterioro en la salud mental de los jóvenes no se presenta solo en Colombia. De acuerdo con los resultados, es una tendencia mundial que se ha profundizado año tras año, y que es particularmente grave en regiones como Latinoamérica y el Caribe, y el Sur de Asia, en donde el porcentaje de jóvenes con dificultades de salud mental supera el 50 %; por su parte, en Oceanía, Europa y Norte América es mayor al 40 %.
Estas cifras se vuelven más preocupantes cuando se comparan con las de la generación de padres o abuelos (entre los 55 y 64 años) de los adultos jóvenes. En Los 21 países de Latinoamérica y el Caribe, el porcentaje de personas con problemas graves de salud mental es de 13 %, en comparación con el 51,5 % del grupo de edad entre 18 y 24 años.
Una de las posibles explicaciones a esta tendencia, aseguran en el reporte, es la ruptura de las relaciones familiares por traumas durante la infancia. Las generaciones mayores tienden a tener cercanía con muchos familiares, mientras que las generaciones jóvenes no cuentan con ese tipo de relación. Esto lleva, por ejemplo, a que en Latinoamérica y el Caribe, más del 60 % de las personas que tienen dificultades con su salud mental hayan manifestado no llevarse bien con la mayoría de sus familiares o no tener ningún vínculo familiar. (También puede leer: Fijar precios de procedimientos médicos, ¿idea inamovible en la reforma a la salud?)
Una de las razones por las que se estarían perdiendo los vínculos familiares en las generaciones más jóvenes es que las personas sienten que sus familias están contribuyendo más a su bienestar material, como invertir dinero en su educación o sus logros personales. Mientras tanto, menos personas dentro de este grupo de edad manifiestan haber tenido una infancia estable y amorosa en sus casas.
Lo que sucede en las generaciones de menor edad también es inquietante por la incidencia de traumas relacionados con la violencia física entre los miembros de la familia, el abuso emocional o psicológico por parte de los padres y cuidadores, y los divorcios o la ruptura de las familias durante la infancia.
“Esto refleja el cambio de prioridades en la crianza de los hijos en las generaciones más jóvenes, que han pasado de ofrecer un hogar estable y afectuoso a un hogar centrado en la comodidad y los logros materiales, que fomenta conflictos y abusos”, asegura los autores del reporte. (Lea: Los siete hábitos que podrían reducir el riesgo de desarrollar demencia)
Otro aspecto que podría explicar este deterioro en la salud mental de las personas jóvenes, es la falta de amistades fuertes. Entre las personas de 18 a 24 años que participaron del estudio, más de la mitad dijo tener solo entre uno y tres amigos cercanos, y de estos, el 48 % respondieron que sus amigos no los ayudarían en un momento de necesidad, o que no estaban seguros de que lo hicieran.
Como conclusión, el reporte hace un llamado a revisar las causas de las crecientes dificultades en la salud mental de las personas, particularmente de aquellas más jóvenes. “Quizá no hayamos valorado hasta qué punto hemos evolucionado como seres sociales. Por mucho que creamos que somos independientes, nuestro bienestar es profundamente relacional por naturaleza”, puntualiza el estudio.
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