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Este martes (9 de abril), la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó el “Informe mundial sobre la hepatitis 2024: acción para el acceso en países de renta baja y media”, el primer documento consolidado por la agencia sobre las hepatitis víricas, la cobertura de los servicios y el acceso a los productos.
En él, dice la OMS, se presentan las estimaciones más recientes sobre la carga de morbilidad y la cobertura de los servicios esenciales para las hepatitis víricas en 187 países del mundo, incluido Colombia. Sin embargo, los resultados generales presentan un “panorama preocupante”, en palabras de Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la agencia de la ONU,
De acuerdo con los hallazgos del informe, 3.500 personas mueren diariamente por infecciones de hepatitis vírica, y este número viene en aumento. Para ponerlo en contexto, esta es la segunda causa infecciosa de muerte en el mundo, con 1,3 millones de muertes al año, el mismo número de fallecimientos que genera la tuberculosis.
“A pesar de los progresos a nivel mundial en la prevención de las infecciones por hepatitis, las muertes están aumentando porque muy pocas personas con hepatitis están siendo diagnosticadas y tratadas”, dijo el director de la OMS en el lanzamiento del informe.
Y es que, según el documento, si bien hay mejores herramientas para el diagnóstico y el tratamiento, y el precio de los productos está bajando, las tasas de cobertura de las pruebas, así como los tratamientos, se han estancado.
Muestra de esto, expone el informe, es que en todas las regiones tan solo el 13 % de las personas que viven con una infección crónica por hepatitis B (la más común de las cinco que hay) habían sido diagnosticadas. El porcentaje de quienes habían recibido terapia antiviral a finales de 2022 se desploma hasta el 3 %.
Este último porcentaje se encuentra muy lejos del objetivo mundial que se trazó para 2030 y que aspira a tratar al 80 % de las personas que viven con hepatitis B y C crónicas. Pese a esto, la OMS asegura que todavía es posible alcanzar el objetivo siempre y cuando se tomen medidas rápidas ahora.
Algunas de las medidas que contempla la agencia de salud de la ONU para acelerar el progreso hacia el fin de la epidemia para 2030, son la ampliación del acceso a las pruebas y diagnósticos, el refuerzo de los esfuerzos de prevención en atención primaria y el paso de las políticas a la aplicación para un tratamiento equitativo.
Esto último es importante, pues regiones como África, que concentra el 63 % de las nuevas infecciones por hepatitis B, solo vacuna al 18 % de los recién nacidos. En el Pacífico occidental, donde se produce el 47 % de las muertes por hepatitis B, solo el 23 % de las personas diagnosticadas recibe el tratamiento.
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